La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el líder de Más País, Íñigo Errejón, el viernes pasado.

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y el líder de Más País, Íñigo Errejón, el viernes pasado. Eduardo Parra Europa Press

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Yolanda Díaz y el PSOE esperan una desbandada de cuadros de Podemos tras el 28-M

Socialistas y Sumar creen que la posición de los morados quedará muy debilitada tras las elecciones municipales y autonómicas.

19 marzo, 2023 02:31

Coinciden estos días un ministro y el portavoz de uno de los partidos del bloque de investidura en relatar que, para cerrar acuerdos con la parte del Gobierno de Unidas Podemos, necesitan siempre hablar con los representantes de cada uno de los sectores.

El ministro asegura que le funciona juntar a todos en la misma reunión, y el portavoz explica que debe ir superando barreras porque cada uno de sus interlocutores le remite, a su vez, a otro distinto.

El propio ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha tenido estas semanas que hablar con Irene Montero, Ione Belarra y Yolanda Díaz por separado para lograr apaciguar las aguas en el Gobierno de coalición, según explican fuentes de Unidas Podemos.

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Es decir, las diferencias con las que convive en el Gobierno de coalición ya no son sólo entre la parte socialista y la parte de Unidas Podemos, sino que, a su vez, en este último sector también hay notables discrepancias y diferencias, en vísperas de lo que pueda pasar en las elecciones.

Ha sido muy visible esta semana con motivo del fracaso en la derogación de la llamada 'ley mordaza'. El secretario general del PCE, Enrique Santiago, debatió abiertamente en Twitter con miembros de Podemos sobre la responsabilidad en el fiasco de la negociación de la ley.

Santiago, claramente integrado en el proyecto de Yolanda Díaz, fue destituido por ello hace meses por Belarra de su cargo de secretario de Estado de Derechos Sociales.

Un miembro de la parte socialista del Gobierno distingue por su experiencia cuatro sectores de Unidas Podemos: el de Galapagar, que incluye a Irene Montero, Pablo Echenique y Pablo Iglesias; el de Belarra, que acepta acuerdos; el de En Comú, que está alineado para el futuro con Yolanda Díaz pero que tiene vida propia en las negociaciones y, por último, el de Sumar, el proyecto que intenta poner en pie la vicepresidenta segunda.

En este último grupo, el de Sumar, ya están casi integrados con conversaciones muy avanzadas Izquierda Unida, Más País (Íñigo Errejón), Compromís, los Comunes y otros grupos regionales. La posible integración de estos partidos irrita a Podemos, como les irritó este viernes que Yolanda Díaz participara en un acto con Errejón, bestia negra de los morados.

No está Podemos y hay muchas dudas de que finalmente vaya a estar integrado en la futura candidatura que encabece Yolanda Díaz, pese a las llamadas públicas y retóricas a la unidad. Está en juego también la batalla por el relato, que tanto gusta en Podemos, en este caso, sobre las culpas de una hipotética ruptura del acuerdo.

Los de Montero y Belarra quieren negociar ya, y así lo dicen abiertamente, mientras que los de Sumar consideran que es mejor esperar a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo.

Quieren esperar para no tener que asumir una eventual derrota en esas complicadas elecciones y también porque explican abiertamente que les será mucho más fácil tratar con un Podemos previsiblemente debilitado tras el 28 de mayo. Que el resultado electoral les hará caer como fruta madura.

Debilidad de Podemos

Estará debilitado porque las previsiones apuntan a un mal resultado y, además, tanto los promotores de Sumar como el propio PSOE aseguran que tras esos comicios se puede producir una desbandada de cuadros de Podemos que su dirección no va a poder frenar. De hecho, ya se ha producido un goteo en comunidades y ayuntamientos en los últimos meses. 

Aunque con otras motivaciones, es paradigmático el caso de Alberto Rodríguez, que ha pasado de símbolo de resistencia y opresión para Podemos a traidor, por haber creado un nuevo grupo político en Canarias que apuesta por integrarse en Sumar con Yolanda Díaz.

Los propios socialistas, que se juegan su futuro en el éxito del proyecto electoral de Díaz, explican también que su análisis detallado sobre el territorio indica que ya en la práctica Podemos carece de estructura territorial.

En la mayoría de los lugares, es la estructura de Izquierda Unida la que sustituye ya la de Podemos, y en otros casi no existe. Y en todo caso, sus resultados en las últimas autonómicas celebradas muestran un notable retroceso.

Por ejemplo, en Cataluña, el espacio lo domina En Comú, que está cerca de Sumar; en la Comunidad Valenciana es Compromís; en Andalucía se impuso Izquierda Unida; en País Vasco, Navarra y Asturias vive conflictos internos; en Madrid, Podemos fue superado holgadamente por Más Madrid, incluso con Pablo Iglesias como cabeza de lista, y en Canarias hay una nueva formación liderada por Alberto Rodríguez.

En palabras de un dirigente del PSOE, “Podemos es ya una formación con una representación en el Gobierno muy superior a su implantación”.

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A los socialistas les va la vida en el futuro de ese espacio de la izquierda para poder sumar frente a PP y Vox. Por eso, ven con preocupación esas disputas internas y, por eso, condicionan las decisiones de Pedro Sánchez sobre la continuidad del Gobierno de coalición.

Y explican que gran parte de las disputas con las ministras de Podemos tienen que ver con su necesidad para diferenciarse y reforzar su posición ante Sumar. Incluido el intento de convertir a Irene Montero en líder alternativa a través del victimismo.