El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante una de sus ruedas de prensa diarias.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, durante una de sus ruedas de prensa diarias. Gobierno de México

América

Todo lo que AMLO tiene que perder al "pausar" su relación con España: 70.000 millones en juego

España cuenta con 7.000 empresas operando en México, la mayoría de ellas pymes. Y su inversión equivale al 12% del gasto extranjero total.

11 febrero, 2022 04:43
Enrique Lavilla María Vega

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Como si hablara de un tema trivial, insignificante, anodino; el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se desmarcó este miércoles con unas declaraciones que rapidamente cruzaron el charco y causaron un gran revuelo en nuestro país. El mandatario mexicano planteó hacer "una pausa" en las relaciones con el Gobierno de España, y también con las empresas, con el objetivo de mejorarlas.

La reacción del Gobierno español no se hizo esperar. Fue el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien salió al paso de la amenaza de AMLO y pidió inmediatamente "explicaciones" para aclarar "a qué se refiere con sus declaraciones súbitas, y qué traducción oficial quiere dar".

Veinticuatro horas después, AMLO aclaró sus palabras: "Dije que vamos a tener una pausa, vamos a serenar la relación. Pero no hablé de ruptura".

Pese a todo, las amenazas del presidente mexicano pueden suponer un duro revés a los 66.000 millones de euros (76.000 millones en dólares) de inversión procedente de España que el país azteca recibió el pasado año, según datos de la Cámara Española de Comercio en México (Camescom).

El 12% de la inversión extranjera que recibe México cada año procede de España, el segundo mayor inversor del país, sólo por detrás de Estados Unidos (EEUU). Es un peso en la economía coherente con la fuerte presencia que las multinacionales españolas tienen allí en sectores clave como la energía (Iberdorla, Repsol, Naturgy), finanzas (BBVA, Santander, Mapfre o Sabadell), infraestructuras (OHLA, Sacyr o FCC), turismo (Meliá, Barceló o Catalonia Hoteles).

A estas empresas se suman gigantes de otros sectores de peso como las telecomunicaciones (Telefónica es el segundo operador del país y el eterno rival del magnate Carlos Slim en telefonía), el textil (Zara), el juego (Codere) o incluso la abogacía (Cuatrecasas).

El clima hostil -aunque controlado porque evita hablar de ruptura diplomática- en las relaciones económicas entre ambos países que López Obrador parece querer alimentar ha ido empeorando estos días. Así, con el populismo que caracteriza el discurso del presidente mexicano, los ataques y amenazas han ido tomando forma para dirigirse a empresas concretas con nombre y apellidos.

Si en un primer momento, el líder mexicano se centró en la energía al poner el foco en los contratos de Iberdrola y Repsol en México. Después, ha incorporado a otras corporaciones, como OHLA y BBVA.

Para el banco español, el negocio en México representa el 45% de su resultado atribuido y su filial Bancomer es el principal banco del país.

Mientras, Iberdrola es el segundo productor de electricidad de México, donde la compañía ingresa el 3% de su Ebitda. Además, pese a la llegada al poder de López Obrador, México ha seguido siendo una de sus apuestas, ya que la compañía que preside Ignacio S. Galán invirtió en el país latinoamericano 150 millones de euros en los nueve primeros meses de 2021. De esa cantidad, algunas inversiones fueron a proyectos punteros en sectores como el hidrógeno verde, según consta en su información financiera.

En el caso de Repsol, el presidente del país ha sacado a relucir la concesión de la compañía para extraer gas en la Cuenca de Burgos y otro acuerdo -valorado en 26.000 millones de dólares (más de 22.600 millones de euros) para importar gas desde Perú. Son amenazas que se producen en un contexto geopolítico internacional marcado por la crisis energética.

La cuarta empresa puesta en el disparadero, OHLA, también tiene importante presencia en el país, donde en los últimos tiempos ha sufrido el problema reputacional por las grabaciones de algunos de sus directivos en las que se hablaba de sobornos.

El Gobierno de España ha emitido un comunicado a través del ministerio de Exteriores en el que "rechaza tajantemente las descalificaciones realizadas por el presidente mexicano contra España y las empresas españolas".

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.

El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. Efe

"España y México somos socios estratégicos y estamos unidos por profundos lazos humanos, culturales, históricos, lingüísticos y económicos", recuerda el comunicado. Y señala que "más de 175.000 españoles viven en México y cerca de 30.000 mexicanos residen en nuestro país" y que "España es el segundo inversor en México y cuenta con 7.000 empresas en ese país".

Exteriores subraya que "la inversión española se eleva por encima de 70.000 millones de euros y la mexicana en España supera los 25.000 millones". Y concluye asegurando que "España trabajará siempre por mantener las mejores relaciones con México y reforzar los lazos con este pueblo hermano. El Gobierno desea unas relaciones basadas en el respeto mutuo, como quieren los españoles y los mexicanos, sin este tipo de manifestaciones".

Recientemente, España se ha convertido en el primer inversor del sector energético y el segundo en banca y finanzas. Además, hay algunas empresas españolas para las que México es el trampolín perfecto para expandirse a los mercados de EEUU y Canadá.

A su vez, México ya es el sexto inversor en España. Por lo tanto, no se trata sólo de un flujo unidireccional, sino que es una relación beneficiosa para ambas partes. Ese "abuso de confianza" que denuncia AMLO no existe realmente y sus palabras pueden terminar jugando en su contra.

Ahora, estas declaraciones de AMLO en las que señala directamente a determinadas empresas españolas, pueden dar al traste con las citadas inversiones y perjudicar no sólo a España, sino también a México.

Y todo eso a pesar de que el mandatario asegure que "México es de los países más atractivos para la inversión foránea porque hay paz, estabilidad y no existe la corrupción". Sea quien sea quien le haya asesorado, lo más seguro es que AMLO tenga que replantearse su posición tras su ya famosa "pausa".