Sara, menor desaparecida en Mijas.

Sara, menor desaparecida en Mijas. E.E

Mijas

Sara desapareció tras un mes sin ir al instituto en Mijas: su madre sospecha de su otro hijo tras 40 días

La Guardia Civil de Mijas mantiene una investigación abierta sobre el caso de la menor, de tan solo dieciséis años.

2 agosto, 2022 18:11

Emilia coge el teléfono suspirando y con la voz entrecortada. "Estoy desesperada. No puedo más. Necesito ayuda, no sé que hacer", responde con angustia a este periódico. Emilia es madre de Sara, una menor de 16 años de la que no sabe nada de su paradero desde el pasado 23 de junio. La Guardia Civil de Mijas ya tiene abierta una investigación al respecto. Al ser menor, se trata de una desaparición de alto riesgo.

Por la mañana, como habitualmente, la niña se marchó al IES Las Lagunas de Mijas, localidad malagueña donde residen. Emilia se marchó a la casa donde trabaja haciendo tareas del hogar. De repente, recibió una llamada procedente del instituto a eso de las nueve de la mañana. Le preguntaron si su hija estaba bien, puesto que llevaba un mes sin asistir a clase y habían recibido un correo donde les aseguraban que la menor estaba ingresada en el hospital. "¡Pero si mi hija estaba hoy en casa y bien!, ¡si sale todos los días al instituto conmigo desde casa!", le dijo ella, incrédula ante lo que estaba ocurriendo.

Emilia se ausentó de su puesto de trabajo y acudió apresurada al instituto para hablar con la tutora de la adolescente, quien le mostró el correo que había recibido. Sin entender bien qué estaba ocurriendo, Emilia sacó el móvil y le escribió a su hija por WhatsApp -las llamadas no las respondía-. A la pregunta rotunda de "¿Dónde estás?", Sara le respondió que "en el instituto". Emilia le insistió en que sabía que no estaba allí y que le dijese dónde estaba para recogerla. "Me dijo que estaba con unas amigas y que volvería a las tres. Yo le dije que quería que habláramos las dos en casa", recuerda.

Sin ser consciente de lo que vendría después, Emilia volvió a su puesto de trabajo durante la mañana y decidió salir un poco antes para estar preparada para cuando viniese su hija. Llegó en torno a la una y media a casa y jamás se esperaría lo que iba a ver a continuación.

Se encontró la casa vacía y la llave de Sara introducida al otro lado de la puerta. La alarma de la entrada desactivada. "Cuando llegué al pasillo vi la puerta de mi habitación rota, faltaba una maleta del canapé y no había nada de su ropa", prosigue, entre sollozos.

Emilia tiene otro hijo, además de Sara. Lo tuvo con tan solo 18 años en Brasil, su país de origen. Como "tenía que buscarme a vida", le pidió a su madre que lo criara en Brasil y ella se comprometería a mandarle dinero siempre que pudiera en cuanto encontrara trabajo.

El chico fue creciendo y, siempre desde las palabras de Emilia, la familia le pidió que se lo llevara a España, pero no terminaron de darle las razones. "Cuando llamé a mi madre para contarle lo de Sara, ella me confesó que mi hijo la había tenido amenazada. A veces le sacaba un cuchillo y le decía que como avisara a alguien no amanecería al día siguiente. Era maldad absoluta", dice.

La puerta de su cuarto estaba rota a pedazos porque tenía cerradura. Se llevaron la caja fuerte. Su hijo lleva viviendo con ellos dos años y medio, pero hace uno Emilia y su pareja vieron que comenzaba a faltar dinero que tenían guardado, algo que no les cuadraba. Para prevenir y aumentar la seguridad decidieron poner esa cerradura que acabó totalmente reventada. "Tuvo que usar un martillo, porque la sacó entera", insiste.

Emilia, viendo el historial, siempre desde su punto de vista, tiene un sospechoso claro. "Estoy convencida de que mi hija está amenazada y mi hijo está abusando de ella y la tiene controlada. Si no, no llevaría 40 días con el teléfono apagado. Ella era una niña buenísima, responsable, nunca se metía en líos ni faltaba a un examen", reconoce. 

Emilia vio el cielo abierto cuando pensó en que a través de la alarma de la casa podía ver quién había entrado y a qué hora. "Fue mi hijo el que la desactivó a las 11.34 horas de ese mismo día. Fue él el que subió con ella. Estoy segura de que la tiene amenazada. Ella ha cambiado mucho su comportamiento desde que llegó", insiste.

Según la mujer, no podía salir de compras o de paseo con su hija a solas. Siempre se apuntaba él. "Había veces que me apetecía salir solo con ella, pero no nos dejaba. Decía que estaba aburrido y que se venía", expresa Emilia con resignación.
Así, Emilia comenta a este periódico que los investigadores le han apuntado que se han producido movimientos en la cuenta bancaria de su hijo desde Portugal, por lo que se baraja la posibilidad de que se encuentren en el país vecino -en casa tampoco está la documentación de ambos-.

"Si a mí me llega a decir mi madre antes lo que hacía el niño no lo hubiese traído a casa, me arrepiento. Si una vieja como mi madre no habló hasta hora, imagina una niña como Sara", confiesa esta madre, que padece "problemas de corazón" y no sabe cómo soportar tanto dolor tras más de un mes sin su hija en casa. "Llevo días sin dormir y con taquicardias. Estoy a base de pastillas para aguantar", añade.

Cualquier ayuda es buena para ella, así que si tienes alguna pista sobre el paradero no dudes en llamar a alguno de los dos teléfonos que tienen activos 24 horas al día desde la Asociación SOSDesaparecidos:  +34 649 952 957 / +34 642 650 775. Sara mide 1,70 metros, es de complexión corpulenta, tiene el pelo castaño y los ojos marrones.