Oskar Matute, Arnaldo Otegi y Mertxe Aizpurua, rostros visibles de EH Bildu.

Oskar Matute, Arnaldo Otegi y Mertxe Aizpurua, rostros visibles de EH Bildu.

Política PACTO CON BILDU

Por qué es imposible incorporar a Bildu a la "dirección de Estado": los 6 excesos de su programa

Autodeterminación, libertad para los terroristas presos y "rebeldía frente a su Rey", son algunos de los objetivos de la formación proetarra.

16 noviembre, 2020 02:20

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Celebrar un referéndum de autodeterminación, defender a la ciudadanía vasca "frente a los ataques del Estado Español", frenar a la derecha "fascista", trabajar para que los presos de ETA estén "en casa", "combatir el Régimen del 78", acabar con la "venganza" de la Justicia "machista" y "con la impunidad de las fuerzas policiales"...

Estas son algunas de las recetas políticas que Bildu plantea en su programa electoral. Así es la carta de presentación del partido que ha pactado con el Gobierno de España los Presupuestos Generales del Estado más importantes de la historia reciente. Y así piensan aquellos a los que Pablo Iglesias pretende incorporar al "bloque de legislatura y de dirección de Estado".

La voluntad del vicepresidente segundo del Gobierno es la de construir un bloque de izquierdas -falazmente llamado "bloque de investidura", pues Bildu se abstuvo en ésta- junto a los separatistas de ERC y abertzales para lograr mayorías parlamentarias sin necesidad de contar con Ciudadanos u otras fuerzas constitucionalistas.

Esto, sumado a la imperiosa necesidad del PSOE de sacar adelante los Presupuestos, ha generado el panorama propicio para que Bildu mate dos pájaros de un tiro: obtiene el tratamiento de una formación democrática más e impone el acercamiento de presos de ETA como condición a su apoyo. Así, hemos visto estos días el traslado de Txapote y de los asesinos de los Jiménez-Becerril.

Y todo ello sin haber realizado una transición democrática plena ni un aseamiento interno. Pero también sin haber renunciado a unos excesos que deberían ser incompatibles con un miembro de la "dirección de Estado". Basta un vistazo al programa electoral con el que se presentó a las pasadas elecciones generales para sostener esta afirmación.

1. Independencia

Incoporar a ERC y Bildu en la "dirección de Estado" supondría delegar decisiones relevantes para el futuro de España en quienes desean en última instancia la fragmentación de la nación. Una paradoja evidente.

Los abertzales tienen una hoja de ruta independentista bien marcada: autogobierno y autodeterminación. Esas son las dos primeras promesas que anidan en su programa electoral. Sus prioridades.

Su prioridad es la ruptura del País Vasco con el Estado que dirigirían en el marco ideal para Pablo Iglesias. De hecho, no hay ninguna alusión a España en el texto, salvo implícitamente en una ocasión: cuando se refiere a los "ataques del Estado español".

"Queremos construir un país libre, justo y democrático [en referencia al País Vasco]", comienza el programa, que pronto promete la primera medida: "EH Bildu se compromete a defender el derecho de autodeterminación de la ciudadanía vasca expresado a través de un referéndum".

En cuanto al autogobierno, Bildu plantea defender "todas sus herramientas de los ataques del Estado Español": "Exigiremos la transferencia inmediata de todas las competencias pendientes, sin negociación ni mercadeo".

2. Derecha "fascista"

Otro compromiso electoral de EH Bildu no es otro que "frenar a la derecha". Y es que, fuera cual fuera la voluntad del pueblo español, la formación de extrema izquierda abertzale se compromete a "no pactar con la derecha ni posibilitar ningún gobierno que cuente con su participación y/o colaboración".

De hecho, en el debate de investidura de Pedro Sánchez la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, se jactó de haber cumplido con esa promesa de su programa electoral, cuando la abstención de su coalición posibilitó que los socialistas llegaran a Moncloa de la mano de Unidas Podemos.

Además, se refiere al centro-derecha español (porque en esa ecuación incluye, en la práctica, a Ciudadanos, PP y Vox) como la expresión de la "involución democrática, la re-centralización y el fascismo".

3. Etarras "en casa"

Otra de las monomanías de los bildutarras es la liberación de los presos de ETA, a los que se refiere en todos sus documentos y manifestaciones públicas como "presos vascos" o "presos políticos".

En el programa electoral, Bildu dice que defenderá "los derechos de los y las presas vascas, acabando con la dispersión, las medidas de excepción y trabajando para que todas estén en casa".

Una condición a la cual supeditan todos sus apoyos. De hecho, el mismo día en el que se confirmaba el respaldo de la formación abertzale a los Presupuestos, el Ministerio del Interior anunciaba el acercamiento de otros cinco presos de ETA. Entre ellos, dos condenados por el asesinato en Sevilla del concejal del PP Alberto Jiménez-Becerril y de su mujer Ascensión García.

Dos días más tarde, se producía una nueva concesión. El Gobierno acercaba a otros cinco etarras que se encontraban en el centro penitenciario de Huelva. Uno de ellos es Javier García Gaztelo, alias Txapote, el asesino de Miguel Ángel Blanco, Fernando Múgica o Gregorio Ordóñez.

Francisco Javier García Gaztelu, Txapote.

Francisco Javier García Gaztelu, Txapote. EFE

4. "Combatir el Régimen del 78"

El secretario general de Sortu y parlamentario de EH Bildu, Arkaitz Rodríguez, admitió en el Parlamento Vasco que su coalición acude al Congreso de los Diputados a "tumbar definitivamente el régimen, en beneficio de las mayorías y de los pueblos" y a "arrancar derechos sociales y laborales".

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Las polémicas palabras de Arkaitz Rodríguez no eran un exabrupto ni una afirmación que respondiese a una veleidad personal. Están expresadas tal cual en el programa electoral de la coalición abertzale: "Combatir el Régimen del 78 defendiendo las libertades, confrontando la represión política y social y el recorte de libertades".

¿En qué se manifiesta esta pretensión? En acabar con "la impunidad de las fuerzas policiales, con los juicios políticos y la venganza de jueces y tribunales, combatiendo la corrupción sistémica y plantando cara a los intereses de las élites económicas y el IBEX 35, y declarándonos en rebeldía frente a su Rey y su Casa Real".

Bildu no cree en el las instituciones del sistema democrático, de ahí sus recurrentes ataques a la Justicia y a los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Tampoco cree en la Transición como periodo que permitió el tránsito de la dictadura a la democracia. En palabras de Arnaldo Otegi, "la Transición se resume en un rey designado por Franco que cobraba comisiones por la compra de petróleo, miles de vascos torturados y un presidente del Gobierno que organizó una trama policial para matar gente".

5. Justicia machista

Bildu tampoco tolera la Justicia española. De hecho, su programa electoral está lleno de descalificaciones hacia los magistrados, a los que llama corruptos y machistas y a los que atribuye una voluntad de "venganza" contra "la ciudadanía vasca".

Cuando hablan de "luchar contra la violencia machista estructural", los abertzales dicen que se debería comenzar por "hacer frente a la connivencia de la Justicia española con los agresores".

En este sentido, cabe resaltar que la formación de extrema izquierda considera que los juicios contra los etarras han sido en su mayoría injustos, con penas desproporcionadas, y que son expresión de una venganza del Estado Español. Un claro ejemplo es el Caso Bateragune por el que se juzgó a Arnaldo Otegi y Arkaitz Rodríguez por pertenencia a banda terrorista.

La portavoz de EH Bildu en el País Vasco, Maddalen Iriarte, considera que el Tribunal Supremo "les tuvo en la cárcel de forma injusta seis años y medio", en referencia a Otegi y Rodríguez.

"La justicia española, retratada una vez más", zanjó Iriarte en su cuenta de Twitter.

6. "Impunidad policial"

El relato torticero con el que Bildu resume los años duros de ETA pasa por retratar a la policía española como prepetradora de abusos impunes. Los bildutarras sostienen que en el País Vasco hubo un "conflicto" que enfrentó a "dos bandos": el Estado español y ETA, que tenía como objetivo la independencia de Euskadi.

En este sentido, el diputado Oskar Matute equiparó en el Congreso a las víctimas de ETA con las del "GAL, del Batallón Vasco Español, las de la violencia parapolicial y las decenas de enterrados en las cunetas". "Para todas ellas, verdad, justicia y reparación", zanjó.

Pero ese discurso no se refiere exclusivamente al pasado. La coalición abertzale aún habla de la necesidad de acabar con la "impunidad policial" en el programa con el que se presentó a las elecciones del 10 de noviembre de 2019.

El programa electoral de Bildu pone en evidencia que el discurso de la izquierda abertzale ha variado poco con respecto al que utilizaban en los años de existencia de la banda terrorista para justificar sus asesinatos. Lo único que ha cambiado es la consideración del PSOE con ellos, que ha pasado de considerarles una compañía indeseable a pactar con ellos los Presupuestos Generales del Estado. Y todo con el aval de Pablo Iglesias, que los quiere en el "bloque de legislatura y de dirección de Estado".