Image: Crítica de la razón plástica

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Ensayo

Crítica de la razón plástica

Juan Martínez Moro

1 julio, 2011 02:00

Para el autor, la obra de Warhol no tiene justificación material

Trea. Gijón, 2011. 263 páginas, 25 euros


Hay una necesidad de pensar críticamente el arte contemporáneo, donde, no hace falta decirlo, chirrían las contradicciones y las paradojas. Y, sin embargo, existe una carencia, un gran silencio o vacío teórico. Significativamente, no ha habido una respuesta responsable que abordara la ligereza, cuestionara las convenciones o se posicionara críticamente ante este carrusel. Naturalmente, abundan las censuras ultramontanas. O también las protestas de intelectuales -como Vargas Llosa- que, desde una posición externa, como aquel que mira de lejos y desde el sentido común, quedan boquiabiertos ante algunos de los comportamientos, entre delirantes y absurdos, del arte contemporáneo. En este último caso, suele tratarse de aproximaciones impresionistas que, tal vez, expresan un malestar, pero que no van más allá de la opinión, ni se proponen profundizar. Aquí radica la contribución del libro que presentamos y que consiste precisamente en elaborar un discurso crítico sobre el arte contemporáneo desde una sólida perspectiva histórica y estética. Se trata de un recorrido por un vasto campo de referencias culturales -más allá incluso del arte- que pretende fundamentar argumentos y aportar elementos de reflexión. Su autor, Juan Martínez Moro (Santander, 1960), además de profesor, es un artista implicado con la modernidad al que se le concedió el premio Nacional de Grabado en el año 2000. Su aproximación se realiza, pues, desde una sensibilidad comprometida -desde dentro- con el arte, y con el arte de investigación.

Uno de los aspectos más importantes desarrollado en este ensayo es la noción de "plástica", que podemos definir como "todo material susceptible de ser moldeado, esto es, intervenido y modificado formalmente". Pero lo plástico es mucho más: representa el arcano, lo inexpresable, lo insondable. Es la materia a partir de la cual se construye y moldea la razón o -diríamos nosotros- el lenguaje. El creador articula su obra en una relación de ida y vuelta con la plástica. La materia dota de plasticidad a la razón; la razón da forma a la materia. En el arte ha existido siempre una fecunda relación entre plástica y razón, entre la dimensión material y la racional, entre Dionisios y Apolo. Sin embargo, a partir de los años 60 del siglo XX, la vertiente plástica parece haberse diluido en favor de una lectura unidimensional de la obra de arte.

Uno de los síntomas de este cambio es la sustitución de la expresión "artes plásticas", en favor del término anglosajón "visual arts" (artes visuales), para nombrar al conjunto de la actividad artística. Y ello es consecuencia, entre otros motivos, de la incorporación y el dominio de una imagen que, como la fotografía, el vídeo o el medio digital, carece de cuerpo. Pero la cuestión es mucho más compleja y posee múltiples derivaciones. A partir de la "Brillo Box" (1964) -decía Arthur C. Danto- se anuncia ya un cambio de paradigma: desde Andy Warhol cualquier cosa puede convertirse en obra de arte. Y ello es así porque la obra de Warhol es una manifestación vacía o -como dice Martínez Moro- no posee una justificación material. Y al carecer de justificación material, se ha de fundamentar a partir de otras "razones" que son exógenas al mismo arte. Se ha dicho que la filosofía ha invadido el territorio del arte, pero lo que pretendía la filosofía no era encontrar al arte, sino buscarse y pensarse a sí misma independientemente del arte.

"Hipertrofia de la razón", esto es, inflación de argumentos o razones ajenas al arte mismo: con esta expresión podríamos calificar este arte desmaterializado, sin dimensión plástica, que acaba por configurar todo un sistema de comportamientos artísticos. Así, por ejemplo, en la medida en que el arte abandona su indagación plástica, los artistas reorientan su trabajo hacia la realidad social, la variedad de conductas sexuales, el compromiso político, la problemática urbana, el hecho multicultural… Es entonces cuando aparece la figura del "artista etnógrafo", que importa metodologías de observación y análisis de las ciencias sociales, aunque sin el rigor ni los métodos de comprobación de éstas, y trabaja con nociones de archivo, entrevista, estadísticas, documento… Términos como "tesis", "proyecto", "estrategias", que se han hecho habituales en la jerga crítica para describir la creación actual, delatan estos préstamos de la sociología o la antropología, y revelan un ecosistema, el de la práctica artística contemporánea, faltado de razón (plástica).