Image: La mirada buñueliana de Carlos Fuentes

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Ensayo

La mirada buñueliana de Carlos Fuentes

26 enero, 2018 00:00

Carlos Fuentes charla con Buñuel en México en 1979

Profundo admirador y amigo de Buñuel, Carlos Fuentes proyectó a finales de los sesenta escribir una exhaustiva biografía del cineasta que finalmente no llegó a terminar. La Colección Cuadernos de Obra Fundamental de la Fundación Banco Santander recupera en Luis Buñuel o la mirada de la Medusa el material inconcluso del escritor.

Carlos Fuentes conoció a Luis Buñuel en 1958, en el set de rodaje de Nazarín. Admirador de su cine desde la época de Los olvidados, ese encuentro sería clave en su vida, pues nunca dejó de reflejar por escrito su amistad y la profunda influencia que el cineasta ejerció sobre él, tanto vital como estéticamente. Todos los textos del escritor incluyen explícitas citas, recuerdos o anécdotas de Buñuel, pero durante una época, la intención de Fuentes fue ir un paso más allá.

A finales de los años 60 el mexicano estaba preparando un ensayo, del que escribió varios capítulos y que está abundantemente documentado en cartas y otros textos. Bajo el título Luis Buñuel o la mirada de la Medusa, Fuentes planeaba desgranar el corpus cinematográfico del director profundizando en su obra y destilar su peculiar personalidad de gurú visionario.

Sin embargo, tras varios años de interrupciones, el proyecto quedó en letra muerta y terminó en una caja del archivo del escritor, que éste vendió en su día a la Universidad de Princeton. De allí lo ha rescatado el investigador Javier Herrera, que ahora publica en un libro editado por la Fundación Banco Santander las piezas del puzle inacabado de Fuentes junto a varias cartas inéditas entre ambos autores que ilustran el proceso y contexto de la obra y dan fe de sus fluidas relaciones.

"Además de su amistad, el interés del escritor mexicano por fijar en esa época (1967-1968) la figura de Buñuel, nace de la consideración del cineasta como punto de referencia para los escritores y artistas de su generación, no sólo con los novelistas del llamado boom sino con los creadores y artistas hispanoamericanos en general", explica Herrera. De esto es significativa la siguiente frase, contenida en una carta de Fuentes de 1966: "Lo recordé mucho con Octavio Paz cuando éste pasó por Roma; y ahora, en París, con Vargas Llosa, Cortázar, Rodríguez Monegal, Gironella, estamos siempre hablando de usted, de su obra que, resulta cada vez más claro, es el gran punto de referencia, de elaboración, de los escritores y pintores de raíz española".

La pista que siguió el investigador fue un artículo de Fuentes publicado en diciembre de 1967, citado como un capítulo del futuro libro, que se publicaría el año siguiente por las editoriales Joaquín Mortiz de México y Gallimard de París. El artículo apareció poco tiempo después de que en el Festival de Venecia se le concediera el León de Oro al español por su magistral Belle de Jour por un jurado ad hoc en el que, presidido por Alberto Moravia, tuvo importante influencia el escritor mexicano. "A Fuentes le fascinaba Belle de Jour lo que unido a las declaraciones (hechas con la boca pequeña pero que Fuentes se creyó al pie de la letra) del director español de que no volvería a hacer películas, fue la espoleta que le animó a escribir el ensayo", asegura el investigador.

"Entérese: estoy escribiendo un larguísimo ensayo sobre usted (su decisión de no filmar más me autoriza a lanzarme a esta suma buñueliana) que empezó como un artículo sobre Belle de Jour (la ví por enésima vez en Milán) pero que ha ido creciendo como la mancha de sangre sobre los muslos de Leonor Llausás. Llevo sesenta cuartillas y llegaré a unas cien".

¡Cabronas antenas buñuelianas!

El proyecto tomaba forma hasta que fue abruptamente interrumpido por la compleja realidad que se vivió en 1968. "Secker & Warburg de Londres ha formalizado la edición de mi libro sobre usted para el año entrante; quiero redactarlo de nuevo, enriquecerlo, ir más al fondo de las cosas; como le digo, su cine se ha vuelto más ACTUAL que nunca a la luz de les évenéments. Ah, cabronas antenas buñuelianas!", escribía el mexicano. Según Herrera, "los acontecimientos del mayo francés influyeron notablemente en su discurso interpretativo al acentuarse y corroborarse la capacidad visionaria del maestro (aspecto que hasta ese momento no había tenido en cuenta) y, en consecuencia, se ve obligado a replantear el enfoque y los términos del ensayo".

Además, al solaparse otros intereses e inquietudes (una adaptación de Bajo el volcán de Lowry y un proyecto de libro, también sobre Buñuel, con el pintor Antonio Saura), el proyecto quedó medio olvidado, y a partir de 1972 ya nada más se supo de él.

Aunque Carlos Fuentes, además de incontables declaraciones y entrevistas, siguió escribiendo y publicando trabajos de todo tipo sobre Buñuel, para Herrera, en este ensayo recuperado por la Colección Cuadernos de Obra Fundamental se muestra innovador desde el punto de vista creativo. "Es una obra en estado de palpitación, desbordante de admiración, aunque no por ello falta de autenticidad crítica hacia la figura de Buñuel y su obra". Las apelaciones a Medusa y a su mirada se producen dentro de un contexto de reflexión sobre la revolución así como acerca del deseo y su evolución en la poética buñueliana, "todo un arsenal de gran riqueza metafórica a la hora de explicar el cine de Buñuel como una lucha entre la ceguera y la visión".

"Erotismo sin religión es como manjar sin sal"

México, 11 de julio de 1967

Mi querido Carlos:

Todavía no estoy completamente decidido a emprender esa RUDÍSIMA aventura que supone para mí un viaje, VÁLGAME DIOS, a Venecia. Me dan horror las presentaciones, las comidas con desconocidos, los periodistas y sobre todo la mortal lata de las proyecciones cinematográficas. Pero en cambio me atrae muchísimo el verle a V., con la gordita y su Rita, a quienes después de saludar rápidamente, me agarraría a su brazo, de V., para irnos al Harry's Bar. Aunque no creo que ese Martini al que V. se refiere sea mejor que el del bar del Plaza de New York. También de ir lo haría por atención a Chiarini, que se conduce conmigo con una cordialidad verdaderamente touchante. [...]

En cuanto a Belle de jour estoy fastidiado, pues la censura ha hecho cortes abominables. Por lo pronto, de la secuencia con el duque necrófilo han suprimido toda la parte religiosa convirtiendo la escena en algo insustancial y anodino. Erotismo sin religión, sobre todo la cristiana, es como manjar sin sal.

Muchos recuerdos a Goytisolo. Tanto para él como para V. habrá un cheque muy sustancioso si obtengo el gran premio del festival. Y para Rita un magnífico solitario. Conque... adelante. Discrección absoluta. Tal vez hasta muy pronto.

Un gran abrazo,

Luis


"A Bretón le hubiese gustado ver esto"

Londres, 29 de junio de 1968

Muy querido Luis:

Me dio una gran tristeza no encontrarlo en París durante las dos semanas que acabo de pasar allí. Imagina usted mis sentimientos -como yo trato de imaginar los suyos- ante todo lo que ha sucedido en Francia. Han pasado tantas cosas prefiguradas por usted... A Bretón le hubiese gustado ver esto. En "nuestro" país, tan mal informado como de costumbre, se ha escrito que el movimiento revolucionario en Francia fue inspirado por la CIA y que Cohn-Bendit es un agente de Washington. ¡Cabrones! Cuántas teorías han caído por tierra: la imposibilidad de la revolución en un país capitalista, el PC como "vanguardia de la clase obrera", la clase obrera como portadora de la revolución, la muerte de las ideas libertarias... Me trastornó, sobre todo, el nuevo contacto humano en París, los debates en las esquinas, el cambio profundo de la gente...

Ya hablaremos. Me han dejado un maravillosos apartamento en la Île Saint Louis del 26 de julio al 6 de septiembre. Iré con Rita y la gordita, allá estará Gabriel García Márquez, de manera que debemos vernos y hablar. Nos veremos a fin de mes. Si tiene tiempo para dos líneas mientras tanto, lo celebraré en grande.

Con el profundo afecto de

Carlos Fuentes