Sabrina Carpenter y Donald Trump.

Sabrina Carpenter y Donald Trump. Reuters

EEUU

Sabrina Carpenter contra Trump por utilizar su música para blanquear su "agenda inhumana" de deportaciones

La Casa Blanca usó un fragmento de Juno, en un vídeo que subió a X, para acompañar imágenes de detenciones agresivas realizadas por agentes del ICE.

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Las claves

Sabrina Carpenter criticó a la Casa Blanca por usar su canción 'Juno' en un video que muestra redadas migratorias de la Administración Trump.

La artista calificó el video como "malvado y repugnante" y exigió que no se use su música para apoyar agendas políticas inhumanas.

No es la primera vez que la Administración Trump utiliza canciones populares sin el consentimiento de los artistas, lo que ha generado protestas de figuras como Taylor Swift, Celine Dion y The Rolling Stones.

Algunos músicos han recurrido a acciones legales para evitar el uso no autorizado de sus obras en campañas políticas, logrando fallos judiciales a su favor.

La cantante Sabrina Carpenter arremetió este martes contra la Casa Blanca por utilizar una canción suya, Juno, en un vídeo que muestra varias de las redadas migratorias llevadas a cabo por la Administración Trump.

La Casa Blanca usó un fragmento de Juno en el que se repite la frase "¿Alguna vez has probado esta?" para acompañar imágenes de detenciones agresivas realizadas por agentes de la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

"Este vídeo es malvado y repugnante", escribió Carpenter en X. "No me involucren nunca a mí ni a mi música en su agenda inhumana", sentenció.

La canción empleada, Juno, uno de los temas más populares de la artista ganadora de dos premios Grammy, expresa un deseo romántico y sexual muy intenso hacia otra persona.

No es la primera vez que la Administración Trump recurre a canciones virales para promover sus políticas, ni tampoco la primera ocasión en la que un artista se desvincula públicamente del mensaje.

Choque con Taylor Swift

El caso más reciente ha involucrado a Taylor Swift, una de las artistas anti Trump más visibles. El pasado noviembre, la Casa Blanca de Trump usó la canción The Fate of Ophelia, de su álbum The Life of a Showgirl, en un video oficial de TikTok con mensajes patrióticos y escenas de Trump y su equipo.

El vídeo cerraba con un cambio sobre el original: sobre la pantalla, donde los fans esperan ver “The Fate of Ophelia”, aparecía la frase The Fate of America.

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Swift sí ha respondido de manera directa a Trump cuando el republicano ha hecho comentarios sobre protestas raciales o el sistema de correo, diciendo que su presidencia promovía la supremacía blanca y que había que “votar para sacarlo”. También ha animado a sus seguidores a informarse y participar en las elecciones, reforzando su rol como voz política liberal frente a Trump.

En 2024 Trump usó el tema de Celine Dion My Heart Will Go On en un mitin en Montana. El equipo de la canadiense emitió un comunicado de “uso no autorizado” y dejó claro que no aprobaba ni respaldaba la campaña de Trump.​

En otro mitin, en Dakota del Sur, donde sonó Please, Please, Please, Let Me Get What I Want de The Smiths, el guitarrista de la banda Johnny Marr pidió públicamente que dejaran de usarla y afirmó que no quería ninguna asociación con el político.​

Otros conflictos con artistas

Uno de los primeros choques sonó a rock clásico. Rockin’ in the Free World de Neil Young irrumpió en los actos de Trump en la campaña de 2016 como un himno perfecto para hablar de libertad y grandeza nacional, hasta que el canadiense recordó públicamente que era seguidor de Bernie Sanders y no del republicano. Young hizo saber que no autorizaba el uso de su tema y convirtió lo que Trump quería usar como banda sonora patriótica en un reproche directo a sus políticas, evidenciando la distancia entre la letra de la canción y el proyecto del magnate.​

En un mitin de 2018, la alegría contagiosa de Happy sonó a todo volumen pocas horas después de la masacre de la sinagoga de Pittsburgh, un contraste que indignó a Pharrell Williams. Su equipo legal respondió con una dura carta de cese y desistimiento, acusando al entonces presidente de apropiarse de la canción sin permiso y de vaciarla de sentido al colocarla sobre una tragedia que, a ojos del artista, exigía luto y responsabilidad política, no celebración.​

La lista de protestas se fue alargando con nombres de peso pesado. Cuando You Can’t Always Get What You Want de The Rolling Stones se convirtió en tema de cierre habitual de los mítines, la banda respondió con avisos formales y la amenaza explícita de acudir a los tribunales si Trump insistía.

R.E.M., por su parte, estalló al escuchar It’s the End of the World as We Know It en un acto: Michael Stipe y sus compañeros denunciaron la utilización de una canción crítica y apocalíptica como mera escenografía de campaña, y subrayaron que no daban ningún tipo de respaldo al candidato.​

En los últimos años, el conflicto ha llegado también al terreno legal con sentencias en contra del presidente.

El músico Eddy Grant demandó a la campaña por usar Electric Avenue en un vídeo político y, tras un largo pulso, un tribunal dio la razón al artista, ordenando indemnizaciones y reforzando la idea de que los derechos de autor también se aplican en la arena electoral.

Más recientemente, los herederos de Isaac Hayes lograron que un juez prohibiera al equipo de Trump seguir empleando Hold On, I’m Comin’ en sus mítines, un fallo que muchos músicos leen como aviso de que ya no basta con quejarse en redes: la justicia empieza a colocar límites claros al uso propagandístico de sus canciones sin consentimiento.

Por otro lado, la editorial canadiense de libros para niños Kids Can Press publicó un mensaje en esta línea después de que el secretario de Guerra, Pete Hegseth, compartiese una portada modificada de Franklin the Turtle en la que el personaje aparece apuntando un bazuca a unos barcos.

El nombre de esta falsa entrega era: "Franklin se enfrenta a los narcoterroristas".

La versión de 'Franklin the Turtle' del secretario de Guerra, Pete Hegseth.

La versión de 'Franklin the Turtle' del secretario de Guerra, Pete Hegseth. X

"Condenamos enérgicamente cualquier uso denigrante, violento o no autorizado del nombre o la imagen de Franklin, que contradice directamente estos valores", defendió la editorial tras asegurar que la tortuga "representa la amabilidad, la empatía y la inclusión".