Novela

La Sombra del Gudari

Rosa Pereda

6 junio, 1999 02:00

Planeta. Barcelona, 1999 194 páginas, 2.500 pesetas

Esta es la historia de lo que pudieron ser muchas historias nacidas al abrigo de tiempos convulsos. No la de cualquiera de los movimientos estudiantiles que dentro y fuera de España pugnaban por derechos y libertades legítimos. Ni siquiera la de grupos extremistas que, con acciones extremas, quisieron dejar constancia de su compromiso con una aventura cuya causa heredaron al calor de consignas ancestrales. Sucede, eso sí, en Bilbao; pero lo que pretende no es discutir el acaloramiento de ofensivas sociales revolucionarias, aunque ése sea el contexto que desencadena la ficción de ofensivas íntimas por las que discurre esta primera novela de la filóloga y periodista Rosa Pereda (Santander, 1949). Que es, en realidad, un relato comprometido y valiente, hecho de fragmentos tomados de la intimidad de cuatro mujeres jóvenes huyendo del miedo y reconstruyendo el sinsentido de una "aventura sin pies ni cabeza".
En ellas se escuda la autora para hacer memoria del fervor revolucionario, de tantas historias tocadas por la necesidad vital de ocupar una posición en la lógica de afrontar una lucha justa, de tantos personajes ocultos detrás de un nombre escogido para esconderse, ellos, ellas... Con todo lo que ofende una posición firme en el único lado admitido por este asunto tan difícil, que no siempre se llama "ETA", con tantas curvas y tangentes.
Y Pereda lo hace -en la línea argumentada por Juaristi- novelando la sombra de ideales en torno a los que crece la espiral de leyendas alojadas en palabras como "nación", "historia" y "folclore". Y lo enfoca desde el lado humano, el que reclama la literatura, el que nunca es noticia. Por eso, aunque flaquee el ritmo de lo que narra con matices poéticos, aunque la tensión del argumento se diluya entre confidencias entrecortadas..., interesa. Porque los entredichos rodean de reflexión este viaje de cuatro mujeres, enredadas en culpas y flaquezas. Que sólo encuentra alivio lejos del miedo.