En el Mobile World Congress celebrado en Barcelona a finales de febrero estuvo presente el AI Pin, el dispositivo inteligente que gracias a la IA iba a jubilar el móvil. Después de pasar por ese momento de gracia en el que tenía todas las de ganar para subirse a la ola de la inteligencia artificial, en un mes desde que fuera puesto a la venta, Humane ya está buscando un posible comprador.

El dispositivo que pretendía ser un asistente basado en inteligencia artificial generativa para identificar el entorno o simplemente recibir comandos de voz, fue capaz de recibir la atención de los inversores para alcanzar la cifra de 230 millones de dólares. La intención ahora es vender el negocio entre los 750 y los 1.000 millones de dólares.

Un dispositivo que ha recibido muchas críticas en los análisis hechos desde distintos medios: desde su lentitud en responder a respuestas incorrectas a las consultas del usuario. Y es que apenas ha recibido algún tipo de feedback positivo, para que incluso el dispositivo se calentase al poco de usarlo o que su batería fuera escasa.

Demostración del AI Pin en el MWC 2024 El Androide Libre

Tampoco ha ayudado el proyector que en el stand de Qualcomm en el MWC 204 fue capaz de recoger la atención de muchos, ya que la pantalla que proyectaba en la mano era bien difícil de controlar. Su precio también ha chirriado: 700 dólares con el añadido de una suscripción mensual de 24 dolares para acceder a la tecnología de inteligencia artificial y el servicio de datos 4G en la red de T-Mobile.

Casi se puede decir que su interés ha caído en barrena para que ahora Humane esté en las manos de un consultor financiero, según afirma Bloomberg, para vender el negocio al comprador que quiera desembolsar entre los 750 y 1.000 millones de dólares. Eso sí, los esfuerzos de Humane, según Bloomberg a través de Engadget, para vender su negocio están en la fase inicial y habrá que ver si alguien estará interesado en su adquisición.

Humane Ai Pin Marta Sanz El Androide Libre

El PIN AI se suma al Rabbit R1 como nuevos dispositivos que han o están intentando ofrecer una experiencia distinta a los smartphones en un momento bien complicado. Complicado porque cualquier producto que se lance al mercado va a ser mirado con lupa, y en un momento bien distinto al de los primeros años de Android con móviles que eran bastantes complicados de usar (la misma app de galería de imágenes tardaba lo suyo en ir pasando de una imagen a otra en un carrusel); esta misma experiencia hoy hubiera sido su tumba.