Varias personas en una de las terrazas del centro de Madrid, este domingo. EFE/Víctor Lerena

Varias personas en una de las terrazas del centro de Madrid, este domingo. EFE/Víctor Lerena

España Covid-19

El descenso empieza a agotarse en Cataluña y Madrid: riesgo de estancamiento

Navarra, Cantabria, País Vasco, Madrid y sobre todo Cataluña dan señales de haber ralentizado su ritmo de caída de la transmisión.

23 febrero, 2021 01:59

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Una vez se estabiliza una tendencia, el objetivo es averiguar cuándo puede variar de nuevo. El resto son redundancias. En ese sentido, lo primero que hay que decir sobre la evolución de la pandemia en España es que los datos siguen siendo buenos. La incidencia acumulada en 14 días baja a 252,19 casos por 100.000 habitantes, algo que no veíamos desde el 23 de diciembre, hace justo dos meses.

La incidencia a 7 días se coloca en 95,63 (la cifra más baja desde el 14 de diciembre) y el número de hospitalizados desciende hasta los 15.208 (lo que nos remite al 8 de enero). Hemos tardado mucho en estar como estamos y en estos casi dos meses que llevamos de 2021 se han notificado 16.799 defunciones con clínica Covid, así que todo lo que nos acerque al final de la pesadilla será bienvenido.

El problema es que, tarde o temprano, si seguimos con el ritmo que hemos visto en los repuntes de septiembre y octubre, este descenso se irá frenando e iremos entrando en una meseta peligrosa. Son las consecuencias de no optar por una estrategia de cero contagios sino de convivencia con el virus.

En algunas comunidades, ya parece que podemos apreciar que esa tendencia descendente empieza a agotarse, aunque aún sea pronto para afirmarlo con contundencia. Navarra, Cantabria, País Vasco, Madrid y sobre todo Cataluña parece que han detenido su ritmo de descenso de la transmisión y corren el riesgo de quedarse con una base por encima de los 200 casos por 100.000 habitantes en 14 días que rozaría de nuevo el criterio de alerta y a partir del cual se corre el riesgo de volver a subir.

Llevamos desde hace tiempo avisando de una posible cuarta ola para mediados de marzo y de momento esta cronología nos cuadra si el descenso se estanca ya la última semana de febrero. Lo que no está claro es qué efectos tendrá. La viróloga Margarita del Val afirmó recientemente que sería tan grave como la tercera, pero hay muchos factores que nos invitan a pensar que no será así.

Menos frío que en diciembre-enero, menos actividad social y más gente vacunada. La situación se parece mucho más a lo que vivimos en otoño, aunque esperemos que no tengamos ni que pasar por eso o al menos se restrinja a muy pocas comunidades autónomas.

Incidencia acumulada por CCAA.

Incidencia acumulada por CCAA. @ngbpadel2

Lo preocupante es que justo dos de las cinco comunidades autónomas mencionadas -Madrid y Cataluña- siguen teniendo un serio problema hospitalario de base, es decir, no pueden permitirse bajo ningún concepto un repunte mientras sus ocupaciones Covid en UCI superen el 40% del total de camas desplegables. Centrémonos, pues, en estas dos regiones, para ver hasta qué punto la situación es alarmante.

Madrid sigue siendo la comunidad -no cuento a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla- con mayor incidencia a 7 y a 14 días y con mayor porcentaje de ocupación sobre camas totales y de críticos, según los datos del ministerio de Sanidad. Si su situación es comparativamente mala, su tendencia, como decíamos, no es para tirar cohetes.

Antes incluso de que se noten los efectos del retraso del toque de queda hasta las once de la noche -lo que, básicamente, es una invitación a que la gente vuelva a quedar para cenar fuera sin agobiarse con la hora-, Madrid presenta una incidencia acumulada en catorce días de 383,4 casos por 100.000 habitantes y una incidencia a siete días de 156,5. Hace una semana, este último indicador estaba en 217,7; lo que equivale a una bajada del 28,11% frente al 34,5% nacional.

Con los datos actuales, Madrid estará la semana que viene con una incidencia a 14 días por debajo de 300, pero si quiere entrar en una zona de cierta seguridad tiene que bajar más rápido y no es esa la tendencia que venimos observando: el pasado lunes, la incidencia semanal bajaba al 34,2%.

De mantenerse en torno al 25% las próximas dos semanas, llegaríamos a la segunda semana de marzo con unos 88 casos por 100.000 habitantes, que, siendo alta, nos prepararía mejor para un posible repunte. Todo lo que esté por encima de 100 (y, por lo tanto, de 200 en la IA 14 días) será peligroso con un 46,88% de camas UCI ocupadas con casos Covid.

Indicador del riesgo de rebrote en Cataluña.

Indicador del riesgo de rebrote en Cataluña.

Cataluña está, en cierto modo, en la situación opuesta: parte de una situación mejor pero el estancamiento es mucho más claro. Frente a los casi 400 casos por 100.000 habitantes cada 14 días de Madrid, Cataluña "solo" presenta 242,98 casos (293,89 según los datos consolidados de la Generalitat), que son 105 en siete días (131,54 consolidados).

En otras palabras, la región presidida en funciones por Pere Aragonès, ya está rozando el valle al que aspira Madrid… pero su tendencia es bastante peor: la positividad ha subido al 5,99%, una cifra que de por sí no es disparatada, pero es un punto superior a la del pasado viernes y seis décimas máyor que el pasado lunes. Normalmente, la positividad es el primer indicador que indica que algo va mal, y el siguiente es la citada incidencia acumulada a 7 días, que sube a cifras del pasado martes.

El problema que tenemos con Cataluña es que los datos que pasa al Ministerio no son del todo fiables pues incluye los días que aún no están consolidados. Mucho más fácil es fiarse de sus propios informes. En ese sentido, las cifras que maneja la Generalitat apuntan a una bajada de menos del 1% diario en casos consolidados cuando la pasada semana estábamos por encima del 5%. Obviamente, es una mala señal, aunque puede ser circunstancial, por supuesto. Digamos que, como sucede con Madrid, nos preocupa.

Sabemos que se están haciendo muchos tests y que, con una ágil campaña de vacunación a poblaciones de riesgo, la meseta la podremos retrasar más tiempo y circunscribirla a grupos de edad que probablemente pasen el virus con menor necesidad de hospitalización, pero hay que estar atentos. Los próximos días serán clave para saber si estamos ante un cambio de tendencia o si es simplemente un artefacto estadístico.