¿Son los móviles cada vez más difíciles de reparar?

¿Son los móviles cada vez más difíciles de reparar?

El Androide Libre

¿Son los móviles cada vez más difíciles de reparar?

Los fabricantes siguen una tendencia donde cada vez es más difícil reparar sus terminales, analizamos los motivos que llevan a seguir dicha tendencia

10 febrero, 2015 09:43

Los smartphones que tenemos en la mano cada vez son más sofisticados. En pocos años hemos pasado de tener teléfonos gordos con funciones limitadas a auténticos ordenadores de bolsillo. La tecnología cada vez permite una mayor miniaturización y esto se refleja en que nuestro smartphone cada vez tiene más batería, alcanzando cotas de grosor que asustan. Aparentemente, todo son ventajas…¿o quizás no?

El verdadero coste de la miniaturización

HTC fue una empresa que recibió numerosas críticas con la salida del HTC One, dispositivo que si se te rompe, es prácticamente imposible de reparar por tu cuenta. Las causa principal por las que recibió tan mala nota era que la pantalla y el terminal estaban sellados de tal forma que es imposible abrir el terminal sin romper la pantalla.

La respuesta oficial de HTC venía de su equipo de diseño. Conseguir un terminal con la máxima optimización de espacio interno era un gran reto, y tuvieron que recurrir a pegamentos en lugar de tornillos para llegar a su perfección soñada. Si observamos su proceso de fabricación, podemos afirmar que es una respuesta razonable, pero ¿deberíamos conformarnos con ello?

Las intenciones de los fabricantes

Probablemente muchos de vosotros os hayáis planteado esta pregunta si se os ha roto un terminal de gama alta moderno. Mientras refunfuñamos al lamentar no haber contratado el seguro la primera respuesta que recibimos, ya sea por propia inspiración o de una tercera persona es que los fabrican difíciles de reparar para que te compres todo. Vivimos en una época donde el consumismo es tendencia, pero como consumidores exigentes, vamos a nadar a contracorriente.

Dispuestos a reparar nuestro androide, acudimos al servicio técnico oficial con la intención de seguir con nuestro leal Androide. Aquí llega la segunda decepción del día, y es que con casi toda garantía el coste va a ser elevado, llegando al punto de que por vías oficiales nos va a compensar más comprar un nuevo teléfono.

Pero no daremos nuestro brazo a torcer, no queremos cambiar de teléfono ni pagar un coste colosal por seguir con él. Toca buscarse la vida y encontramos dos alternativas, la primera es buscar un servicio técnico no oficial que arreglen la faena y la segunda arreglarlo nosotros mismos, alternativa que si no eres un manitas quedará completamente descartada, pero que si te animas encuentres en internet guías en lugares como ifixit.

Si pensamos con maldad, pensaremos que hemos ganado al fabricante, el cual no ha sacado ningún beneficio de nuestra rotura. Está claro que si un terminal es difícil de reparar, tendremos que pasar por caja sí o sí. ¿Son los fabricantes tan malévolos, o nos estamos volviendo locos?

Conociendo a tu Androide

No creemos que exista una conspiración por parte de la industria para que cambiemos de móvil cada año a base de hacerlos frágiles. Puede parecer que así es, pero siendo sinceros ¿quien repetiría marca tras gastarse 500€ o más en un teléfono que se rompa al año?

A menos que la culpa sea propia, muy pocas personas estarían dispuestas, y no creemos que los fabricantes no sean conscientes, ya que la mejor manera de asegurar ventas en el futuro es fidelizando clientes y esto solo se consigue con la mejor experiencia de uso.

Y es precisamente a la experiencia de uso en donde debemos hacer hincapié. El tema de la durabilidad debería ser medido, y saber que sucede con nuestro smartphone si su pantalla recibe un golpe quizás deba tener mayor importancia que su número de pixeles. Y aunque sabemos que la dificultad cada vez esta más presente, podemos considerarla una consecuencia de la innovación.

Cada fabricante trata de diferenciarse con características. En caso de HTC podemos destacar su refinado diseño, mientras que otros como Sony nos dan motivos más razonables como la resistencia al agua. Por otro lado, si no nos sentimos conformes, existen flagships como los de LG que siguen apostando por la facilidad de reparación, o Motorola con una construcción muy sólida.

Como experiencia personal, prefiero elegir siempre un teléfono que sea fácil de reparar, puesto que siempre he sido un manitas, y los tutoriales que encuentro por Youtube me animan a ahorrarme un pellizco en caso de susto. Aún si no eres muy habilidoso, el hecho de que un teléfono sea fácil de reparar contribuirá a un menor coste en la reparación si recurres a pequeñas tiendas que reparen teléfonos.

¿Seguirán en el futuro esta tendencia de teléfonos cada vez más difíciles de reparar? A priori podríamos pensar que sí, pero proyectos como ARA llegan para liderar el camino opuesto. Y es que no hay nada mejor que poder reparar nuestro teléfono sin necesidad de conocimientos técnicos. Simplemente desencajando el componente estropeado por uno nuevo.