El Papa Francisco recibió este domingo al vicepresidente de EEUU JD Vance y acudió a la plaza de San Pedro para la tradicional bendición 'Urbi et Orbi'.

El Papa Francisco recibió este domingo al vicepresidente de EEUU JD Vance y acudió a la plaza de San Pedro para la tradicional bendición 'Urbi et Orbi'. Reuters

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El Papa murió de un ictus el día después de su intensa agenda el Domingo de Resurrección

A primera hora de la mañana se reunió con J.D. Vance y, después de saludar a los fieles, salió con el 'Papamóvil' a dar una vuelta por la Ciudad del Vaticano.

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El Papa Francisco falleció este lunes con 88 años de edad a causa de un ictus cerebral que le causó un coma y un fallo cardiocirculatorio irreversible, según informó el Vaticano en su parte de defunción.

El documento, firmado por el director de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, certifica que la muerte se produjo a las 7:35 horas locales (5:35 GMT) del 21 de abril en su apartamento, la residencia vaticana Casa Santa Marta.

Horas antes de la muerte, el pontífice apareció en el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para la bendición Urbi et Orbi tras la misa del Domingo de Resurrección. Era su primera aparición multitudinaria: no participó en ninguno de los ritos de la Semana Santa debido a que necesitaba recuperarse tras haber pasado 38 días en el hospital Gemelli de Roma por una neumonía bilateral.

Hacía casi un mes que recibió el alta, el 23 de marzo, pero su estado de salud no era bueno. Sin embargo, este pasado domingo su agenda fue ciertamente frenética. A primera hora de la mañana se reunió con J.D. Vance, vicepresidente de Estados Unidos, y después de saludar a los fieles con un hilo de voz, salió con el 'Papamóvil' a dar una vuelta por la Ciudad del Vaticano.

El saludo con el 'número dos' de Donald Trump se produjo cerca de las 11.30 horas y "duró sólo algunos minutos, el tiempo para intercambiarse la felicitación por la Pascua", explica un comunicado. A pesar de esa brevedad, en las fotos se puede ver que hasta seis personas le rodeaban en ese encuentro.

Antes de eso, Francisco apenas se había reunido con gente ni había salido del Vaticano desde su alta hospitalaria: el pasado jueves visitó una cárcel romana por Jueves Santo -una tradición que cumple incluso desde su época argentina- y, el sábado, acudió a rezar a la basílica de San Pedro antes de la celebración de Vigilia del Sábado Santo.

El Papa Francisco recibe en su residencia al vicepresidente de EEUU, JD Vance.

El Papa Francisco recibe en su residencia al vicepresidente de EEUU, JD Vance. Reuters

Su historial médico y un fin de semana agitado

Su historial médico estaba marcado por episodios de bronquitis, insuficiencias renales o cirugías cardíacas y de colon que mermaron su salud. Cabe recordar que, con solo 21 años, sufrió una grave infección respiratoria que llevó a los médicos a extirpar de forma parcial el lóbulo superior de su pulmón derecho. También sufría de hipertensión y diabetes. 

La posibilidad de que la exigente agenda del fin de semana haya acelerado el desenlace no ha sido planteada de forma explícita por las autoridades vaticanas. Sin embargo, no es descartable que el esfuerzo por mantener una mínima actividad pública, en medio de una situación clínica tan frágil para una persona de 88 años, haya jugado en su contra.

Como ocurre con muchas patologías, la edad es un factor de riesgo determinante para poder sufrir un ictus, como también lo es el estrés físico y mental, especialmente si se combina con fatiga, presión arterial elevada o deshidratación. 

El testamento de Francisco

Por otro lado se ha hecho público este lunes que el Papa Francisco dejó escrito en su testamento su voluntad de ser enterrado en una capilla en la basílica romana de Santa María la Mayor y en una tumba sencilla.

"Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal como se indica en el documento adjunto. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus", se lee en el testamento publicado.

El documento, que tiene fecha del 29 de junio de 2022, fue hecho público después de ser trasladado a la capilla de su residencia en la Casa Santa Marta.

"Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad sólo respecto al lugar de mi sepultura. Siempre he confiado mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por eso, pido que mis restos mortales descansen en espera del día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor", se lee en el testamento.

Y añade: "Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiguo santuario mariano donde fui a orar al inicio y al final de cada viaje apostólico para manifestar con confianza mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle su cuidado dócil y maternal".

El Papa indica además que los gastos para la preparación de mi entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que ha dispuesto y que será "entregada a Santa María la Mayor y de la cual he dado instrucciones oportunas a monseñor Rolandas Makrickas, comisionado extraordinario del Capítulo Liberiano".

Francisco concluye sus voluntades pidiendo: "Que el Señor conceda la recompensa merecida a quienes me han amado y continuarán orando por mí.".

"Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos", termina el testamento.