El escritor Eduardo Mendicutti. Foto: Iván Giménez.

El escritor Eduardo Mendicutti. Foto: Iván Giménez.

Novela

Eduardo Mendicutti une transexualidad y catástrofe natural para construir una sátira social sobre el deseo

El autor, referente en la literatura 'queer', publica 'El fenómeno Minerva', donde una borrasca y una mujer trans desencadenan una revuelta moral.

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Los dos protagonistas de El fenómeno Minerva se llaman igual, Sergio. Uno es inanimado, y obedece al nombre que los meteorólogos han dado a una gran borrasca que azota una innominada bahía gaditana. El otro se corresponde con el apelativo anterior al cambio de sexo de una mujer hermosa y de mucho carácter, Minerva, que ha regresado a dicho lugar con ánimo justiciero.

El fenómeno Minerva

Eduardo Mendicutti

Tusquets, 2025. 244 páginas. 19 €

La duplicación del nombre no es casual y se debe a que ambos tienen el coincidente carácter de “fenómenos” apuntado por el título del libro. Al emparejar el fenómeno climatológico y el de “género”, Eduardo Mendicutti (Sanlúcar de Barrameda, 1948) los potencia y les atribuye el coincidente efecto revulsivo que desarrolla la novela.

El argumento de la fábula tiene trazas de una historia tan peculiar que despierta algún desconcierto por la singularidad del mundo recreado. Conocemos, por una parte, la peripecia de Minerva, transexual popular de la vida nocturna, una especie de emprendedora cuyo empeño actual consiste en montar un elegante bar de copas con “cuarto oscuro” anexo en los bajos de la acomodada urbanización La Algaida frente al mar en la que vive.

Esta historia guadianesca se solapa con las peripecias de un puñado de personajes relacionados con el privilegiado edificio. Asistimos a las pintorescas actuaciones de los Carvajal, dos hermanos de tratos tormentosos, a la enconada amistad de uno de ellos con un párroco jubilado, a las maniobras de un astuto tasador de los exiguos bienes de ambos parientes, a la incertidumbre de unos inmigrantes acogidos por el cura en el piso recibido en herencia de una feligresa, al descaro de una vieja criada o a la obsequiosidad del jardinero de la finca, amén de al clasismo de unas rancias devotas.

La curiosa selección humana está marcada por una llamativa sexualidad de signo homoerótico. Esta preferencia un tanto excluyente, puesto que elimina cualquier otra clase de criba, da lugar a algún pasaje de explícito fisiologismo (una detallada “mamada”). Sin embargo, lo que subraya es la radical pulsión sexual de los personajes que decide de la mañana a la noche sus ensoñaciones y comportamientos.

También determina su modo de expresarse, algo que se debe en parte a esa obsesión y en parte al gusto de Mendicutti por una lengua coloquial muy expresiva, repleta de registros conversacionales y rica en juegos verbales marcados por la ironía y la zumba. Un acierto de la novela está en la creación de un idiolecto colectivo que caracteriza tanto a unos personajes andaluces como a un grupo social marcado por sus fijaciones sexuales.

El fenómeno Minerva es una divertida parábola con un mensaje a favor de la rebeldía contra las convenciones

Los personajes de la novela carecen de valor como representantes de una auténtica realidad social. De ahí el aludido desconcierto. Aunque tengan algo de estampa costumbrista, de grupo típico a lo Álvarez Quintero, esa impresión es engañosa. Mendicutti recurre a una estilización que no llega al esperpento pero que anda en ese camino a causa de las situaciones extremosas y no poco paródicas que relata.

En realidad, semejante mundillo funciona como la base anecdótica sobre la que se cierne el vendaval Sergio. El terrible tsunami arrasará todo, lo material (el lujoso edificio) y lo moral (forma de vida e ideas de esas gentes). No se trata, por tanto, de una obra realista y testimonial sino de una divertida parábola con un mensaje a favor de la rebeldía contra las convenciones y las normas.

Por si acaso no se percibe el valor alegórico de la exagerada trama, Mendicutti lo aclara en una didáctica “Nota final”: “Ha llegado el momento de que ser transexuales o vivir cualquier discrepancia de cualquier tipo sea imprescindible en la construcción de un mundo nuevo”.