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Milei, Bullrich y Massa se disputan la presidencia de Argentina con la peor participación desde 2007

Los colegios cerraron en el horario previsto y se espera que los primeros datos oficiales no lleguen antes de 03.00 hora española. Los pronósticos apuntan a una segunda vuelta el próximo 19 de noviembre.

22 octubre, 2023 23:53
Buenos Aires

El partido populista fundado en 1945 por el militar Juan Domingo Perón, que lleva casi 80 años dominando la política de Argentina, nunca imaginó que llegaría a tamaña encrucijada: este domingo compite en las elecciones presidenciales emparedado entre dos contrincantes de derechas y se juega la continuidad en la Casa Rosada.

Cerrados los colegios electorales a las 18.00 hora local, la participación se quedó en el 74%, muy por encima de las elecciones PASO del 13 de agosto y en las que Javier Milei se impuso con cierta comodidad, pero muy lejos del 81,6% de las elecciones presidenciales de 2019.

Estas cifras suponen el peor dato de participación desde 2007 -cuando Cristina Fernández de Kirchner se impuso en primera vuelta con un 45% del voto- y, a priori, podrían favorecer a un Milei que aspira incluso a ganar la presidencia en la primera vuelta pese a que las sensaciones en los búnkers de los candidatos apuntan claramente a una segunda vuelta entre el propio Milei y Sergio Massa, con Patricia Bullrich en tercera posición.

Los diferentes sondeos a pie de urna no pueden publicarse hasta tres horas después del cierre de la jornada electoral de acuerdo con la ley argentina, con lo que las primeras aproximaciones no llegarán hasta, al menos, las 02.00 horas de la madrugada del lunes en España.

Desde el gobierno argentino se ha informado que los primeros datos oficiales se deberían conocer a partir de las 03.00 hora española, aunque Julio Vitobello, secretario general de la Presidencia, ya anunció que al menos Buenos Aires y las provincias de Catamarca y Entrerríos acumularán retraso en el conteo.

La oficialista Unión por la Patria (UP), coalición del peronismo más 17 pequeños partidos que gobierna el país desde 2019, presenta de presidenciable a Massa -51 años, abogado, político profesional-. Hasta 2022 presidía el Congreso de Diputados, pero el año pasado dejó ese cargo y cogió la patata caliente del Ministerio de Economía en el gobierno nacional.

Ahora lo escoltan otros dos presidenciables. A un lado, Javier Milei -53 años, economista ultraliberal, de extrema derecha, vinculado a Vox- del partido La Libertad Avanza (LLA), que encabeza las preferencias de los votantes, según las encuestas. Y al otro, Patricia Bullrich -67 años, licenciada en comunicación, política profesional- de la coalición de derecha Juntos por el Cambio (JxC).

De izquierda a derecha; Sergio Massa,  Patricia Bullrich y Javier Milei, candidatos a la Presidencia de Argentina.

De izquierda a derecha; Sergio Massa, Patricia Bullrich y Javier Milei, candidatos a la Presidencia de Argentina. Reuters

Este movimiento de pinzas de las fuerzas de derechas sobre el peronismo es algo inédito en Argentina. Amenaza al populismo de izquierdas con bajarlo del podio de la hegemonía que mantiene sobre el sistema político (exceptuando los períodos de las intermitentes dictaduras cívico-militares). Y condenarlo a un segundo o tercer puesto.

El peronismo ya se hundió al tercer puesto por primera vez en su historia en las elecciones primarias de agosto pasado. UP de Massa recogió 27,28% de sufragios; JxC de Bullrich, 28%; y LLA de Milei, el más votado, 29,86%. El auténtico vencedor fue el absentismo: 30,4%, casi 10 millones de ciudadanos, no fue a votar pese a que es obligatorio.

Ahora la gran ilusión de los tres presidenciables del pelotón de punta –compiten otros dos sin chances: Juan Schiaretti, de centroderecha, y Miryam Bregman, de izquierda- es crecer significativamente este domingo en las urnas si quienes se abstuvieron en las primarias salen de casa, concurren a votar y vuelcan los resultados para un lado u otro.

Un trabajador prepara las urnas en un colegio electoral a las afueras de Buenos Aires.

Un trabajador prepara las urnas en un colegio electoral a las afueras de Buenos Aires. Reuters

Sin embargo, en una Argentina empobrecida y súper polarizada entre peronistas y antiperonistas, no hay clima de fervor ciudadano ni de participación en la democracia. Es peor aún: la mitad de los argentinos aceptaría "un gobierno no democrático si resuelve los problemas de la gente", según la encuesta difundida este viernes por la consultora Poliarquia.

Muchos argentinos están rabiosos con la democracia, justamente a cuatro décadas de su reconquista en 1983, y con los políticos en general, especialmente con el actual gobierno peronista del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández, viuda de Kirchner. Y el enojo popular tiene en la mira a Massa, presidenciable y ministro de Economía.

La gestión de Massa al frente de la cartera de Hacienda muestra cifras desastrosas: el IPC se ha disparado a valores máximos de los últimas tres décadas, 138% de promedio interanual, con la consiguiente pulverización del poder adquisitivo. Y la moneda argentina, el peso, se ha devaluado 279% frente al dólar estadounidense.

Pobreza de la población

La pobreza ha alcanzado al 41% de la población, o sea 18,7 de los 45,8 millones de argentinos, una cifra tremenda para este país que, en el siglo XX, atrajo inmigrantes de toda Europa por su prosperidad y supo contar la más extendida clase media entre las naciones de América Latina, gracias a una fuerte movilidad social ascendente.

También es alarmante el caso de la niñez y adolescencia, hasta los 14 años. En esa franja social, según informes recientes de la Unicef, la vulnerabilidad es elevada: dos de cada tres niñas y niños son pobres por ingreso familiar o por no acceder a derechos básicos como vivienda, sanitarios, agua, educación y protección social. Esto abarca al 66% de chicos y jovencitos.

Este domingo han sido convocados a las urnas 35.394.425 ciudadanos para que escojan entre los candidatos a presidente de la República -el noveno desde la recuperación de la democracia en 1983- vicepresidente, senadores, diputados, y alcaldes. En el parlamento se renovarán la mitad en diputados y un tercio en el senado, con lo cual variará el poder político de gobierno y oposición.

Gran favorito

El favorito en las encuestas y con inercia ganadora es Milei, un outsider impulsor de la antipolítica, que propone reformas radicales y de dudosa concreción, por ejemplo, el abandono del peso y la adopción del dólar como moneda. En su cierre de campaña convocó a los argentinos a concurrir a los centros de votación para "ganar en la primera vuelta".

Bullrich finalizó su campaña asegurando que "sabemos cómo ordenar y devolver la felicidad a los argentinos, No venimos improvisados, tenemos un plan claro". Prometió que si llega a la Casa Rosada hará "el gobierno más austero de la Historia". "Vamos a dar vuelta la tortilla: el dinero para la gente, y el Estado tiene que atender lo fundamental, que son los médicos, los maestros, los policías y militares", sostuvo.

Por su parte, Massa intentó despegarse del actual presidente Fernández y la vicepresidente Kirchner. "Mi gobierno va a ser distinto a éste", prometió y aseguró que "el año que viene va a ser un muy buen año en reducción de inflación". El candidato oficial anunció que si es presidente planea "convocar a los mejores en un Gobierno de unidad nacional" para "construir la Argentina de los próximos años".

Si se cumple el vaticinio de las encuestas que señalan a Milei como el candidato más votado este domingo, pero sin conseguir el porcentaje suficiente para convertirse en un ganador concluyente, Argentina irá a unos comicios presidenciables de segunda vuelta o balotaje, el 19 de noviembre, entre quienes este domingo resulten primero y segundo.