Maniobras aéreas cerca de Taiwan

Maniobras aéreas cerca de Taiwan

Mundo

El Pacífico se transforma en los Balcanes: del cerco a Taiwán a las maniobras de EEUU y Corea

Todos se preparan para un ataque. Cualquier chispa en ese polvorín puede provocar un incendio de isla en isla difícil de apagar.

23 agosto, 2022 01:58

Ulchi Freedom Shield. Este es el nombre que se le ha dado a los ejercicios militares conjuntos que Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron este lunes 22 de agosto y que durarán hasta el próximo jueves 1 de septiembre. Once días en los que ambos ejércitos simularán ataques, practicarán técnicas de reabastecimiento, y, entre otras cuestiones, se entrenarán en la desactivación de armas de destrucción masiva. Se calcula que participarán unos 10.000 soldados por parte estadounidense y más de 200.000 por parte coreana.

Aunque no se trata precisamente de algo nuevo -este tipo de ejercicios se celebraron regularmente hasta 2019, cuando Donald Trump decidió abrir la vía diplomática con Kim Jong-Un-, la reactivación de estas maniobras llega en un momento especialmente tenso en el Pacífico asiático. Justamente este lunes, un periódico japonés revelaba la intención del gobierno de Fumio Kishida de instalar misiles de media y larga distancia como elemento de disuasión a un posible ataque chino. Recordemos que el Partido Liberal Democrático, en el poder desde 2012, lleva años intentando doblar el presupuesto militar del 1 al 2% del PIB, para lo que necesita el voto favorable de dos tercios del congreso y del 51% de los votantes de un referéndum posterior.

A todo esto hay que sumarle las ya conocidas tensiones entre China y Estados Unidos respecto a la isla de Taiwán. Precisamente esta semana, una delegación de congresistas de Indiana encabezada por el senador Eric Holcomb visitará la isla con propósitos exclusivamente comerciales. Es de suponer que la República Popular China, que sigue con parte de su armada desplegada en torno al estrecho que separa la isla de Formosa del continente, no verá con buenos ojos la negociación de un país extranjero con un estado al que no reconoce en un territorio que considera propio.

[Estados Unidos y Corea del Sur lanzan ocho misiles en respuesta a los disparados por Kim Jong-un]

Tampoco tiene pinta de que Corea del Norte vaya a tomarse a bien la reanudación de los ejercicios militares conjuntos de su vecina del sur y su gran enemigo internacional. La retórica de Kim Jong-Un no ha hecho sino dispararse en las últimas semanas. A finales de julio, afirmó tener "preparada" su "fuerza de disuasión nuclear", en caso de tener que utilizarla contra Seúl y Estados Unidos.

De hecho, Rusia ha confirmado que Pyongyang tiene en mente un ensayo nuclear inminente, sin querer desvelar la fecha exacta. La relación entre ambos países es excelente, llegando a rumorearse un envío de 100.000 tropas para ayudar en la guerra de Ucrania que tiene poco sentido tal y como se están poniendo las cosas en el Pacífico.

Desfile de soldados de las Fuerzas de Autodefensa de Japón.

Desfile de soldados de las Fuerzas de Autodefensa de Japón.

Una lucha diplomática isla a isla

Como se puede observar, la división en bloques es absoluta en la zona y las dinámicas no auguran nada bueno. Del lado de China y Rusia, aparte de Corea del Norte, están varias de las muchísimas islas-estado que llenan el Pacífico Sur. Durante años, el gobierno de Xi Jinping ha estado labrando relaciones diplomáticas y económicas con países como las Islas Salomón, Fiji o Papúa Nueva Guinea, financiando numerosos proyectos y estableciendo vínculos estrechos con sus gobiernos. Estados Unidos teme que, si la tensión sigue escalando, Pekín pueda utilizar esos archipiélagos e islas sueltas para desplegar armas y amenazar a sus aliados en la zona.

¿Quiénes son esos aliados? De entrada, Nueva Zelanda y Australia… pero también varias islas de Polinesia y Micronesia que han optado por el bando estadounidense en este conflicto. Así, por ejemplo, los Estados Federados de Micronesia, la República de las Islas Marshall o la República de Palaos. El país presidido por Joe Biden tiene bases militares distribuidas por estos enclaves y cuenta con la autorización del uso tanto del espacio aéreo como de las aguas territoriales en caso de necesidad bélica.

[Estos son los 5 únicos países que están a salvo del gigantesco misil norcoreano]

Nada, en cualquier caso, comparado con el acuerdo AUKUS. El convenio de ayuda militar entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos se presentó en su momento como una afrenta a la Francia de Emmanuel Macron, que llegó a llamar a consultas a su embajador en Washington. Francia había llegado ya a un acuerdo muy jugoso para la venta de submarinos de propulsión nuclear a Australia, pero algo debieron ver en Canberra que les hizo dar marcha atrás en el último momento. Probablemente, el miedo a un movimiento inminente chino provocado por el hecho de que Jinping estuviera extendiendo su influencia hasta prácticamente la frontera australiana.

En ese contexto, la alianza con Estados Unidos, una potencia en la zona, tenía más sentido. Puede que el 15 de septiembre de 2021, cuando se anunció el acuerdo, no se entendiera su necesidad. Los hechos posteriores nos ayudan a entenderlo desde otra perspectiva. Cuando se insiste en que Nancy Pelosi abrió un segundo frente con su visita a Taiwán se obvia que Estados Unidos vive desde hace tiempo con la sensación de que el frente en el Pacífico nunca ha terminado de estar cerrado. No olvidemos que el gran trauma moderno en la memoria colectiva estadounidense, más allá de la amenaza islamista y los atentados del 11-S, es el ataque a Pearl Harbour. La II Guerra Mundial, para ellos, fue una guerra contra Japón con ramificaciones en Europa y no al contrario, como a menudo se piensa.

Filipinas y las peleas por las Senkaku y las Kuriles

Corea del Sur, Corea del Norte, Micronesia, Japón, Taiwán, Australia… No son estos los únicos países que quedan ahora mismo atrapados en la lucha por el dominio del Pacífico. Tenemos ahí el ejemplo de Filipinas, un aliado tradicional de Estados Unidos en la zona desde los tiempos de Ferdinand Marcos, a quien China lleva años cortejando económicamente… mientras discute la territorialidad de determinados archipiélagos pesqueros del Mar del Sur.

Aunque en 2016 el Tribunal de La Haya clarificara el conflicto en favor de Filipinas, lo cierto es que Pekín nunca ha reconocido la sentencia ni ha renunciado a sus derechos. Para hacerse una idea de lo difícil que es establecer fronteras en medio de un océano, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán también reclaman vía de paso por esas aguas. En julio de 2022, el secretario de estado Antony Blinken, declaró que "cualquier ataque sobre las islas Filipinas desencadenaría a su vez acciones de defensa militar por parte de Estados Unidos".

Sin embargo, el compromiso de Manila no acaba de ser total. Su economía se tambalea y Pekín sigue al acecho: aproximadamente en esas mismas fechas, el ministro de asuntos exteriores chino Wang Yi se reunía con el presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., para renegociar viejos préstamos y ofrecerse a financiar proyectos ferroviarios. Hay algo en Marcos que no acaba de convencer a la diplomacia estadounidense, levantando la sospecha de que pueda estar vendiéndose, de alguna manera, al mejor postor.

Nada de esto ayuda a la estabilidad en la zona. El conflicto por las islas Senkaku entre Japón y China sigue abierto. También lo está la reivindicación del país nipón por el archipiélago de las Kuriles, de administración rusa. Hay un evidente riesgo de balcanización a lo largo de todo el Pacífico asiático, de norte a sur. Todos se preparan para un ataque y todos ponen en alerta sus defensas. Cualquier chispa en ese polvorín puede provocar un incendio de isla en isla difícil de apagar.