Ursula von der Leyen y Charles Michel, durante una rueda de prensa

Ursula von der Leyen y Charles Michel, durante una rueda de prensa Comisión Europea

Europa

El enfrentamiento entre Von der Leyen y Michel empaña el final de la legislatura europea

Los dos máximos dirigentes de la UE exhiben en público sus diferencias sobre la ampliación a Ucrania y los Balcanes en el enésimo episodio de su enemistad.

2 septiembre, 2023 03:23
Bruselas

La profecía de Jean-Claude Juncker se ha cumplido ahora. El antecesor de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión propuso fusionar su cargo con el de presidente del Consejo Europeo (que en aquel momento ocupaba el polaco Donald Tusk) para crear una especie de superpresidente europeo. Un líder que permitiría por fin a la UE hablar con una sola voz, tanto a nivel interno como de cara al exterior, eliminando las actuales duplicidades y confusión

"¿Cómo es que la UE, con todos los matices que queramos, funciona bien así ahora? Porque mi amigo Donald Tusk y yo nos entendemos bien. Supongamos por un segundo que los dos presidentes mantuviesen un conflicto abierto: el resultado sería desastroso. El presidente del Consejo Europeo fijaría la agenda como hace ahora y el presidente de la Comisión se negaría a presentar las propuestas para darle seguimiento. Una pesadilla que no quiero que ocurra", argumentaba entonces Juncker.

La guerra total entre el presidente de la Comisión y el presidente del Consejo Europeo de la que avisaba el luxemburgués se ha convertido en una realidad desde la llegada al poder por sorpresa de Ursula von der Leyen y Charles Michel en julio de 2019. Lo que al principio de la legislatura era una tensión soterrada entre los dos, se ha vuelto un enfrentamiento público en la recta final de sus respectivos mandatos que ninguno se esfuerza en disimular.

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El último encontronazo se ha producido en la primera semana del último curso político en Bruselas antes de las elecciones europeas de junio de 2024. Y afecta a una de las prioridades estratégicas más importantes de la UE: la ampliación hacia Ucrania y los Balcanes. El pasado lunes, Michel inauguraba la actividad con un discurso, de pretendido largo alcance, cuya novedad era dar por primera vez una fecha a los candidatos: "Creo que debemos estar preparados, por ambas partes, para una ampliación de aquí a 2030".

Al día siguiente, la portavoz de Von der Leyen, Dana Spinant, dedicó buena parte de su rueda de prensa diaria a destrozar las propuestas del presidente del Consejo Europeo. "No estamos centrados en una fecha, sino en trabajar muy estrechamente con los países candidatos para que esten preparados para entrar en la UE (...) La ampliación es un proceso que se basa en los méritos, lo que significa que los candidatos deben unirse a la UE cuando estén preparados", subrayó Spinant, rechazando el objetivo de 2030. La portavoz reveló además que Michel no consultó con Von der Leyen el contenido de su discurso.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante su discurso este lunes en Eslovenia sobre la ampliación

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, durante su discurso este lunes en Eslovenia sobre la ampliación UE

"La gente no está obligada a caerse bien. Pero si las relaciones personales no son buenas, las relaciones de trabajo sí deberían serlo. Y lo que sabemos es que el problema no es solo entre ellos: también entre sus equipos hay aparentemente muy poca coordinación y no comparten información", explica a EL ESPAÑOL Ricardo Borges de Castro, que trabajó en el gabinete de José Manuel Durao Barroso cuando era presidente de la Comisión y ahora es director asociado del European Policy Center.

"Crear este ruido sobre la política de ampliación, que tiene carácter estratégico para la UE y afecta a Ucrania, que está sufriendo una agresión de Rusia, no es positivo. Deberían entenderse y deberían hablar con una sola voz y no lo hacen. Eso no es bueno para la UE", señala Borges de Castro.

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¿De dónde viene esta animadversión entre Von der Leyen y Michel? La mayoría de diplomáticos y observadores en Bruselas sitúan el momento de la ruptura total en abril de 2021, cuando los dos líderes viajaron a Turquía para reunirse con Recep Tayyip Erdogan y se produjo el llamado 'sofagate'. Al ver que sólo había dos sillas para un encuentro entre tres mandatarios, el presidente del Consejo Europeo no pidió otro asiento para Von der Leyen ni le cedió su sitio, sino que la dejó de pie y después relegada al sofá.

"Me sentí dolida, me sentí sola como mujer y como europea", dijo después la alemana en un combativo discurso ante la Eurocámara que Michel interpretó como una agresión. "Soy la primera mujer en ser presidenta de la Comisión Europea, y así esperaba que se me tratase cuando visité Turquía. Pero no fue así. (...) ¿Habría pasado si hubiera llevado traje y corbata?", se quejó Von der Leyen.

Ursula von der Leyen viajó este jueves a París para reunirse con Emmanuel Macron

Ursula von der Leyen viajó este jueves a París para reunirse con Emmanuel Macron Comisión Europea

Desde ese momento, las reuniones de coordinación entre los dos mandatarios brillan por su ausencia. Von der Leyen y Michel compiten por reunirse por separado con líderes internacionales como Xi Jinping, amplificando la cacofonía de voces en la UE. Y el presidente del Consejo Europeo ni siquiera se priva de criticar públicamente a la Comisión por su lentitud en expedientes como la crisis energética.

El último choque entre los dos dirigentes revela además las fracturas internas en la UE a propósito de la ampliación, uno de los expedientes centrales del actual semestre de presidencia española. En octubre, el Ejecutivo comunitario publicará los resultados del examen sobre el grado de preparación de Ucrania y el resto de candidatos. Y en diciembre los líderes europeos deben decidir si inician las negociaciones de adhesión con un país en guerra.

A la discordancia entre Von der Leyen y Michel se han sumado esta semana otras muchas voces. El presidente francés, Emmanuel Macron, defiende avanzar hacia una Europa "a múltiples velocidades" como respuesta a la ampliación. Francia, Alemania y Portugal sostienen que la UE debe reformarse internamente antes de acoger a nuevos miembros o de lo contrario se convertirá en una entidad ingobernable. Austria replica que esta exigencia de reformas de los Tratados es en realidad una excusa para ralentizar la entrada de Ucrania y los Balcanes.

La propuesta de Juncker de crear un superpresidente europeo nunca prosperó por la negativa de las capitales a ceder más poder a Bruselas. Pero durante la actual legislatura la balanza del poder se ha inclinado del lado de Von der Leyen en detrimento de un desdibujado Michel. "Si los americanos quieren llamar a alguien en Bruselas, yo creo que el primer teléfono que sonará es el del piso decimotercero del Berlaymont (donde se encuentra la oficina y el apartamento de la alemana)", señala el experto del European Policy Center.

La presidenta de la Comisión se ha convertido en el rostro de la UE por su protagonismo durante la pandemia y la guerra de Ucrania y su relación privilegiada con la Casa Blanca de Joe Biden, mientras que Charles Michel no ha logrado encontrar su sitio (a diferencia de lo ocurrido con Donald Tusk, su antecesor). En Bruselas todo el mundo espera que Von der Leyen anuncie en las próximas semanas que aspira a un segundo mandato de cinco años, mientras que Michel dirá adiós en 2024 a la escena europea.