Miguel Tellado, con el diputado Sergio Sayas y otra compañera del PP en Pamploa durante los Sanfermines de 2024.

Miguel Tellado, con el diputado Sergio Sayas y otra compañera del PP en Pamploa durante los Sanfermines de 2024. Cedida

Política CONGRESO PP

Tellado, cinturón negro de judo y once años arrimándose al toro para ayudar a Feijóo: "Él confía en mí más que yo mismo"

Las tardes en Madrid del nuevo secretario general del PP alternan la "desconexión" del fitboxing con algún brindis de albariño junto a la "familia política" que logró generar con sus adjuntos en la portavocía del Congreso.

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Los días de Miguel Tellado comienzan cuando Madrid aún bosteza. El nuevo secretario general (y de Organización) del PP se levanta a las 6:30, antes de que la luz se cuele por las ventanas de Génova. Repasa su móvil, lee la prensa, prepara tuits y trata de desayunar sin atragantarse con "la penúltima exclusiva sobre este Gobierno corrupto".

Tellado (Ferrol, 1974) tiene fama de duro, "pitbull" le han llegado a llamar. Pero él no se reconoce en eso. Sí que disfruta de la refriega, cumple el papel que le fue encomendado como ariete parlamentario frente al sanchismo, pero él es un hombre reservado, "te diría que tímido", explica un compañero de partido. Y le gusta el trabajo callado, a la sombra.

El hombre fuerte, "cada vez más fuerte", de Alberto Núñez Feijóo vuelve a la sombra, con más poder que nunca. Aprendió el esfuerzo y la concentración en su infancia como judoka, ese arte marcial que juega con los movimientos en falso del rival. En el judo, del que es cinturón negro, la victoria no es tanto cuestión de fuerza, sino de anticipación, equilibrio y disciplina.

Es el menor de siete hermanos en una familia trabajadora, sacada adelante con el único sueldo de su padre, contable de un concesionario de coches, en una ciudad "que imprime carácter", dice, "la más española de Galicia" y a la vez, cuna de movimientos nacionalistas y de izquierdas.

Para explicar cómo salió un hombre de derechas en ese escenario más proclive a la pancarta y la reivindicación, él bromea con que "uno, de joven puede ser lo que quiera, pero al madurar, uno tiene la obligación de madurar".

Porque sostiene si piensas lo mismo a los 17 que a los 50, "es que no has aprovechado el tiempo".

Lo que es tanto como admitir que pudo tener un pasado de adscripciones opuestas, y al mismo tiempo, proclamar su actual credo: "Feijóo es el presidente que necesita España, si no lo creyera, no estaría aquí, no haría esto para otro... o con otro".

Aunque hace décadas que dejó el judo, deporte que sigue siendo el modo de vida de uno de sus hermanos, en los últimos meses Tellado ha retomado la actividad física con el fitboxing, una rutina que le ayuda a mantener el equilibrio mental y físico necesario para afrontar la presión de la política nacional.

Inicios políticos

La política llegó a su vida (y se quedó) casi por decantación, como un combate para el que llevaba años preparándose.

Se fue de casa para estudiar en Santiago de Compostela, y dudó si matricularse en Periodismo o en Ciencias Políticas. Acabó ganando la segunda opción en los libros, pero la primera en el oficio.

Y cuando escribía en medios locales, durante una entrevista a Juan Manuel Juncal, que quería dar el salto desde la Diputación a la política local en su Ferrol natal, aceptó su oferta para llevarle la asesoría de prensa.

Era el año 2001. Dos años después, le dirigió la campaña. Y al poco, ya estaba escribiendo discursos para José Manuel Rey, entonces diputado provincial y hoy... alcalde de Ferrol.

"Él me afilió al PP, en 2008" y en 2009, ya estaba trabajando de gabinetero, dentro del primer Gobierno de las cuatro mayorías absolutas consecutivas que encadenó Feijóo en la Xunta de Galicia.

En 2012, entró en las listas del Parlamento autonómico. Y desde entonces, su vida ha ido paralela a la del presidente del PP.

Sólo dos años después, Feijóo lo llamó a su despacho y le propuso ser portavoz del Grupo Parlamentario. Tellado dudó, creyendo que había otros más preparados y Feijóo le respondió con una anécdota: "La primera vez que Romay Beccaría me llamó para ofrecerme un puesto en Sanidad, le dije lo mismo... yo tuve la suerte de que me volvió a llamar. Pero, ¿y si yo no te vuelvo a llamar?".

De diputado a portavoz; de portavoz a secretario general; y luego, de su mano a Madrid en 2022... y de diputado a portavoz; de portavoz a secretario general. Once años lleva arrimándose a cada toro cada vez que lo citaba el jefe con un nuevo encargo. "A veces se lo digo, jefe confías más en mí que yo mismo".

No es amistad, pero tampoco una simple relación de jefe y subordinado. Es una complicidad forjada en la lealtad recíproca. "Feijóo es una buena persona, es el ejemplo de que una buena persona puede ser un líder político... yo no estaría haciendo esto si no fuera para él, con él".

Familia política y albariño

Tellado cambia la portavocía por el despacho de Génova, y lo hace con nostalgia, antes siquiera de tomar posesión del cargo. "Siempre haré lo que él me diga", admite con un punto de admiración por su jefe, recordando la noche electoral de 2016 en Galicia.

Feijóo le confesó: “Me voy contento a la cama, porque los que me han votado estarán satisfechos, pero los que no me votaron no estarán preocupados... porque ya saben que gobierno para todos”.

Más allá de su verbo duro ante el micrófono, confiesa que la política, para él solo tiene sentido como vocación de servicio. Y que su labor será la que le encarguen, pero siempre para ayudar a Feijóo a lograr sus objetivos."No hay mayor honor que servir a quien sirve", repite orgulloso.

Decíamos que deja la dirección del grupo en el Congreso con algo de lástima, porque allí lo ha pasado bien y ha logrado que se propuso y le pidió a sus adjuntos: "Crear familia".

Al final de la jornada, no es raro verlo compartiendo una copa de albariño con ellos, en los alrededores de Génova o del Congreso. Al "clan gallego" que llegó a Madrid con el presidente se han unido vallisoletanos, andaluces y madrileños.

También el fitboxing ocupa alguna de sus tardes desde el pasado diciembre, robando horas al estrés y devolviéndole concentración, fuerza y coordinación. Dos veces por semana, se calza los guantes y deja el móvil lejos. Ambas cosas, el deporte y la desconexión, le tienen "enganchado".

Esa disciplina aprendida en el judo de chaval y que ahora rige sus ratos en el gimnasio se traslada a la política. Tellado es metódico, constante, capaz de mantener la calma en una estampida.

Como en aquella "rebelión de los barones", cuando en febrero de 2022, el PP vivió una de sus mayores crisis internas, que acabó con la salida de Pablo Casado.

El entonces presidente popular había arremetió contra Isabel Díaz Ayuso, y el partido se fracturó por donde ya había grietas. Tellado fue la correa de transmisión entre los líderes regionales, articuló el descontento territorial y facilitó la maniobra que dio paso al liderazgo de Feijóo.

Su papel fue discreto pero fundamental, consolidando su perfil de estratega y organizador.

Cordialidad con Yolanda Díaz

Pocos saben que Tellado mantiene una relación cordial con Yolanda Díaz. No en vano, con ella también ha ido coincidiendo en toda su vida política: primero en Ferrol, luego en el Parlamento gallego y ahora en el Congreso.

Esas discusiones públicas agresivas se diluyen después, a veces, en risas y cafés cuando se apagan los focos. "Es una tipa estupenda", ha confesado alguna vez, demostrando que la "discrepancia total" en política no impide la cercanía personal.

Dicen que su equipo ya está llevando las cajas de vuelta a Génova desde la oficina del Congreso. Ahora, al frente de la Secretaría General y del área de Organización, Tellado lanzará el chupinazo para "electoralizar al partido" desde la vuelta de verano.

Castilla y León en febrero, Andalucía en junio de 2026, y quién sabe cuándo las generales. "El Gobierno de Sánchez está en enfermedad terminal, hace falta que los estertores de su agonía no se lleven el país por delante".