
Donald Antrim. Foto: MacCarthur Foundation.
'Votad al Sr. Robinson por un mundo mejor', de Donald Antrim: una sátira radical sobre el sueño americano
La obra, por primera vez traducida al español, es el comienzo de la trilogía que el autor estadounidense conformó junto a 'Los cien hermanos' y 'El verificador'.
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A principios del siglo XXI vieron la luz en Tusquets dos magníficas y hoy poco recordadas novelas firmadas por un tal Donald Antrim (Sarasota, Estados Unidos, 1958), las dos últimas que había escrito entonces y todavía las dos últimas que ha publicado hasta la fecha, pues el hombre caería al poco en una gran depresión. Me refiero a Los cien hermanos (1998) y El verificador (2000), dos pequeñas joyas ocultas que vinieron a poner en el mapa a un talento mayor dentro del llamado nuevo posmodernismo literario, tan en boga en esos años.
En las solapas de ambas novelas se hacía mención sin embargo a una primera obra, Votad al Sr. Robinson por un mundo mejor (1996), que no llegó nunca a ser traducida por estos lares. El porqué sigue siendo un misterio, pues todas ellas conformaban, según se anunciaba por la editorial, una “trilogía de novelas satíricas breves” sobre el American Way of Life. Treinta años después, por fin, gracias a La Fuga Ediciones, se nos permite completar el puzle.
Las preguntas, con todo, se amontonan al cerrar sus páginas y quedar noqueado. ¿A qué se ha podido deber este retraso? ¿Acaso Votad al Sr. Robinson por un mundo mejor no estaba a la altura de los otros dos títulos de Antrim? Para nada. La novela es una maravilla, se mire por donde se mire. Quizás no sea tan rotunda como Los cien hermanos, pero probablemente sí se ve más atinada que El verificador.
No obstante, y esto son solo elucubraciones, pienso que su final, tan salvaje, tan “fuera de lugar” (al menos para los tiempos que corren y, si me apuran, hasta para los tiempos que corrían cuando se escribió), bien haya podido influir en su suerte editorial. Que el “insensible” cierre de esta novela (y hasta aquí podemos leer…) pudiera chocar (frontalmente) con ciertas “sensibilidades”, no quita para que aceptemos que su planteamiento global, su trama y sus subtramas, y de fondo el retrato tan mordaz y esquizoide que ofrece de la sociedad norteamericana, tengan ahora más encaje que nunca, bajo el mandato de Donald Trump.
Conviven aquí todos los subgéneros literarios imaginables, desde la novela suburbial a la de campus
A su vez, no deja de llamar la atención que Votad al Sr. Robinson por un mundo mejor, a pesar de su brevedad, se lea como una especie de novela total en cuyo interior parecen convivir armónicamente, a pequeña escala, todos los subgéneros literarios imaginables, desde la novela suburbial a la de campus, desde el relato apocalíptico al de crisis de la familia nuclear, mofándose por el camino de los viejos belicismos, sí, pero también de los nuevos espiritualismos, sin eludir el humor que provoca una estupefacta y dislocada primera persona como es la del Sr. Robinson del título, capaz de justificar, en pos del bien común, episodios de una violencia medieval.
Donald Antrim juega así en la misma liga que el maestro Kurt Vonnegut Jr., pero cuando se aburre y quiere volverse más picantón no tiene miedo de emular al gran Stanley Elkin, o, ya puestos, robarle alguna cosa que otra a Jeffrey Eugenides, admirador contemporáneo de su obra, o, en última instancia, hacerse pasar por el George Saunders cuentista.
Y todo, sin dejar de ser Antrim, claro está, ya aquí tan presente en esta su primera y brillante novela, esto es, mostrando un toque exquisito para el diálogo esquivo así como para el levantamiento de escenas corales, sin olvidar el fino cosido narrativo que te lleva de un lado a otro casi sin darte cuenta a lo largo de esta frenética narración sin interrupciones deliciosamente perversa.