Alberto Recarte. Foto: Antonio X. Xoubanova
Con muchos datos estadísticos, Recarte explica la situación actual de la economía española, con énfasis en las finanzas de las tres administraciones públicas, la Seguridad Social, el mercado de trabajo y el sistema financiero. El análisis es completo y en general legible por no profesionales, que tendrán quizá alguna dificultad en las páginas dedicadas a las pensiones y la banca, pero les aconsejo que no desfallezcan.
Los que pueden desfallecer, en cambio, son los que quieran encontrar aquí un ensayo liberal o anarquista. Nada de eso. Recarte cree en el Estado, al que ve aquejado con razón de múltiples males, desde el endeudamiento de ciudadanos e instituciones hasta el balance dañado de las cajas de ahorros, desde el desempleo producto de un inveterado intervencionismo hasta la Seguridad Social desequilibrada, y por supuesto el desastre de los gobernantes y su rendición ante los nacionalistas. Pero no plantea en ningún caso reducir apreciablemente el peso del Estado: su objetivo es que funcione de manera ordenada y no obstaculice el crecimiento económico.
Así que, mientras algunos lo llamarán ultra, limitémonos a constatar aquí que quiere mantener el Estado del Bienestar, quiere dejar el IRPF como está, y subirlo mucho para quienes cobren una cuantiosa indemnización por despido; propone bajar el Impuesto de Sociedades, pero sólo ligeramente, hasta situarlo al nivel de Alemania; defiende la subida del IVA y el aumento de todos los impuestos especiales: tabaco, alcohol, combustibles... ni la cerveza se escapa. Quiere subir también las tasas y las tarifas, y, aunque recomienda bajar las cotizaciones sociales, lo hace "con todo tipo de matices" (p. 365).