
Agentes de policía detienen a un manifestante durante la protesta 'No Kings' contra las políticas de Donald Trump en McAllen (Texas).
El asesinato de una congresista y 2.000 protestas a lo largo de EEUU empañan el desfile militar de Donald Trump
Organiza un desfile militar en Washington por el 250 aniversario del Ejército, que coincide con su 79 cumpleaños, en una de las jornadas más turbulentas de su mandato.
Más información: Un hombre asesina en su casa a una congresista demócrata de Minnesota y a su marido en "un acto de violencia política".
Donald Trump cumplió este sábado su deseo de presidir un desfile militar en Washington DC. Aunque lejos de resultar una exhibición de músculo y patriotismo, el contexto que rodeó al evento ilustró la agitación que vive el país.
La mañana arrancó con el asesinato a tiros de una congresista del estado de Minnesota y su marido. En la tarde se convocaron más de 2.000 protestas en ciudades grandes y medianas bajo el lema ‘No Kings’ (Sin reyes). Y en la noche, los disturbios continuaron en la ciudad de Los Ángeles, donde sigue desplegada la Guardia Nacional y hay un toque de queda nocturno.
“Habéis hecho a los estadounidenses muy orgullosos, nos están viendo en todo el mundo. Todos los países celebran sus victorias, era cuestión de tiempo que hiciéramos nosotros también lo mismo”, arrancó Trump en su escueta intervención de sólo ocho minutos.
Muy breve para lo que acostumbra el mandatario, quien se centró en celebrar al Ejército estadounidense, que durante más de tres horas procesionó en cuadrillas, tanques y todo tipo vehículos, amenizado con música country, rock y marchas militares.
Trump se marcó el objetivo de organizar un desfile militar en la capital estadounidense después de quedar impresionado en 2017 con la marcha organizada por el Día de la Bastilla en los Campos Eliseos de París, donde acudió invitado por el presidente Emmanuel Macron. “Fue algo tremendo para Francia y para el espíritu de Francia. Vamos a tener que intentar superarlo", dijo entonces al diario Le Monde.

Donald Trump saluda al público, junto a su esposa Melania, durante el desfile militar en Washington DC.
A diferencia de otros países, Estados Unidos no acostumbra a organizar este tipo de desfiles militares. El último fue en 1991, por el final de la Guerra del Golfo, y en su Día de la Independencia, el 4 de julio, el área del National Mall que rodea la Casa Blanca y el Congreso suele acoger cada año conciertos y espectáculos de fuegos artificiales desvinculados de toda referencia belicista.
Así, Trump encontró este 14 de junio, fecha en la que hace 250 años se creó el Ejército Continental que luchó contra las tropas británicas, la excusa perfecta para su ansiado desfile. En coincidencia, además, con su 79 cumpleaños.
Más de 6.000 militares, algunos ataviados con uniformes históricos, han desfilado frente a un escenario dispuesto entre el obelisco que sirve Monumento a Washington y los jardines traseros de la Casa Blanca.
Además, también han circulado decenas de carros de combate y medio centenar de helicópteros y aviones. La Casa Blanca ha contratado, incluso, a una productora externa para filmar todo el espectáculo, cuya factura se ha estimado en 45 millones de dólares que según el presidente han sido “pagado por él y por donaciones”.
Ignorado por la televisiones
A pesar de los datos sobre el papel, la exhibición ha resultado muy deslucida por infinidad de motivos.
La intensa lluvia entristeció las imágenes de Washington captadas por la televisión y alteró el recorrido aéreo; la seguridad que blindó la capital para evitar protestas paralelas aminoró la ya de por sí escasa presencia de público y la falta de tradición en estos menesteres se evidenció con una retransmisión descafeinada muy alejada de la pompa y la elegancia de los desfiles europeos o asiáticos que Trump quiso emular.
Ni siquiera las principales televisiones en abierto del país retransmitieron el evento en directo, relegado a los canales de noticias.
Cuando Trump repasó las victorias militares del país y juró a los nuevos integrantes del Ejército en su discurso las televisiones más vistas del país emitieron, en su lugar, competiciones deportivas o series de ficción.
“Hoy conmemoramos un evento que cambió la historia de EEUU y del mundo”, insistió el mandatario.
2.000 protestas
Había gran expectación en las palabras que iba a pronunciar Trump, pues el desfile militar ha coincidido con un contexto de extrema agitación.
Su decisión de desplegar a la Guardia Nacional y a los marines en las calles de Los Ángeles, donde a diario se convocan protestas en contra de las redadas migratorias, ha intensificado los debates sobre si está abusando de sus poderes.
Un ejemplo de ello es que las autoridades de California se han opuesto a la presencia de las fuerzas federales y han asegurado poder controlar las manifestaciones con sus equipos locales.
Curiosamente, la coincidencia del desfile, su cumpleaños y el despliegue unilateral de las fuerzas del orden —que se suma a una serie de acciones contrarias a decisiones judiciales o a la tradición política estadounidense— ha dado lugar a que la oposición encuentre un lema común para unirse y protestar contra el mandatario: No Kings, que significa literalmente Reyes No.
Bajo ese lema, miles de estadounidenses han salido a las calles en al menos 2.000 protestas a lo largo del país, en ciudades como Nueva York y Chicago y otras mucho más pequeñas.
Los convocantes critican la deriva personalista y autoritaria en el ejercicio del poder que, según ellos, ha tomado Trump en este segundo mandato.
En Washington, en cambio, sólo una pequeña protesta en el Congreso terminó rápidamente reprimida por el enorme despliegue policial.
“Fue intencional. Cuando vimos que Trump iba a gastar 45 millones en este desfile militar personal, algo propio de un país autoritario, en lugar de darle la excusa o la narrativa para aplastar protestas pacíficas, preferimos dejar que tuviera su pequeño cumpleaños en Washington, y organizarnos por todo el resto del país”, explicó en la cadena CBS Ezra Levin, codirector ejecutivo de Indivisible, una de las organizaciones que respaldaron la convocatoria.
Muy a pesar de la Administración Trump, la retransmisión del desfile militar fue interrumpida en varias ocasiones para mostrar las manifestaciones, en su gran mayoría pacíficas con familias y niños presentes.
Un contraste en pantalla partida que demostraba en tiempo real la profunda división que vive Estados Unidos a nivel político y social.
De hecho, cuando Trump terminó de hablar en Washington, las cadenas de noticias conectaron rápidamente con la otra punta del país, en Los Ángeles, para mostrar los disturbios contra los manifestantes más rezagados, que se negaban a abandonar las calles ante el toque de queda nocturno decretado en la ciudad californiana para evitar que las manifestaciones degeneren en violencia, como ha pasado en días anteriores.
Violencia política
En la mañana un hombre disfrazado de Policía asesinó a la representante de la Cámara de Minnesota Melissa Hortman y a su marido, en lo que ha sido calificado por el gobernador y excandidato vicepresidencial, Tim Walz, como "un acto de violencia política selectiva”.
En un segundo ataque, hirió al senador estatal de Minnesota John Hoffman, también demócrata, y a su esposa, quienes continúan en estado de gravedad pero se están recuperando.
Las autoridades no han dado con el atacante, identificado como Vance Boelter, de 57 años, que sigue en busca y captura. La policía localizó en su vehículo un manifiesto y una lista de más de 70 personas a las que pretendía herir, en su mayoría vinculadas con el Partido Demócrata.
"Tal violencia horrible no será tolerada en los Estados Unidos de América. ¡Dios bendiga a la gran gente de Minnesota, un lugar verdaderamente grandioso!", publicó Trump en su red social horas antes de que comenzara un desfile militar con la agitación en las calles de Estados Unidos y el foco mundial puesto en los ataques entre Israel e Irán.
"Nuestros soldados nunca abandonan, nunca se rinde, ellos luchan, luchan, luchan y ganan, ganan, ganan", ha advertido, mientras el escenario nacional e internacional se caldea por minutos.