Lana Corujo. Foto: © David Machado.

Lana Corujo. Foto: © David Machado.

Novela

'Han cantado bingo', ópera prima de Lana Corujo: el futuro de la ficción tiene acento canario

La primera novela de la lanzaroteña sigue la brillante estela de los debuts de Andrea Abreu ('Panza de burro') y Aída González Rossi ('Leche condensada'). 

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Hay infancias felices, desdichadas, luminosas, desestructuradas, solitarias, inquietantes... Las de las hermanas protagonistas de Han cantado bingo, primera novela de la también ilustradora Lana Corujo (Lanzarote, 1995), están cargadas de juegos, magia y de un extraño don: como toda su familia, pueden ver y hablar con los muertos.

Han cantado bingo

Lana Corujo

Reservoir Books, 2025. 178 páginas. 17,95 €

Quizá por eso, cuando la abuela va a jugar al bingo al garaje de una vecina, las niñas se escabullen para ir a un volcán conocido como El ahorcado, rodeado de mil leyendas oscuras. Hasta que una noche algo cambia sus vidas.

Estructurada en breves capítulos (alguno apenas tiene una línea y ninguno supera las tres páginas), la novela se estructura en escenas que retratan la vida antes y tras la tragedia. Entre dos tiempos y espacios, los desapegados padres tendrán a la hermana mayor “en las dos partes, una que está vacía y la otra llena”.

Y la ausencia le dolerá tanto que comentará cómo en las peores noches “el sueño tardaba tanto en llegarme que podía ver cómo los monstruos se aparecían. Entonces yo sabía que me miraban con pena” (p. 16).

El libro cuenta además con abundantes recursos tipográficos, como subrayar el nombre y las palabras de la hermana menor, Aleja, así como con corchetes y tachaduras que explican la relación de la protagonista con los personajes con los que habla.

Construida a golpes de nostalgia y dolor, de la novela se apoderan también la isla, la noche y el volcán. Y un buen puñado de certezas y dudas retratadas con tensión, talento y emoción, como ya hicieran en sus óperas primas Andrea Abreu (Panza de burro) y Aída González Rossi (Leche condensada). ¡Qué bien que el futuro de nuestra ficción tenga también acento canario!