Image: Breve Historia de la Inquisición Española

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Ensayo

Breve Historia de la Inquisición Española

Joseph Pérez

5 junio, 2003 02:00

Joseph Pérez. Foto: M. R.

Crítica. Barcelona, 2003. 224 páginas, 18’50 euros

Joseph Pérez es uno de los últimos representantes de la época dorada del hispanismo francés, que resultó decisivo para la renovación de la historiografía española en el siglo XX.

Pérez ha sido siempre un notable experto en los estudios de conjunto, como sus diversas obras sobre los reyes Católicos, la Historia de España, o los reinados de Carlos V y Felipe II. En los últimos años, además, ha publicado una serie de trabajos de madurez, caracterizados por la habilidad para resumir en no demasiadas páginas los aspectos más relevantes de temas tan complejos como la expulsión de los judíos o la Inquisición. En todos ellos destaca no sólo su dominio de los temas que trata, sino también su sentido común, mesura y objetividad. Buena prueba de ello son sus juicios sobre la Inquisición. En una época en que ningún soberano europeo admitía otra religión que la propia, lo característico de España fue la creación de un tribunal dependiente de la autoridad real, poderoso y basado en el secreto. Pero la intolerancia no fue una exclusiva de nuestro país. Si es cierto que la delación obligatoria actuó como un terrible medio de control de las creencias, opiniones y comportamientos, también lo es que el sistema procesal y penal de la Inquisición no era más cruel que el de otras instancias judiciales del Antiguo Régimen, que practicó la tortura en mucha menor medida que otros tribunales, o que España participó en la caza de brujas menos que el resto de Europa, pues la Inquisición apenas las dio importancia.

Con precisión y amenidad, Pérez analiza los orígenes de la Inquisición, partiendo del mito de la tolerancia existente en la baja edad Media. Al igual que en Francia, Alemania y otros territorios, el antisemitismo dependía de las circunstancias, siendo la recesión del siglo XIV la principal responsable de las persecucuciones que se hacen frecuentes a partir de entonces. En el siglo XVI -y aún bastante después- personajes eminentes como Lutero, Erasmo de Rotterdam o Guillermo de Orange, compartían un prejuicio hacia España ampliamente difundido en Europa, por considerarla tierra de judíos y moros.

El clima antijudío provocó buen número de conversiones que, en contra de la tesis de Netanyahu, Pérez considera que no siempre fueron sinceras, por lo que pervivió un criptojudaismo que se convirtió en una obsesión para sectores importantes de la Iglesia. La Inquisición se creó para extirparlo, por iniciativa no de Isabel, influida por su confesor converso fray Hernando de Talavera, sino de Fernando el Católico, quien forzó la voluntad de los Papas para darle las características que él deseaba y hacerle depender de la voluntad real. Concebido con carácter provisional, tenía el objetivo de depurar a los falsos cristianos y hacer que se convirtieran efectivamente los muchos judíos que se habían bautizado ante la presión social. El rey, que carecía de actitudes racistas contra los judíos (tanto él como la reina tenían importantes colaboradores conversos), se convenció años después de la opinión eclesiástica de que sólo la supresión del judaísmo, por medio de la expulsión, lograría la conversión efectiva de los conversos.

Durante sus primeros años la Inquisición tuvo una actuación terrible, con numerosas víctimas entre los conversos, ninguno de los cuales podía sentirse seguro aunque fuera un cristiano sincero. El propio Sixto IV se sintió conmocionado y trató, sin éxito, de controlarla, ante la firme oposición de Fernando el Católico. Pero a comienzos del siglo XVI, la represión logró hacer desaparecer prácticamente el problema del criptojudaismo. ¿Por qué no se suprimió entonces el tribunal, que desde un principio, además, había suscitado numerosas críticas? De nuevo la oposición del rey Católico -la reina ya había muerto- demasiado apegado a un organismo que aumentaba su poder, y años después, la aparición del cisma protestante, fueron las causas de que la Inquisición continuara, ampliando progresivamente sus objetivos a luteranos, alumbrados, erasmistas, así como a otras muchas gentes acusadas de blasfemia,bigamia y otras conductas desviadas.

Joseph Pérez revisa las diversas cuestiones relacionadas con la Inquisición: los estatutos de limpieza de sangre, los grandes procesos, las fases de su actuación, su organización y financiación, el procedimiento, los efectos sociales, el numero de víctimas, los índices de libros prohibidos, o las consecuencias de la Inquisición en la economía, la ciencia y la literatura, que tiende a minimizar. Más graves fueron los efectos para la espiritualidad, la vida intelectual y el espíritu crítico de una ideología exclusiva y represora unida al poder político.