Tomás Serrano

Tomás Serrano

Política INVESTIDURA

La desmovilización de su Consell de la República debilita a Puigdemont en la negociación con Sánchez

Sólo el 4,4% participó en la consulta en la que se impuso el bloqueo a la investidura de Sánchez.

25 octubre, 2023 02:28

El Consell de la República, concebido por el propio Carles Puigdemont en 2017 como Gobierno y Parlamento paralelos de Cataluña bajo su presidencia desde Waterloo, se pronunció este martes sobre el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez. 

A la pregunta de "¿El Consell de la República debe promover el bloqueo a la investidura del presidente en España por parte de los partidos independentistas catalanes?", la respuesta mayoritaria fue el "sí", con un respaldo del 74,9% de los votos. Con una salvedad que lo altera todo: sólo participaron 4.021 del total de inscritos en el Consell, lo que apenas representa un 4,45% del censo de esta organización con derecho a voto: 90.481 personas. 

El dato corrobora la desmovilización del independentismo, probada ya en la última celebración de la Diada en Cataluña, el pasado 11 de septiembre, o en el reciente aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre. Lejos de las grandes concentraciones que venían suscitando ambas efemérides, la movilización ha caído en picado, dejando al descubierto la pérdida de apoyos en la calle a la causa secesionista. 

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En el momento clave de la negociación con el PSOE, que el independentismo ha calificado de "histórico", la indiferencia mostrada por una amplísima mayoría de miembros del Consell de la República en la consulta interna deja al expresidente en una posición de clara debilidad.

Si la participación hubiera sido alta, Puigdemont podría haber hecho valer ese peso ante el PSOE, usando el voto opuesto como un argumento más de presión sobre Sánchez. Ahora, tiene difícil subir el precio ya fijado para la investidura (amnistía, referéndum, reconocimiento del catalán en la UE) y elevarlo con otras cuestiones de carácter económico, como la condonación de la deuda a Cataluña. Y eso que ya había venido rebajando sus expectativas, al constatar que todo lo que pidió cobrar "por adelantado" se ha ido postergando por unas razones u otras. 

Menos fuerza negociadora

Cuando hace semanas trascendió que se forzaba una votación en el Consell de la República para decidir sobre el apoyo del independentismo a la investidura de Sánchez, prácticamente parecía que la posición de Junts quedaba a la espera del resultado final de esta votación. De hecho, quedó claro que la investidura nunca podría acordarse ya antes de este martes, ya que las votaciones estaban programadas para realizarse entre el 17 y el 23 de octubre.

Lo cierto es que la consulta no es vinculante, tal y como aclaró desde un principio el número dos de Puigdemont en el Consell de la República, Toni Comín, fugado como él en Bélgica. 

La escasa participación en esa votación podría explicarse precisamente también por cuanto, al no tener carácter vinculante y ver entregado a Puigdemont en la negociación con Sánchez, los asociados han dado por sentado que habrá acuerdo de investidura.

El fiasco de la votación tiene el mismo efecto que tuvieron aquellas consultas que forzaba Podemos en su Consejo Ciudadano, cuando se puso de manifiesto que su poder de convocatoria se había ido diluyendo con el paso de los años. Así, el resultado de la consulta del Consell de Puigdemont, refuerza la tesis del Gobierno de que el independentismo está en sus horas más bajas

Ahora, una vez que PSOE y Sumar han logrado alumbrar un pacto programático que sienta las bases del próximo gobierno de coalición, las miradas se dirigen hacia Waterloo. Con el voto de Bildu amarrado, ante la poca previsión de que PNV o BNG boicoteen la continuidad de Sánchez, y con el apoyo garantizado de ERC, que ha renunciado incluso a un referéndum no pactado como parte del acuerdo de investidura, todo queda en manos de Junts.

Puigdemont, paradójicamente, no desempeña ningún cargo orgánico en Junts. Es el único de los negociadores de la investidura en esa situación. Ejerce como líder espiritual del partido y es quien tiene la última palabra en la toma de decisiones importantes, como el apoyo de los siete diputados en el Congreso a la futura reelección de Sánchez al frente del Gobierno. Y eso aun cuando ha habido divisiones en Junts por cuestionar su liderazgo, y también en el propio Consell de la República que él fundó, como revela que esta votación sobre el apoyo a la investidura fuera promovida por un sector crítico y contrario a cualquier negociación con el Gobierno. 

El Consell de la República queda muy tocado tras el resultado de esta consulta. Puigdemont dijo en su día que aspiraba a que alcanzase un millón de afiliados, pero se quedó en una décima parte. También pretendía que fuese transversal ideológicamente, pero ni ERC ni la CUP le han dado su apoyo.  

Las sensaciones en el PSOE y Sumar son buenas, con el ánimo de que la reelección está cada día más cerca. Y en el PP, el sentir generalizado es que habrá legislatura de Sánchez con el concurso de Puigdemont, que al fin y al cabo sólo tiene que aparentar "que ha sido súper exigente" para, en realidad, arreglar su "situación personal".