Casado, y García Egea al fondo.

Casado, y García Egea al fondo. Europa Press.

Política PARTIDO POPULAR

Pablo Casado ha perdido 17 escaños en el último mes de guerra entre Génova e Isabel Díaz Ayuso

En el sondeo que EL ESPAÑOL publicará este miércoles, el PP baja de los 118 diputados del 10 de octubre a los 101 que obtendría en la actualidad.

9 noviembre, 2021 07:01
Mariano Alonso Daniel Ramírez

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La guerra entre Génova e Isabel Díaz Ayuso, en la que, por la primera de las partes, lleva la voz cantante el secretario general del PP, Teodoro García Egea, comienza a pasarle factura a los populares.

Pablo Casado ha perdido 17 escaños en el último mes, según los datos del sondeo de SocioMétrica, que EL ESPAÑOL publicará este miércoles. En concreto, el PP baja de los 118 diputados del 10 de octubre a los 101 que obtendría en la actualidad.

Son datos alarmantes para el primer partido de la oposición, que avalan la tesis del suicidio político que muchos sostienen sobre esta crisis interna y que llevan a cada vez más dirigentes de la formación a pedirle a Casado que detenga el enfrentamiento. 

Se trata de un retroceso electoral importante con respecto al crecimiento demoscópico del último año, en el que el líder del PP aparecía como posible próximo presidente del Gobierno, al sumar con Vox y Ciudadanos la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados.

Este mal dato llega en las semanas posteriores a la convención nacional del PP, clausurada el primer fin se semana de octubre en Valencia, cuando Ayuso detuvo en seco las especulaciones sobre su posible carrera política nacional. "Mi sitio está en Madrid" dijo, poniendo en pie al plenario de la convención.

Pero ese episodio solo fue una tregua temporal en el conflicto fratricida en el PP madrileño, que la jefa del Gobierno autonómico aspira a presidir. Las hostilidades no tardaron en desatarse. Justo al día siguiente de la convención, Casado, en una entrevista en prime time en Televisión Española, evitaba apoyar a Ayuso como líder de su formación en Madrid. "La elegí de candidata, pero en eso deciden los militantes" afirmó, reabriendo de nuevo la guerra.

Martínez-Almeida.

Martínez-Almeida. EFE

La postura de fondo de Génova, insinuada de manera velada en público pero solo confesable del todo en privado, es que el PP de Madrid se llenó de corrupción cuando Esperanza Aguirre acumuló el poder tanto en la Puerta del Sol como en el partido.

Justo en la última semana de octubre, con motivo de la reunión de la Junta Directiva del PP de Madrid, el conflicto interno volvió a desbordarse. Ayuso anunciaba por primera vez ante sus compañeros su intención de presidir el partido, y lo hacía en un tono conciliador, afirmando no pretender ni una "concentración de poder" ni un "híper-liderazgo", tratando así de ahuyentar los presagios de Génova.

Sus palabras no convencieron a sus rivales internos, quejosos de que hubiese postulado como próximo número dos al portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Alfonso Serrano. "¿Eso es un mensaje de integración?", se preguntaban retóricamente en fuentes de la dirección madrileña del partido. 

Génova, además, insistía en no acceder a la petición de Ayuso de celebrar cuanto antes el congreso del PP madrileño. Como todos los de las comunidades uniprovinciales, debe celebrarse en el primer semestre de 2022, pero la dirección nacional de Casado parece dispuesta a retrasar la fecha casi al máximo, fijando su celebración en mayo o junio. Otro pulso perdido por Ayuso, a día de hoy la única dirigente que se postula para presidir a los populares madrileños, mientras que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, sigue sin descartarse como candidato. 

Discurso de la Almudena

Precisamente el alcalde de la capital, en la tradicional plegaria a la Virgen de La Almudena, patrona de Madrid, escenificará hoy unidad con Ayuso, que también asistirá al acto, en el que no habrá, como suele ser también habitual, miembros de la dirección nacional del PP.  

Ayuso.

Ayuso. EFE

La presidenta de la Comunidad, por su parte, reafirmará en la fiesta su intención de presidir el PP de Madrid, si bien lo hará ante los medios de comunicación, ya que el protocolo no le reserva discurso alguno. En ese sentido, no habrá variaciones sustanciales en su discurso. "Tiene derecho a hacerlo, su postura es más que legítima y, por supuesto, la recordará", relata a este diario uno de sus colaboradores.

No encontrará oposición interna entre la muchedumbre. No habrá altos cargos de Génova presentes. No estarán –no es tradición que acudan– ni Casado ni Teodoro García Egea. Sí la escuchará Martínez-Almeida, que no la desea como presidenta de la organización en la Comunidad, pero que se declara su "partner" y apuesta por enterrar el hacha de guerra.

Ayuso tendrá una cuota de protagonismo muy alta este martes. Por la mañana, las cámaras buscarán su saludo –y sus palabras– con Almeida. Por la noche, participará por primera vez en El Hormiguero, uno de los programas televisivos de mayor audiencia. "Ella no quiere generar polémica. Porque, además, aceptará, como es lógico, las fechas del congreso que plantee la dirección nacional, aunque a ella le gustaría que se celebrara antes", aseveran las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL.

"La presidenta hablará de mirar al futuro, de estar juntos, de huir del ruido. También incidirá en su propuesta, que no es la de un hiperliderazgo y en la que se daría autonomía y protagonismo a Almeida", revela otro de los asesores de Ayuso. Pese a que la presidenta de la Comunidad y el alcalde de Madrid vayan a mostrar en público su sintonía personal por primera vez desde que empezó la guerra, ya lo hicieron en privado con una comida en la Puerta del Sol el pasado 28 de octubre.

Tal y como reveló este diario, a Almeida no se le pasa por la cabeza enfrentarse a Ayuso en unas elecciones primarias. Sin embargo, su lealtad a Casado está a prueba de bombas. Le debe su puesto, es portavoz nacional y se considera un hombre disciplinado. En una entrevista llegó a decir: "Hice siempre lo que se esperaba de mí".

En el entorno del alcalde, no temen que su relación con Ayuso naufrague porque ambos ya hablaron y pusieron las cartas sobre la mesa. Pero sí tienen miedo a un escenario: que Casado le pida a Almeida que dé un paso al frente y se presente a las primarias. En ese caso, el regidor madrileño debería decidir entre su amistad con Ayuso y su lealtad a Casado.