El líder de Vox, Santiago Abascal, a su llegada una rueda de prensa tras reunirse con el Rey Felipe VI esta semana.

El líder de Vox, Santiago Abascal, a su llegada una rueda de prensa tras reunirse con el Rey Felipe VI esta semana. Diego Radamés Europa Press

Política CRISIS EN VOX

La crisis interna de Vox crece con las dudas sobre la financiación del partido a la fundación de Abascal

El partido relegó este viernes a sus vicesecretarios de las áreas de gerencia y jurídica, dando más poder a Jorge Buxadé. 

7 octubre, 2023 03:26
Diego Rodríguez Veiga Ángel Ortiz

Vox parece no salir del bache y vuelve a firmar una de sus semanas más convulsas. El partido vive desde hace meses una crisis interna por la que ha reorganizado su cúpula -dando aún más poder a Jorge Buxadé- acrecentada ahora por el último informe fiscalizador del Tribunal de Cuentas y por las dudas de los militantes sobre la financiación que recibe Disenso, la fundación presidida por Santiago Abascal.

Este viernes se conoció que la formación ha sacado de la vicesecretaría de gerencia a Juan José Aizcorbe, que era el cerebro económico de Vox, y de la vicesecretaría jurídica a Marta Castro, la estratega detrás de las numerosas acciones judiciales que lleva a cabo el partido.

Aunque desde la formación insisten en restar importancia a estos movimientos, ambos se producen después de fuertes controversias en el plano económico y jurídico.

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El pasado lunes se conocieron nuevas informaciones sobre la inyección de cantidades millonarias de dinero a Disenso, una especie de think tank del partido que funcionaría de manera similar a la fundación Pablo Iglesias en el PSOE o Faes en el PP. Sin embargo, la fundación de Vox tiene una particularidad: el patrono vitalicio es Santiago Abascal a título personal, no como presidente del partido.

La contabilidad de Disenso, cuyo objetivo es dar la "batalla cultural y política", muestra que el think tank ha recibido un total de 5,8 millones de euros provenientes directamente de Vox desde que fue fundada en 2020. Al ser una fundación, los criterios de financiación son más opacos que los de un partido y disfruta de exenciones fiscales.

Según las cuentas, consultadas por este diario, el año pasado la fundación gastó más de un millón de euros en gastos de personal y 1,3 millones en gastos de actividad, sobre los que no se especifican más detalles. Una de las particularidades de las fundaciones es que los miembros pueden trasladar gastos de actividad y dar servicios retribuidos.

Ante esta situación, el secretario general del partido, Ignacio Garriga, mandó vía e-mail una carta a los militantes, molestos por la situación, para intentar tranquilizarles. En la misiva, enviada en la noche del miércoles y a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, señala que las informaciones apuntando la financiación que recibe Disenso de Vox son "manipulaciones veladas y falsas acusaciones".

En la carta, Garriga explica qué es Disenso y dice que actúa como "punta de lanza contra el rodillo del pensamiento único que ha aceptado sumisamente el resto de las formaciones políticas". Edita La Gaceta de la Iberoesfera como publicación ideológica y ha fundado el Foro Madrid en contraposición al Foro de São Paulo.

Aunque no entra a dar información sobre el plano financiero ni sobre el papel de Abascal, Garriga zanja en la carta que "Vox es Disenso y Disenso es Vox".

Aviso del Tribunal de Cuentas

A las sospechas sobre la financiación de Disenso hay que añadir el último informe fiscalizador del Tribunal de Cuentas, publicado también esta semana. El ente analizó la contabilidad de todos los partidos en los ejercicios de 2018 y 2019 y en las conclusiones asestó varios varapalos a la formación presidida por Abascal.

Según el Tribunal de Cuentas, Vox recibió en 2019 un total de 1,5 millones de euros de donaciones privadas, más que el resto de partidos juntos. Además, señala que hay "incertidumbre" sobre 332.548,09 euros que la formación ingresó a través de cajeros automáticos y que no queda claro si son donaciones. En el caso de serlo, apunta, estaría vulnerando la ley de financiación de partidos al no identificar los donantes.

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También llama la atención sobre las aportaciones finalistas, las destinadas a algo en concreto. El Tribunal de Cuentas asegura que Vox ha realizado campañas de recaudación para finalidades específicas y que las ha computado de forma diferenciada del resto de las donaciones, lo que podría suponer una "irregularidad sancionable" según la ley de financiación de partidos, que prohíbe estas prácticas dirigidas a acciones específicas.

Por último, el órgano fiscalizador, que ha sido especialmente extenso al detallar las cuentas de Vox, señala que hay 41.812,24 euros que se pagaron con tarjeta de crédito y que "si bien el partido afirma que son gastos de viaje y manutención, no se ha aportado documentación justificativa alguna".

Crisis política

Las suspicacias sobre la manera de operar del think tank de Vox agravan la situación política que vive el partido, inmerso en plena catarsis orgánica desde que su exportavoz parlamentario y uno de sus principales activos políticos, Iván Espinosa de los Monteros, renunciara a su escaño en el Congreso el pasado 8 de agosto. 

La decisión de Espinosa ha generado su marginación orgánica, impuesta desde la dirección nacional. La mera participación en el grupo de WhatsApp creado por Espinosa de los Monteros junto al resto de diputados en la anterior legislatura es vista con recelo desde Bambú, madrileña sede del partido. Aún más, la asistencia a la comida en torno a él organizada el pasado 14 de septiembre en el restaurante Fortuny de Madrid y a la que acudieron hasta siete diputados

Se trata de una situación vista con recelo desde un amplio sector del partido, que apunta al auge orgánico de Jorge Buxadé, vicepresidente de Acción Política de Vox; e Ignacio Hoces, diputado por Badajoz desde el pasado 23-J en sustitución de Víctor Sánchez del Real, como principales responsables. Buxadé, de hecho, ha pasado este viernes a coordinar el área jurídica que lideraba hasta entonces Marta Castro. 

La profunda renovación en las listas electorales propiciada por ellos, además, ha provocado que el fresco de la bancada sea otro radicalmente distinto al de la pasada legislatura. Es la consolidación de un viraje hacia las tesis más radicales del partido.

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Que una figura del peso de Javier Ortega Smith alertara la semana pasada, en una entrevista en Europa Press, de la posibilidad de que Vox se esté convirtiendo en "una agencia de colocación de amigos" no ha hecho sino avivar un fuego aún sin controlar por Abascal.

¿Los últimos focos localizados? Las salidas de la cúpula de Aizcorbe y Castro, justo la mañana posterior a la renuncia por "discrepancias" con la dirección nacional de Camino Limia, la única consejera de Vox en la Junta de Extremadura; y la expulsión de Vox del tripartito municipal en Gijón junto a Foro Asturias y el PP. Una decisión tomada por la alcaldesa, Carmen Moriyón (Foro), de manera fulminante sólo cuatro meses después del pacto.