El cardenal Juan José Omella junto al Papa Francisco en una imagen de archivo.

El cardenal Juan José Omella junto al Papa Francisco en una imagen de archivo. Efe

Política RELIGIÓN

La diócesis de Barcelona pide al Papa que haya mujeres sacerdotes y celibato opcional

De cara a la cumbre de Roma 2023, la Iglesia está recabando propuestas a través de todas sus diócesis en el mundo.

6 junio, 2022 02:06

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La Iglesia de Barcelona quiere abrir el debate sobre el "celibato opcional", la posibilidad de que existan "curas casados" y el acceso de la mujer al sacerdocio. Así figura en el documento remitido por esta diócesis a la Conferencia Episcopal de cara a la cumbre de obispos que se celebrará en Roma en octubre de 2023.

El informe barcelonés, consultado por este diario, lo enuncia con claridad: habla de una Iglesia "que adapte los diferentes ministerios, abriendo la posibilidad del celibato opcional y el acceso al presbiteriado de hombres casados". En otro apartado, se indica: "Lamentamos que las mujeres no puedan acceder a los magisterios diaconales y presbiteriales".

En concreto, sobre el papel de la mujer, aducen: "Ha aparecido reiteradamente y con fuerza el clamor por la falta de igualdad entre hombre y mujer". Esa relación se percibe "jerárquica, autoritaria y machista". A continuación, se añaden frases como "a la mujer se la oye más que se la escucha" u "ocupa un lugar secundario aunque es mayoría en número y presencia".

Este encuentro de obispos, el llamado Sínodo, tiene como objetivo debatir temas de calado, pero sin que los cambios allí acordados puedan afectar al dogma. En ese caso, estaríamos hablando de un Concilio.

Con el lema "caminar juntos", la Iglesia ha encargado a todas sus delegaciones en el mundo que recaben propuestas e inquietudes. El funcionamiento, en España, ha sido el siguiente: las setenta diócesis existentes han elaborado un documento de síntesis cada una de ellas, donde cristalizan las ideas mayoritarias. A partir de ahí, la Conferencia Episcopal [máximo órgano de representación nacional] va a redactar un nuevo papel, que es el que luego dirigirá al Vaticano.

El próximo sábado se presentará en Madrid este compendio final [tendrá un máximo de diez folios], en el que se podrá testar si han quedado incluidas las reivindicaciones acuñadas por la diócesis de Barcelona. Conviene precisar que el arzobispo de la ciudad condal, Juan José Omella, es al mismo tiempo el presidente de la Conferencia Episcopal.

Más de 7.000 personas han participado en la consulta abierta por la diócesis de Barcelona: religiosos, laicos, asociaciones, políticos, deportistas, gente del mundo de la cultura... Casi todos ellos implicados en la vida parroquial.

De ahí que tengan tanta importancia ésta y las demás propuestas recabadas en el proceso. Son una reivindicación desde dentro, exhibida por quienes quieren reformar y actualizar la Iglesia, no atacarla.

"Síntesis final"

"Todas las propuestas, incluidas ésas, están siendo escuchadas y recogidas de cara a elaborar la síntesis final", reconoce Luis Manuel Romero, sacerdote secretario del grupo sinodal.

Paradójicamente, será el cardenal Omella quien, en última instancia, decida si estos asuntos se incluyen en la síntesis final que viajará a Roma. En calidad de presidente de la Conferencia Episcopal, será él quien dé salida o no al escrito de su propia diócesis.

A tenor de las fuentes consultadas, resulta difícil que esto ocurra, teniendo en cuenta que en el resto de las diócesis no ha habido un clamor sobre estas preocupaciones. Sí ha quedado reflejada mayoritariamente la necesidad de una mayor igualdad de derechos entre hombres y mujeres en el seno de la Iglesia.

Por ejemplo, esta petición también aparece con fuerza en Madrid, en un proceso donde han participado más de 11.000 personas. Sin embargo, no se especifica que deba colmarse dando la oportunidad a la mujer de ejercer el sacerdocio.

La adaptación del lenguaje de las eucaristías al ciudadano, la mayor participación de los laicos en la vida religiosa, la acogida al colectivo LGTBI y los divorciados, y la solución a los problemas de la España rural [hay lugares donde un solo cura se encarga de decenas de parroquias] son otras de las peticiones.

Está por ver, además del resultado final español, qué ocurre en las diócesis del resto del mundo. Si estos ruegos aparecieran en numerosos lugares, los obispos sí podrían verse obligados a incluirlos en sus conclusiones de trabajo, aunque según las fuentes consultadas por este diario "no se antoja probable".

El Papa Francisco, consciente del momento difícil que atraviesa la Iglesia, bajo el lema "caminar juntos", lidera este proceso de "escucha". La convocatoria llamaba a los fieles a discernir "el eco del espíritu santo".

Sólo en España han participado 13.000 grupos parroquiales, 200 monasterios, Cáritas, instituciones laicas, cárceles y miembros de partidos políticos.