El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante su intervención este domingo en L'Hospitalet de Llobregat.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante su intervención este domingo en L'Hospitalet de Llobregat. Efe

Política

Moncloa teme que Podemos abra nuevos frentes en el Gobierno para distanciarse de Díaz

El Ejecutivo ya es tripartito y la vicepresidenta pierde definitivamente su capacidad para controlar la posición de los cinco ministros de Unidas Podemos.

3 abril, 2023 02:46

El Gobierno de coalición ya es oficialmente un Gobierno tripartito. Lo era, de facto, hace unos meses. Pero ahora ya se ha oficializado que el Ejecutivo lo forman el PSOE como socio mayoritario; Sumar, con tres ministros, y Podemos, con dos ministras.

En 2021, Pablo Iglesias se fue y dejó a Yolanda Díaz al mando de la sección de Unidas Podemos del Gobierno. Ha ejercido esa función con altibajos y ahora tendrá mucho más difícil hacerlo, puesto que su proyecto para las elecciones generales ha echado a andar con Izquierda Unida, los comuns, Más País, el Proyecto Drago, CHA... Es decir, una reunión de víctimas de Podemos. O, más concretamente, de Pablo Iglesias.

Ahora, se abre un escenario distinto en el que la vicepresidenta ya es una rival electoral y fuentes del Gobierno prevén que Podemos busque nuevos frentes o espacios de tensión para distanciarse del PSOE y de Yolanda Díaz. Según estas fuentes, los morados necesitan hacer valer su posición y diferenciarse de sus dos socios de Gobierno.

[Podemos da por hecho que miembros de Sumar han decidido ya excluirles para las elecciones generales]

Por ejemplo, citan lo ocurrido el viernes con la denuncia de Podemos sobre la manipulación de los sondeos del CIS. Hasta ahora, José Félix Tezanos tenía el aval de Podemos y, de pronto, se convierte en objeto de sus ataques.

Este tipo de situaciones podría seguir sucediendo, según las previsiones de Moncloa y Yolanda Díaz ya no será la interlocutora para frenarlo o para cerrar acuerdos.

Está pendiente aún culminar la tramitación de la reforma de la Ley del sólo sí es sí, en pleno plazo de enmiendas, y el cierre de un acuerdo sobre la Ley de Vivienda que se tramita en el Congreso.

Sobre esta última, fuentes del Gobierno explican que la parte socialista ha llegado ya al punto máximo de cesiones y están a la espera de que Podemos acepte cerrar esos flecos. Está por ver si en la nueva situación los morados aceptarán el acuerdo o si preferirán mantener la posición de víctimas frente al PSOE y ahora frente a Sumar.

"Pablo Iglesias prefiere la posición de activista antes que la de la política institucional", asegura una destacada ministra que atribuye al expresidente parte de la estrategia de Podemos.

La tesis de Moncloa es que la reacción a la cercanía de PSOE y Sumar es la de diferenciarse. Hay que tener en cuenta que los morados explican que Yolanda Díaz ha aceptado mantener una posición casi de marca blanca de Pedro Sánchez, arriesgándose a ir a las elecciones de la mano de los socialistas, en un ticket o tándem que asegura mantener la coalición tras las generales.

Entienden que el proyecto de Sumar parte de un pacto de Díaz con Sánchez para orillar y superar a Podemos, para lograr una "coalición más apacible" y alejada de la estrategia de los morados basada en la tensión y en airear las discrepancias para presionar.

Además, Podemos necesita salvar los muebles en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo para tener una posición menos débil frente a Sumar. Por ejemplo, no ser extraparlamentarios en Madrid o mantener una posición mínima en la Comunidad Valenciana o Aragón.

En esos lugares, además, se enfrentan a partidos que están en Sumar, como IU, Compromís o Más País. Un ejemplo de eso es que este mismo domingo el politólogo y cofundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, ha arremetido contra la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Le ha acusado de hacer campaña con partidos que "compiten" contra Unidas Podemos, tras presentarse este domingo de forma oficial como candidata a la Presidencia del Gobierno con su nueva formación Sumar, según ha escrito en su Twitter. Es decir, ahora ya son adversarios electorales.

Necesitan evitar la desbandada de sus cuadros hacia Sumar, que estos dan por seguro para el 29 de mayo. Y Moncloa entiende que los intentará desde la diferenciación con PSOE y Sumar.

La apuesta de Sánchez es conseguir que el proyecto de Díaz tenga fuerza suficiente como para poder completar mayoría suficiente para gobernar en coalición. Son Sánchez y Díaz frente a Feijóo y Abascal.

['Operación Yolanda en el podio': Sánchez condiciona su estrategia a que Sumar quede por delante de Vox]

Por eso, el presidente del Gobierno ha ido quitando cada vez más terreno a las dos ministras de Podemos (Belarra e Irene Montero) dentro del Gobierno.

Por eso, Díaz tuvo un papel destacado en la moción de censura de Ramón Tamames y por eso Moncloa se encarga de impedir comparecencias de Montero y Belarra en las ruedas de prensa del Consejo de Ministros. Sin clemencia, ni complejos para ahogarlos. Sin echarlas del Gobierno, pero indicándoles que si quieren se vayan y asuman el coste de esa decisión, que en todo caso serviría para centrarle antes de las elecciones generales.

El objetivo de Sánchez, según explica Podemos, es tener en el futuro un socio liderado por Díaz, mucho más dócil y que le dé menos problemas. Como ha explicado Iglesias públicamente, que no haya una parte del Gobierno que le incomode, por ejemplo al distanciarse de la posición de Sánchez sobre Ucrania y la OTAN. De hecho, no se conoce posición de Díaz sobre este asunto.

Los socialistas, además, consideran que el arranque de Sumar puede centrarles, puesto que Sumar es menos radical que lo que era Unidas Podemos. "Se acabó lo de los problemas de sueño para pactar con Iglesias y Podemos, porque ahora sería con Díaz, que es mucho más asumible", explican.

Otro de los efectos de la ruptura entre Sumar y Podemos es el funcionamiento del grupo Parlamentario de Unidas Podemos, dividido ahora prácticamente en dos partes, con IU y los Comunes por un lado y los morados por otro.