Carles Puigdemont saluda a una simpatizante, este sábado durante el acto celebrado en Elna (Francia).

Carles Puigdemont saluda a una simpatizante, este sábado durante el acto celebrado en Elna (Francia). EFE

Política elecciones

Puigdemont redobla su desafío al Estado y el PSOE se presenta como "dique" que frena el separatismo

Junts proclama a Puigdemont en el sur de Francia como "el president que regresa para culminar la independencia de Cataluña".

7 abril, 2024 03:32

El PSOE insistió este sábado en presentarse como el "dique de contención" que va a frenar a los partidos independentistas, que sustentan su mayoría de Gobierno, mientras desde la población francesa de Elna Carles Puigdemont reafirmaba su desafío al Estado.

Durante el acto de presentación de su candidatura a las elecciones catalanas del 12-M, los dirigentes de Junts anunciaron a Puigdemont como "el president que, tras seis años y medio en el exilio, regresa para culminar lo que miles de catalanes anhelamos, la independencia de Cataluña".

Al explicar por qué su partido tumbó inicialmente la ley de amnistía en el Congreso, Puigdemont presumió de tener el futuro del Gobierno de Sánchez en sus manos: "Decir sí a todo es muy popular", declaró, "pero es difícil gestionar el no. ¿Sabéis quién lo ha entendido mejor?", preguntó al auditorio, "el Gobierno de Madrid. Al principio creían que íbamos de farol, decían: no se atreverán. Ya les hemos enseñado nuestras intenciones".

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El fugitivo de la Justicia elogió el valor de los 135 miembros de las candidaturas de Junts, porque su paso supone "llevar una diana enorme encima, algunos la llevamos hace seis años y medio", afirmó.

"Cuando le disparan a uno, de momento en sentido figurado, hace falta mucha valentía. Ya sé que hay una parte luminosa de la política, pero mucha gente no está dispuesta" a dar el paso, indicó.

Puigdemont se quejó de las condiciones de "excepcionalidad" con las que se ve obligado a hacer campaña, sin poder pisar aún suelo español: "No es normal que no podamos todavía atravesar la frontera, ni podamos poner unas urnas, ni que el Parlament no pueda debatir si queremos ser una república".

Y aseguró que la Justicia española encarceló al exconseller de Interior Joaquim Forn por gestionar "con mirada de Estado" los atentados yihadistas de las Ramblas, rechazando la colaboración con la Guardia Civil: "Se lo dije: esto nos lo harán pagar caro. Si no fuera por eso, no le habrían metido en prisión".

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En realidad, Forn fue condenado a diez años y medio de cárcel por el Tribunal Supremo, por su papel en la organización del referéndum ilegal del 1-O, y se encuentra en libertad desde 2021, tras beneficiarse del indulto aprobado por el Gobierno. 

Casi a la misma hora del sábado, el presidente Pedro Sánchez arropaba al candidato del PSE a lehendakari, Eneko Andueza, durante un acto celebrado en Vitoria.

Sin hacer apenas ninguna mención a la campaña de las elecciones vascas, Sánchez arremetió contra el expresidente Aznar por negar la existencia del Estado palestino, volvió a vincular a Ayuso con la "corrupción" y acusó al PP de "banalizar la dictadura franquista" a través de las leyes de Concordia que impulsa junto a Vox en varias comunidades autónomas.

Después de que Sánchez centrara todos sus ataques en el PP, el candidato Eneko Andueza intentó desvincularse de cualquier alianza con los independentistas: "Ya lo he dicho mil veces, en varios idiomas. Presidente, ¿se lo vuelves a decir tú o se lo digo yo?", indicó dirigiéndose a Pedro Sánchez, "¡Que no vamos a gobernar con Bildu, que no, que no!", reiteró. Porque, aseguró el candidato, el PSOE es "el dique de contención para que Bildu y el independentismo no gobierne en este país".

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Sin embargo, sus palabras chocan con la evidencia de que son precisamente los partidos independentistas (Bildu, ERC y Junts) los que mantienen con su apoyo a Pedro Sánchez en la Moncloa, a cambio de gravosas concesiones como la ley de amnistía.

El PP intenta explotar esta contradicción, que lastra la campaña de los candidatos socialistas en las elecciones vascas y catalanas. Porque también Salvador Illa se ha visto en la necesidad, a lo largo de toda la precampaña, de negar que el Gobierno vaya a autorizar el referéndum de independencia que exigen Junts y ERC.

Durante la presentación de la candidatura al Parlament que encabeza Alejandro Fernández, la vicesecretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez, proclamó que "ERC, PSC y Junts son el tripartito del poder por encima de ley".

Fúnez exigió al president Pere Aragonés que, cuando comparezca este lunes para debatir sobre la amnistía en la comisión del Senado de comunidades autónomas, revele "sus pactos secretos con Sánchez y que éste no se atreve a desvelar".

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Al igual que Eneko Andueza en el País Vasco, Salvador Illa intenta desvincularse en la precampaña electoral de los pactos de Pedro Sánchez con los partidos separatistas. Durante un acto celebrado en Sant Joan Despí (Barcelona), Illa advirtió este sábado que "el victimismo estéril" de los independentistas sólo conduce a Cataluña a la "frustración".

El candidato del PSC culpó a los últimos cuatro presidentes de la Generalitat (Artur Mas, Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonès) de la "década perdida" que ha sufrido Cataluña, por centrarse en las aventuras soberanistas en vez de resolver problemas como la falta de infraestructuras, la inseguridad ciudadana o el deterioro de los servicios públicos.

Por su parte, el presidente Pere Aragonès propuso ayer desde Sitges (Barcelona) celebrar dos debates electorales: uno en Francia con Puigdemont y otro en Cataluña con Illa. Aragonès lanzó esta idea después de que el PSC rechazara el viernes que los tres candidatos se emplacen en Waterloo o al sur de Francia para celebrar el debate electoral, dado que Puigdemont aún no puede pisar suelo español.

En un acto en el que estuvo acompañado por la alcaldesa de la ciudad, Aurora Carbonell, Aragonès se mostró convencido de que el Gobierno de Pedro Sánchez acabará aceptando celebrar el referéndum de independencia, igual que ha cedido antes con la amnistía, los indultos y la derogación del delito de sedición, gracias a la presión de ERC.