Un montaje con algunos desaparecidos en la provincia de Málaga.

Un montaje con algunos desaparecidos en la provincia de Málaga. A.R

Málaga

Málaga es la cuarta provincia de España donde se denuncian más desapariciones de mayores de edad

492 de los casos denunciados fueron no reincidentes frente a los 159 que sí habían desaparecido antes.

14 julio, 2023 05:00

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Málaga es la cuarta ciudad de España donde se denuncian más desapariciones de mayores de edad, solo por detrás de Barcelona, Madrid y Valencia. Así lo expone el informe anual de personas desaparecidas que el Ministerio de Interior de España y el Centro Nacional de Desaparecidos publicaron hace apenas unos días tomando como referencia a estudiar el pasado 2022.

El año pasado se registraron 26.003 denuncias, que en número de personas se
corresponden con 16.252. En Málaga, 492 de los casos denunciados fueron no reincidentes. Es decir, del total de denuncias en la provincia, casi medio millar eran de personas que nunca antes habían desaparecido. 159 sí fueron reincidentes.

En otro apartado del informe se desglosan los datos estadísticos de menores de origen extranjero ausentados de los centros en los que estaban tutelados, que
cumplen los requisitos exigidos en la normativa vigente. Pese a que existe un señalamiento policial en vigor, sus casos se contabilizan de forma independiente con el objetivo de conocer mejor la realidad del fenómeno. En este sentido, 6.736 menores desaparecieron de estos centros a lo largo del año pasado en toda Andalucía. A la cabeza está Cádiz, que supera el 50% del total con 4.130 desaparecidos, una cifra muy amplia comparada con Málaga, que solo tiene 343.

Respecto al hallazgo de cadáveres, se ha observado a nivel nacional una reducción (15,7%) del número de cadáveres hallados, registrándose 209 expedientes post-mortem. Del total, Málaga cuenta con un 4,78% de ellos, según el sistema de Personas Desaparecidas y Restos Humanos sin Identificar (PDyRH). Casi el 34% de los hallazgos en España corresponden a mar territorial, playa o litoral y aguas interiores.

Asociaciones

Cada día, según QSD Global, 50 familias se acercan a la Comisaría para alertar de la desaparición de un ser querido y llaman a SOS Desaparecidos o a QSD Global para pedir ayuda. Esta conexión se acaba manteniendo en el tiempo pues, en determinados casos, llegan a sentirse abandonados.

En la Asociación SOS Desaparecidos constan 22 denuncias por desaparición activas en estos momentos. Analizando los rostros publicados en la pestaña de 'Desaparecidos' en su página web para poner nombres a las cifras, el primero que nos aparece es el de David Guerrero, el niño pintor. En 1987, salió de su casa en 25 Años de Paz para ir a la galería donde exponía por primera vez uno de sus cuadros. Nunca llegó. Aunque se declaró su "muerte legal", es un caso que se ha reabierto en varias ocasiones por el hallazgo de nuevas pistas que no hacen más que llenar de incertidumbre a este caso. David tendría ya 50 años -desapareció con 14-.

Tras él, los rostros de José Romero, que era malagueño, y Manuel Ríos. Ambos desaparecieron en noviembre de 2009 cuando salieron a navegar con otro amigo, Juan Pérez. Tampoco volvieron nunca a casa. La búsqueda se suspendió a los tres meses, pero tampoco hay día que la familia no esté pendiente del mar, al que tienen mucho que preguntar, y que pocas respuestas les ofrece sobre aquel puente de Todos los Santos en el que perdieron a los suyos.

Siguiendo con las historias sin desenlace del tablón de SOS Desaparecidos, localizamos la de Juan Antonio Gómez Alarcón, un espeólogo experto que desapareció el 20 de julio de 2010 en la Sierra de Mijas, pese a que se la conocía como la palma de su mano llegando a tener hasta un libro escrito sobre ella y sus cavidades. Su familia cree que descubrió la cueva 55 de la sierra, pero que jamás logró salir de ella.

Tras el joven, el rostro de Francisco Ruiz, un cazador jubilado de 63 años que acudió a su parcela para dar de comer a sus perros y paró en la cafetería de la gasolinera del polígono La Vega de Las Lagunas de Mijas, algo que solía hacer siempre. Allí se encontró su coche hace más de una década, pero nadie volvió a verlo.

Por su parte, Romualdo Erdozain fue un marbellí que salió el Jueves Santo de 2012 y jamás volvió. Su familia declaraba entonces en diferentes medios locales que temían que hubiese sufrido una bajada de tensión arterial y se hubiese desmayado en alguna parte o bien que se hubiese desorientado. Había salido, supuestamente, para llenar el tanque de su coche.

Mariano Segura Guerra es otro de los desaparecidos. No se sabe nada de este vecino natural del barrio moganero de Las Burrillas, pero afincado en El Limonar en Málaga desde el 12 de julio de 2011. Salió a caminar solo sin documentación ni las llaves, ni el teléfono móvil. Los medios publicaron entonces que padecía depresión. 

Gordon Simm era un senderista que desapareció en el Río Chillar el 21 de julio de 2012. Fue una jornada con mucha neblina y muchos pensaron que pudiera haberse despistado. Jamás trascendió ninguna novedad sobre él. Unos meses más tarde también desapareció José Melgar en Ronda. Es un anciano que salió el 17 de octubre para hacer unas compras, algo desorientado, por sus trastornos de memoria. Pese a que fueron decenas de vecinos los que le vieron el día que desapareció, nadie notó nada. Jamás ha vuelto a ser visto.

José Abraham López es otro de los nombres de la lista. Desapareció el 11 de diciembre de 2012 en Arroyo de la Miel (Benalmádena). Cuando sus padres se levantaron esa mañana, el hombre ya no estaba en casa. Lo único que se llevó fue la tarjeta médica y su DNI.

El 27 de junio de 2014, el legionario Joaquín Espinosa Ruiz desaparecía mientras probaba una embarcación junto a una vecina de Vélez Málaga, a la que le iba a comprar el barco. Salieron de Torrox, según El faro de Ceuta, pero su madre, con alguna intención, ha luchado durante años porque el caso se conociera también en Marruecos.

Algo más mediático fue el caso de la letona Agnese Klavina, la joven que en septiembre de 2014 salió de fiesta. Según se puede ver en las grabaciones de las cámaras de seguridad del local, salió de este junto a dos británicos. Fueron sus últimas imágenes. Los investigadores declararon al Diario Sur que a la chica se la notaba con miedo. Nadie sabe con firmeza qué ocurrió con la joven pese a las informaciones recabadas. Pese a que hay quien relacionó los restos hallados en Benahavís hace unos meses, aún no hay confirmación oficial de que se trate de ella.

Tampoco hay que olvidar el caso de Jesús Gutiérrez Galeote, el anciano que salió el 7 de agosto de 2020 de su piso en el Barrio de La Paz de Málaga y que jamás volvió a ser visto, pese a la cantidad de personas que transitan por sus calles. Su nieta confesó en este periódico que cree que el cuerpo de su abuelo puede estar en la Desembocadura del Guadalhorce, "donde no se buscó lo suficiente". 

A Juan Carlos Aluz, como a Jesús, también parece que se lo tragara la tierra aquel 13 de junio de 2021. Su familia ha peinado cada zona de Málaga capital con ímpetu de encontrarlo, pero sin éxito. La familia contó en este periódico que quieren una cita con el alcalde de Málaga para tratar el tema de las desapariciones en Málaga, porque se sienten especialmente "olvidados". De hecho, la madre de sus hijos ha fallecido con la pena de no saber qué le ocurrió.

Dos de los cuatro únicos menores de la lista son hermanos. Se trata de Leonardo (7 años) y Stéphanie Centeno Ostenko (8 años), desaparecidos en Estepona desde el 29 de enero de 2021. Ese día fue cuando su padre los vio por última vez después de que su madre los recogiera del colegio. Denunció el caso como sustracción parental, pero desde entonces no ha habido novedades respecto al caso.

Otro caso sobre menores de edad es el de Daniel Ángel Allaberenov Pérez. Su padre denunció, al igual que el de la familia anterior, la sustracción parental. Según su versión, su pareja se llevó sin su permiso de Málaga capital a su hijo, de origen ucraniano, después de varios conflictos familiares. La última vez que vio a su hijo fue el 15 de agosto de 2021.

La última menor desaparecida, concretamente en Mijas, es Sara Belmonte, cuya madre declaró a EL ESPAÑOL de Málaga el pasado mes de julio que está convencida de que su hija está retenida por su hijo, que también se marchó de casa en la misma fecha que ella. La Guardia Civil aseguraba entonces que había una investigación abierta y que no descartaba que los jóvenes pudieran estar en Portugal -el hijo hizo una retirada de dinero en este país vecino-.

La penúltima desaparición de la lista es la de Jhon Stiven Perea Hurtado, que desapareció el pasado 8 de noviembre en Torre del Mar (Vélez-Málaga). Dejó sus llaves y su móvil en casa, pero le vieron ese mismo día con una mochila en un centro comercial. Aunque la principal hipótesis es que se trataba de una desaparición voluntaria, la denuncia sigue puesta y su alerta por desaparición activa.

Y la última es la de Juan Manuel Rivera, pese a que lleva desaparecido desde el 9 de marzo de 2023, se supo de su desaparición hace apenas unos días, cuando informó sobre ella la Asociación SOS Desaparecidos. Actualmente tiene 63 años, mide 1,70, pesa 65 kilogramos y tiene el pelo corto, liso y canoso y sus ojos son verdes. Es corpulento. En el momento de la desaparición, vestía chaqueta de chándal gris y camiseta de manga corta azul claro.

Hay otros casos de los que se sabe muy poco. De Allan Penn que tenía 64 años en el momento de la desaparición, el 4 de octubre de 2019 en Málaga. Conducía un Peugeot oscuro 6982 FVX y portaba en el interior del vehículo una bici de montaña. De Majid Chiguer, de 32 años, que la última vez que se le vio fue en Marbella el 4 de noviembre de 2019. De Francisco José Agüera que desapareció en Coín en pleno confinamiento, el 28 de abril de 2020. Todos tienen algo en común: nadie sabe nada de ellos.

Aunque no consta en el listado de SOS, en el Ayuntamiento de Alameda denunciaron hace unos días la desaparición de uno de sus vecinos, Francisco Cortés Cano. Este anciano se encuentra desaparecido desde el martes, 27 de junio. Desde entonces, su familia no sabe nada de él. Al parecer, un vecino lo vio acompañado de sus perros a las ocho y media de la tarde del día de la desaparición a la altura del "parque de las ollas" del municipio y "dirección las casitas". Le saludó como siempre y el desaparecido le explicó que iba a dar una vuelta con sus perros, pero que siguió su camino. Hasta el momento no hay novedades de su paradero.