
Pedro Sánchez, en el centro, recibe los aplausos en pie del Comité Federal, este sábado en la sede del PSOE en Madrid. PSOE
El PSOE se conforma con tres frases victimistas de Sánchez sobre corrupción y machismo, aísla a Page y se aferra aún más a la excusa de la ultraderecha
Sólo la alcaldesa de Palencia pidió respeto para los críticos después de que Page planteara la disyuntiva entre 'cuestión de confianza' o 'elecciones'.
Óscar Puente arremetió contra el presidente de Castilla-La Mancha, a quien la presidenta del Comité Federal le denegó el derecho de réplica.
Más información: Sánchez llevó a Paco Salazar a Moncloa pese a tener denuncias contra él de mujeres del PSOE antes de la moción de censura
Quién nos iba a decir que la corrupción y el machismo podrían acabar con Pedro Sánchez. Lo que se supone que eran las dos banderas principales de su mandato, con las que logró llegar a la Moncloa en 2018 con una moción de censura, hoy le acorralan.
Todo con el elemento común de sus errados nombramientos y de, como mínimo, no saber de qué tipo de personas se ha rodeado durante años en su círculo político más íntimo. Su relato político se resquebraja.
José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Koldo García... y, en el último momento, como remate, las denuncias de abusos y trato inconveniente a las mujeres contra Paco Salazar, que obligan a renunciar al hombre fuerte en el Gabinete del presidente que había sido designado "delegado" para regenerar Ferraz.
Pero Sánchez no asume responsabilidad política. Este sábado pasó la primera prueba de explicación en el Comité Federal del PSOE y el miércoles volverá a hacerlo en el Pleno del Congreso. Entonces anunciará reformas legales referentes a los aforados y a las empresas que pagan comisiones.
La cúpula del partido que él nombró le apoya, pero en el PSOE viven tristes y alicaídos la acumulación de escándalos y tropezones.
Viven en un sinvivir por el mazazo de la corrupción, el horror de los mensajes machistas y, en el último momento, el bofetón de las denuncias contra Salazar, otro hombre de confianza de Sánchez caído en el infierno.
Se conformaron y le aplaudieron un discurso con tres frases con las que justificaba sus decisiones: "He confiado en personas que no la merecían", "la traición sufrida es dolorosa, al fin y al cabo fui yo quien confió en ellos, pero la sombra de este error no puede hacernos renunciar a nuestra responsabilidad" y "yo soy el primer engañado". Pero sin explicaciones ni responsabilidades.
Con dosis de patriotismo de partido, victimismo y autoindulgencia: "Comparezco ante vosotros, evidentemente con el corazón tocado".
Un día antes ya les explicó a las mujeres socialistas dolidas por el machismo de sus exdirigentes lo mal que está llevando todo esto: "Mirad si lo estoy pasando mal que he perdido varios kilos". Y eso que aún no se conocía lo de Salazar.
Y un mensaje en el que subyace la dicotomía que plantea al ciudadano, que viene a ser algo así como: hemos tenido corrupción y machismo, pero es peor que gobierne la derecha.
El malmenorismo que da paso a lo que califica como "un Gobierno con una gestión excepcional", frente a la "jauría de la derecha", en la que están el PP, Vox y Trump. Es decir, o él con todos sus errores o la ultraderecha.
Un mensaje que le sirve para tener apoyo, al menos entre los cuadros del partido, y, por el momento, de sus socios parlamentarios, que prefieren mantener su respaldo a Sánchez antes que dar paso al PP a la Moncloa. Hasta que deje de funcionarle esa coartada.
La idea es aplicar el "para que todo cambie, es necesario que todo siga igual", la frase de El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa que describe cómo los cambios superficiales pueden ser implementados para poder mantener el estatus.
Tan superficiales son los cambios que el presidente y líder socialista ha decidido mantener en la Ejecutiva del PSOE a Juan Francisco Serrano, la mano derecha de Cerdán.
Quien leía y comentaba en su escaño el informe de la UCO con el hoy encarcelado sigue en la dirección del PSOE como responsable de Política Municipal para horror de algunos diputados del partido que no olvidarán esa imagen.
"Seguiré trabajando como siempre: con honradez y vocación de servicio, transformando cada rincón de este país junto a lo mejor que tiene este partido, su municipalismo. Gracias por la confianza, Pedro Sánchez", escribió Serrano en redes sociales feliz por ser renovado contra todo pronóstico.
Una decisión que resume la ausencia de culpables decretada en el PSOE. La evidencia de que nadie, salvo obviamente los presuntos corruptos, ha pagado por lo que les han hecho a los votantes y militantes socialistas. Nadie es culpable por haberlos nombrado y por haber convivido con ellos sin detectar sus tropelías.
Es posible que haya cambios en el Gobierno, pero si el presidente es coherente con los límits que se ha impusto en el partidos no deberían ser muy profundos. No tendría mucho sentido castigar a más ministros que dirigentes del PSOE por algo que ha ocurrido en el partido.
Cierre de filas
Lo mejor del día para el presidente es que, según subraya su equipo, Sánchez salió aplaudido del órgano de dirección del PSOE que él ha diseñado durante años con Cerdán. Y que ha quedado en evidencia que sólo Emiliano García Page pide elecciones o cuestión de confianza dentro del partido.
El único presidente socialista con mayoría absoluta se quedó solo, salvo el apoyo de la alcaldesa de Palencia, Raquel Miriam Andrés Prieto, que pidió respeto para Page y otros críticos como Felipe González y Eduardo Madina.
Page no logró que la presidente del Comité Federal le dejara replicar a los ataques que recibió de otros compañeros. Especialmente duro fue el de Óscar Puente, que le llamó "hipócrita".
Cierre de filas, pero sin saber cuánto durará, porque todos desconocen hasta dónde llegará la riada.
Sánchez fue arropado en el Comité Federal por personas muy próximas, a los que les va la vida política en ello, como Óscar López, que intervino en apoyo del líder que le ha impuesto al frente del partido en Madrid para enfrentarse a Isabel Díaz Ayuso.
"Pedro tienes todo el apoyo de Madrid", dijo López como colofón a su intervención de apoyo a Sánchez a puerta cerrada.
Ministros y secretarios de Estado salieron en defensa de Sánchez durante las más de ocho horas de reunión del Comité Federal.
Ahí estuvo María Jesús Montero, número dos del Gobierno y del PSOE, secretaria general de los socialistas andaluces y líder de la oposición frente a Juanma Moreno. Montero necesita que Sánchez siga vivo políticamente cuando en 2026 se vote en Andalucía. Este sábado hizo un discurso de pura emoción en apoyo al líder del partido.
Las intervenciones, con la citada excepción de Page, fueron para pedir a Sánchez que siga y para lamentar la corrupción circunscrita en Cerdán, Ábalos y Koldo García, y el machismo de ellos y de Salazar. Pero sin cuestionar la responsabilidad política del secretario general.
El líder socialista insistió en que quiere agotar la legislatura, como dicen todos los presidentes del Gobierno hasta el mismo día en que firman el decreto de disolución de las Cortes. Como hizo él en 2019 y en 2023 cuando convocó precipitadamente, pese a que había dicho que agotaría el mandato.
Código ético
Algunos de sus colaboradores más cercanos, entre los que estaban hace poco los caídos por corrupción y machismo, dudan que sea posible aguantar tanto. Aceptan que no haya congreso extraordinario, explican que "se irá viendo" según avancen los acontecimientos, y no dirán en público que las decisiones de su líder son insuficientes, aunque lo admitan en privado con resignación.
El Comité Federal aprobó a instancias de Sánchez cambios en el Código ético interno para, por ejemplo, expulsar a los puteros y vigilar el patrimonio de sus dirigentes.
En la nueva dirección destaca Rebeca Torró como sustituta de Cerdán en la Secretaría de Organización, pero acompañada de Anabel Mateos y Borja Cabezón. Iba a estar Salazar, pero la denuncia publicada por elDiario.es lo evitó.
Salazar formaba parte de todos los equipos de Sánchez en Ferraz y la Moncloa. En ese Gabinete del presidente nunca ha habido paridad y ha sido abrumadora la presencia de hombres.
Sus amigos más próximos desde hace años han sido Ábalos, Cerdán y Koldo, y eso explica ahora su frase de 2023 sobre el recelo de los hombres de su entorno hacia el feminismo.
Cobra sentido que, entonces, Sánchez le dijera a Carlos Alsina en una entrevista en Onda Cero sobre el feminismo: "Yo también tengo amigos que se han sentido en algunas ocasiones incómodos con algunos discursos que se han planteado, más de confrontación que de integración".
Ahora se conoce de quién se ha rodeado y a quiénes se refería.