Campamento de desplazados en Nigeria.

Campamento de desplazados en Nigeria. Human Right Watch

África Viaje a Nigeria (IV)

El delta del Níger, una mancha de petróleo en la historia de España: de la mano de obra esclava al comercio energético

De esta zona de Nigeria procede el 10,4% de las reservas anuales de crudo de nuestro país.

Más información: Viaje al delta del Níger, un paraíso natural convertido en un lodazal de petróleo y sangre

Delta del Níger
Publicada

Los vínculos entre España y el delta del Níger se remontan a los últimos 500 años. Fueron inevitables desde que un intrépido explorador portugués, Lançarote de Freitas, consiguió ser el primer europeo en divisar la desembocadura del gigantesco río, allá por 1472, en unas exploraciones orientadas a buscar mano de obra esclava. Tanto él como sus coetáneos portugueses navegaron el litoral africano para adquirir oro, malagueta, goma, marfil y esclavos. 

El delta del Níger se convirtió en los siglos siguientes en uno de los principales puntos de aprovisionamiento de mano de obra esclava para los portugueses, que sirvieron de proveedores para la América española tras aprobar Carlos I en 1518 el envío de esclavos al Nuevo Mundo desde los asentamientos portugueses en África. Incluso durante el breve periodo en que Portugal perteneció a la Corona española, eran los lusos quienes se encargaban de recoger a los esclavos antes de entregarlos a las plantaciones y minas españolas al otro lado del océano. En definitiva, si la relación entre España y el delta del Níger se remonta al siglo XVI, esta relación siempre fue indirecta. España, como tal, nunca tuvo una presencia física en la zona, sino que se servía de intermediarios para exprimir sus voluntades. Este detalle es muy importante a la hora de considerar las actuales relaciones entre España y el delta del Níger.

Porque el delta ofrecía mano de obra esclava a España en los siglos XVI, XVII y XVIII, pero hoy provee a los españoles con un 10,4 % de las reservas anuales de petróleo, tratándose Nigeria (cuyas reservas de petróleo se encuentran en exclusiva en el delta del Níger) del mayor proveedor mundial de petróleo para España y de su cuarto mayor proveedor de gas. El delta del Níger no es algo lejano y ajeno a los españoles, no se trata de otro rincón aleatorio de África; si se esfumase del mapa, si cualquier motivo catastrófico impidiese que sigan entregándonos su petróleo, la crisis de combustible en el país europeo sería histórica, y no caben dudas de que el delta del Níger, ese lugar misterioso y oculto hasta ahora, ocuparía todas las portadas de todos los periódicos y todos los minutos de todos los telediarios. 

Asari Dokubo, señor de la guerra nigeriano, conocía este detalle cuando afirmó en una entrevista a EL ESPAÑOL que "a Occidente no le importa nada de lo que ocurre aquí, en lo que están interesados es en nuestro petróleo. Nosotros nos mantenemos divididos y eso es mejor para ellos. Si el petróleo deja de fluir… entonces se interesan". Asari Dokubo, asesino para unos y héroe para otros, comprende la hipocresía que funciona como motor del mundo. 

España no se mancha las manos… si puede evitarlo. No se complica. Son otros los encargados de extraer el petróleo, de plantar cara a los grupos armados que pululan por los laberintos del delta, de engañar a los locales con promesas falsas de desarrollo, de negociar con los gobernantes corruptos para maximizar el beneficio. Actualmente, España se limita a importar el petróleo nigeriano en crudo, para después producir carburantes útiles en sus propias refinerías. Parte del petróleo se compra en el mercado internacional, mientras que el resto se compra directamente a la Nigerian National Petroleum Company (NNPC).

EL ESPAÑOL ha publicado una serie de reportajes sobre el delta del Níger donde se detallan las condiciones que atraviesan sus habitantes, principalmente por la cuestión petrolera; donde la India, y luego España, son los Estados más beneficiados. Este periodista contactó con el Ministerio de Exteriores para formular una serie de preguntas (que tardaron más de dos meses en contestar) y, al exponer que líderes locales expresaron que nunca han sostenido reuniones que aborden la crisis del delta con funcionarios españoles, mientras que sí se reunieron con funcionarios británicos, demandando a qué se debe esta falta de interés. "La Embajada de España en Abuja sigue con interés todo cuanto acontece en Nigeria, República Federal compuesta por 36 estados y más de 234 millones de habitantes".

Aquí podría entreverse el escaso interés de España por responsabilizarse de sus beneficios, aunque más determinante sería la reciente publicación de la nueva Estrategia España-África 2025-2028. En el informe aparecen citadas numerosas zonas del continente (Mauritania sale citada en 21 ocasiones), mientras que el delta del Níger, que se supone una de las áreas de mayor importancia para los españoles, se menciona exactamente en cero ocasiones.

Bandera de Nigeria. Imagen de archivo.

Bandera de Nigeria. Imagen de archivo.

Considerando que el delta del Níger es uno de los diez lugares más contaminados del planeta y que el citado informe hace hincapié en aspectos como la sostenibilidad y el medioambiente, se preguntó al Ministerio de Exteriores si existía algún programa en el delta del Níger que abordara este detalle, para ellos tan crucial. Se contestó que "el Consejo de Ministros aprobó en 2024 una operación de cooperación financiera a través del FONPRODE de la AECID, autorizando la aportación de cuasi capital a Darway Coast P3 Limited destinado al desarrollo de proyectos de energía renovable en esa región de Nigeria y que beneficiará a un millón de personas". El desembolso en cuestión se suponía de 3,5 millones de euros, según aparece publicado en internet.

Pero hizo falta escarbar un poco más. La página web de Darway Coast no ofrece ninguna información sobre proyectos en el delta del Níger (en ningún lugar, en realidad) y no puede encontrarse información concreta, como no sea otra web en la que se especifica lo siguiente:

"El proyecto construirá minirredes solares aisladas con una capacidad total de 526,1 kW en seis comunidades sin acceso a la red eléctrica en los estados de Rivers y Abia, en el sur de Nigeria. Estas minirredes conectarán a 7.711 hogares y pequeñas empresas. Se prevé que la construcción comience en 2022 y que las operaciones comiencen en 2023".

El estado de Abia no se encuentra en el delta del Níger, por lo que ya se percibe cierta nebulosa en la información ofrecida por el Ministerio de Exteriores, cuando especificó que los proyectos se realizarán en "esa región de Nigeria". Destaca también que el presupuesto fuera aprobado en 2024, pese a que las operaciones de Darway Coast, teóricamente, ya dieron comienzo en 2023. Hay que añadir que la construcción de "minirredes solares aisladas" no afecta en ningún caso al hecho de que el delta del Níger sea una zona altamente contaminada por los vertidos de petróleo originados durante su extracción. A priori, puede encontrarse todo un poco esperpéntico. 

La escasa información disponible y la disparidad en las fechas llevó a contactar nuevamente con el Ministerio de Exteriores, solicitando información adicional que despejara las dudas. En este caso, la respuesta cambió de manera radical: "Este proyecto no se ha formalizado, ya que se agotó el presupuesto del programa de ayudas del gobierno nigeriano para la construcción y desarrollo de minirredes (NEP). Este proyecto consistía en el desarrollo de minirredes en 13 comunidades sin acceso a la electricidad en distintos estados de Nigeria". En definitiva: que no existe ningún proyecto español o de colaboración española que mitigue los efectos devastadores de la extracción del petróleo que España compra por un valor aproximado de 5.700 millones de euros (en 2023), para luego refinar en carburantes y obtener jugosos beneficios que no serían posibles si el delta del Níger fuera una región desarrollada con su propia infraestructura de refinado.

Es de suponer que esos 3,5 millones de euros presupuestados para invertir en Darway Coast, hechos públicos a diestro y siniestro pero cuyo proyecto finalmente "no fue formalizado", no han abandonado las arcas públicas del Estado español, por supuesto, a sabiendas de que el partido de Gobierno siempre ha destacado por su intachable integridad y considerando que la respuesta inicial del Ministerio de Exteriores fue un sencillo error de comunicación.  

Previamente se habló de la Nigerian National Petroleum Company (NNPC), a la que España compra directamente parte del petróleo. Aquí cabe recordar lo que dijo en una entrevista a este periódico el jefe Nengi, líder de la etnia ijaw, cuando acusó directamente a la NNPC de ser responsable de gran parte del robo de petróleo: "pagan a diferentes grupos armados para imponer un supuesto orden en la zona. Y luego roban el petróleo por medio de estos grupos armados y de los militares, para venderlo fuera de los libros".

Pero no solo lo dice el jefe Nengi. Un informe publicado en 2012 tras una auditoría realizada por KPMG definía a la NNPC como "una casa de corrupción", mientras que nada menos que 49.800 millones de dólares desaparecieron de los fondos de la NNPC en 2013, según revelaron las investigaciones del Proyecto de Derechos Socioeconómicos y Responsabilidad (SERAP) y del Banco Central nigeriano. ¿Ha promovido el Estado español algún proyecto que limite la corrupción patente en uno de sus mayores socios en el ámbito petrolero? Negativo.

No puede decirse que España participe de forma directa en la corrupción que abarca a la cuestión petrolera del delta del Níger, pese a las extraordinarias contradicciones referentes a la inversión en Darway Coast P3 Limited. Tampoco puede decirse que forme parte del desastre medioambiental que afecta a esta región, aunque no existan proyectos españoles concretos destinados a este ámbito. Lo que no cabe duda es que España es uno de los mayores beneficiarios de este desastre, eso sí, sin mancharse nunca las manos. Tal y como lleva ocurriendo desde hace 500 años.