Montaje de 'La flauta mágica' de Barrie Kosky en el teatro real. Foto: Javier del Real

Montaje de 'La flauta mágica' de Barrie Kosky en el teatro real. Foto: Javier del Real

Letras

'Mozart. Su obra y su mundo en constante movimiento': el contexto del genio a través de sus partituras

El poeta Patrick Mackie recurre a la obra del compositor para sumergirse en los episodios que marcaron el siglo XVIII europeo.

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Las monografías de compositores, "vida y obra de Fulano", suelen partir de la vida y la época para explicar la obra, que entendemos es lo sustantivo, pero Patrick Mackie (Londres, 1974), destacado poeta inglés, da media vuelta y actúa en sentido contrario: cada uno de los 25 capítulos de su libro toma una obra de Mozart a modo de lente de aumento para dar sentido a través de ella a un aspecto del contexto: la naturaleza de la Ilustración, el declive del París de los Borbones y la Viena de los Habsburgo o el claroscuro barroco, la gracia galante, el sosiego clásico y los latigazos prerrománticos en poesía, arte y música.

Mozart. Su obra y su mundo en constante movimiento

Patrick Mackie

Traducción de Javier Roma
Galaxia Gutenberg, 2025. 376 páginas. 24,50 €

La música se erige así en forma de conocimiento; Mozart, en brillante analista de su tiempo; y su obra, en reconocimiento de la llegada de un mundo nuevo, lleno de preguntas. Es esta perspectiva singular la que asegura a este libro un puesto destacado entre los ensayos de parecido título que nuestras estanterías acumulan.

En el Aria del catálogo de Don Giovanni, Leporello pone fin a la música del siglo XVIII mientras ve tambalearse a Europa. Al trasluz de la Sonata, K 310, vemos morir a Voltaire en París, metrópoli congestionada y apestosa, olla de bullente novedad; a Rousseau, en un bonito retiro cercano; y a la madre de Mozart, en la oreada Salzburgo.

El rapto en el Serrallo nos muestra con enfoque cárnico, casi gore, la obsesión de Europa por la voz de los cantantes. Los palacios, iglesias y salones del tiempo de Mozart aparecen henchidos del sonido que produce el cuerpo humano y ocupados en debates forma/significado celebrados en el más directo de los foros: el de la garganta.

La Serenata, K 388 se convierte en el famoso óleo de Fragonard. Sin dejar de columpiarse, una mujer vestida de rosa nos explica el significado profundo del arte galante: "En el rococó, el placer debe asumir el sentido del mundo". Todo en Mackie es profundísimo, para bien o para mal. Carga las frases, pero no demasiado. Su libro se lee bien. Uno disfruta la riqueza sin verse avasallado por la densidad. Además, los capítulos son breves, de no más de 10 o 15 páginas.

La mirada de Mackie tiene dos facultades poéticas contrapuestas: la de distinguir (en los cuartetos de Haydn, ve superficies claras sobre texturas densas) y la de juntar (reúne los de Mozart nada menos que con la audacia de la Ilustración, el "atrévete a saber", de Kant).

El libro está lleno de estas piruetas, algunas tan insospechadas como la que liga el Quinteto para piano y vientos, K 452 a la canciónLittle Red Corvette de Prince a propósito de la sensualidad de los instrumentos musicales, o la que acerca La flauta mágica a Las penas del joven Werther de Goethe a cuenta de la extravagancia indumentaria y las inclinaciones suicidas de Papageno y del propio Werther.

En el tramo final –las tres óperas de Da Ponte y las tres últimas sinfonías–, el análisis es igual de lúcido, pero menos original: explica la música a partir del contexto, como hacen todos. El libro guarda, sin embargo, una última genialidad: la vinculación del monumental Réquiem con la pequeña Giga para órgano, K 574. Mackie se pasa de frenada en asociaciones tan lejanas como esta, pero ¡qué más da! Esto no es musicología académica, sino indagación poética, quizá la única vía de acceso al corazón inexplicable de la música.