Política 23-J

"Objetivo: dos millones": así fraguó el equipo de Bendodo el éxito del 28-M y así prepara el 23-J

El PP diseñó un plan similar al utilizado en 2022 en Andalucía para llegar al 30% de votos y ahora quieren superarlo para alcanzar los 160 escaños.

4 junio, 2023 02:43

"Objetivo: dos millones" es el lema que internamente manejaba el equipo de campaña de Elías Bendodo para dar la vuelta al poder territorial en las elecciones del 28 de mayo. Y lo consiguieron.

El eslogan motivacional sobre el que planificaron la campaña electoral se basaba en la idea de acaparar prácticamente todo el voto de Ciudadanos y, además, lograr transferencias notables desde Vox y también desde el PSOE.

"Si se cumplía el objetivo dos millones y se llegaba al 30% de votos habría tsunami", aseguran fuentes de ese equipo para explicar el cumplimiento de las expectativas con las que partieron en el diseño de la campaña.

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Bendodo fue designado jefe de campaña de las municipales y autonómicas, después de haber diseñado y ejecutado con éxito la de las elecciones autonómicas en Andalucía en las que Juanma Moreno logró una mayoría absoluta que nadie preveía. Ahora ha sido designado para coordinar la campaña de las generales del 23 de julio, que debe diseñarse en tiempo récord, sobre la base de la del 28-M y las ideas que tenían avanzadas para cuando estaban previstas para diciembre.

El número tres del PP, que antes fue presidente de la Diputación de Málaga, consejero de la Junta y mano derecha de Juanma Moreno, ha logrado así el segundo éxito electoral para el PP de Alberto Núñez Feijóo en menos de un año.

Según la explicación de ese equipo de campaña, el "umbral de expectativas" de la campaña del 28-M era ganar dos millones de votos respecto a las últimas elecciones y llegar al 30% de apoyo. 

En Andalucía diseñaron un plan similar que entonces se llamó Objetivo 200.000 y que consistía en lograr ese número de votos para poder pasar del Gobierno en minoría de Moreno en la Junta, a un Ejecutivo sólido. Lograron llegar hasta la mayoría absoluta.

El plan analizó los lugares en los que era posible crecer, en función de la evolución del voto en anteriores comicios y de transferencias de votos recientes. Así, se podía segmentar la campaña y dirigirla a bloques concretos de electores. En las pasadas elecciones municipales y autonómicas han seguido una metodología similar para toda España.

Campaña en dos partes

El informe explica que el PP logró en las municipales de 2019 algo más de 5,1 millones de votos. Esa cifra llegó a los siete millones el pasado domingo, es decir, el objetivo dos millones que se fijaron en el inicio.

Ese crecimiento es el que ha permitido al PP ganar unas elecciones de alcance nacional por primera vez desde 2016, cambiar el signo de gobiernos autonómicos y municipales, y provocar un terremoto político que ha llevado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a convocar de manera precipitada las elecciones generales para el 23 de julio.

La diferencia es de 1.890.000 votos, casi puntos más. El apoyo en porcentaje ha pasado del 22,6% en 2019 al 31,5% en 2023.

¿Por qué el objetivo dos millones? El PP explica que obtuvo en las elecciones de 2015 -las últimas que ganó- algo más de seis millones de votos y no llegó al 30% (27%).

En 2015, Ciudadanos ya entraba en la ecuación, con un resultado de 1.467.000 votos. Por tanto, existía una bolsa de casi un millón y medio de votos que el PP tenía la opción de absorber, además de las transferencias de Vox y el voto descontento del PSOE, según la explicación del equipo de Bendodo.

La expectativa de poder llegar a los casi ocho millones y medio de votos de 2011 -techo histórico del PP, cuando no existía Ciudadanos como fuerza nacional- era imposible, pero sí podían alcanzar, dicen en el PP, los siete millones de votos, propiciar un vuelco de dos millones y ser de nuevo la fuerza más votada en España.

Además del análisis de datos, ese equipo diseñó una campaña con dos partes diferenciadas, estrategia que se vio favorecida por los acontecimientos surgidos en las semanas próximas a las votaciones, todos ellos adversos para el PSOE.

La primera parte, según explican, fue la de "mayor ataque a Pedro Sánchez", que coincidió con la inclusión de más de 40 condenados por terrorismo en las listas de Bildu. La segunda, más propositiva, era una llamada al pragmatismo para concentrar el voto en torno al PP. 

Según fuentes del equipo de campaña, "esta misma estrategia ya se puso en marcha en Andalucía, para captar tanto votantes de Vox como votantes desencantados del Partido Socialista".

"Ante la incertidumbre de un gobierno de coalición con Vox, mejor un gobierno estable y moderado del Partido Popular. Así ocurrió, y hubo un trasvase creciente en los últimos días hasta sumar 58 escaños", añaden. En las elecciones del 28-M ese trasvase ha sido menor y más extendido en el tiempo.

El voto útil

La apelación al voto útil volverá a ser explotado por Feijóo en la campaña de las generales, con la idea de que "sólo el PP está en condiciones de sacar a Sánchez de la Moncloa". Por eso, el partido necesita conseguir en la segunda parte de la campaña un "perfil presidenciable" muy identificable de su candidato, frente a un Sánchez derrotado y a la desesperada.

Para toda esa estrategia, según explican, fue extraordinariamente útil el lema sencillo de "derogar el sanchismo". Servía para atacar a Sánchez, para hacer calar la idea del plebiscito contra el presidente del Gobierno y también para agrupar ese voto útil.

Para ponerlo en marcha tuvieron la colaboración inesperada del líder socialista al asumir todo el protagonismo de la campaña, tapando a candidatos municipales y autonómicos y centrando el foco en el Gobierno y las medidas que aprobaba cada semana.

De cara a las generales del 23 de julio, el PP ya ha constatado que encontrará enfrente una campaña muy agresiva del PSOE y centrada en la alerta sobre el pacto con Vox. Un primer propósito, explican, es poder mantener la alta movilización del electorado de la derecha, sin que se desvanezca por "fatiga electoral".

El segundo objetivo es consolidar el voto centrista, sin que el PSOE recupere un solo voto de Ciudadanos. Es decir, ahora puede lograr más de un millón y medio de votos que ya lograron el 28-M, además ir a por los 300.000 que siguieron votando el pasado domingo a Ciudadanos y que ahora quedan huérfanos por incomparecencia de este partido. Con eso superarían el 31% que les puede llevar cerca de 160 escaños, su objetivo para el 23-J.

El PP subraya que el único barón socialista que ha podido recuperar voto de Ciudadanos es Emiliano García Page y, por eso, ha podido conservar su mayoría absoluta con un mensaje moderado, alejado del de Sánchez.

Incluso, entienden que pueden incidir en la estrategia que les funcionó en Andalucía para captar votos de electores del PSOE que no comparten el giro a la izquierda que Sánchez ha apuntado esta semana. No son suficientes los dos millones de votos del 28-M y necesitan aumentar el "umbral de expectativas" para alcanzar, como mínimo, los 160 escaños.

En verano ya existía un plan, adelantado en EL ESPAÑOL, que situaba el objetivo del PP en los 150 escaños y la recuperación de al menos tres comunidades. Este segundo objetivo se ha superado con creces y, por eso, consideran posible superar el otro en las generales.

[Los objetivos de Feijóo: 150 escaños en el Congreso y recuperar al menos tres comunidades autónomas]

Por el momento, el PP parte en la precampaña en el centro, entre un PSOE más radicalizado y Vox. Y, sobre todo, con la idea de superar el escollo de los pactos con el partido de Santiago Abascal.

Fuentes populares recuerdan que en las municipales del pasado domingo, el Gobierno de coalición del PP con Vox en Castilla y León y las vicisitudes de ese Ejecutivo no les han afectado negativamente. De hecho, el PP subió en municipales en Castilla y León casi cinco puntos con respecto a 2019, hasta llegar a un 39,9% de los votos, casi nueve puntos más que el PSOE.

Los dirigentes del PP entienden que a Sánchez le ha penalizado la coalición con Unidas Podemos y que el presidente del Gobierno ha asumido el desgaste por gestión y posiciones de los ministros morados. Por eso, intentarán mantener la identificación entre PSOE y Podemos. "Que lo que ha hecho Pam (Ángela Rodríguez, secretaria de Estado de Igualdad) lo pague Sánchez", explica un dirigente del PP.