Mercè Ibarz. Foto: La Setmana del Llibre en Català

Mercè Ibarz. Foto: La Setmana del Llibre en Català

Letras

'Una chica en la ciudad', de Mercè Ibarz: memoria sentimental de un descubrimiento

La escritora y periodista hace un recorrido muy personal por sus recuerdos, ligados a la ciudad de Barcelona y a los medios de comunicación.

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La escritora y periodista cultural Mercè Ibarz (Saidí, Huesca, 1954) aborda directamente su autobiografía en Una chica en la ciudad sin concesiones a la moda de la autoficción. Medio siglo largo de discreto protagonismo público e incisiva capacidad de observación dan bastante de sí. El recorrido muy personal por sus recuerdos desde los últimos coletazos de la dictadura y hasta hoy mismo dan un fruto sustancioso.

Una chica en la ciudad

Mercè Ibarz

Anagrama, 2025
185 páginas. 18,90 €

Aunque resulte excesivo en un libro tan unitario, merece la pena independizar lo histórico testimonial. No aporta Ibarz datos inéditos con los hechos referidos de su juventud, cuando llegó a Barcelona. Testimonia actitudes antifranquistas, grupúsculos ultraizquierdistas, inquietudes juveniles y un seminal feminismo, pero lo hace desde una perspectiva intimista que añade un plus de sentimiento que enriquecerá la fría mirada de los historiadores, quienes harán bien en acudir a estas páginas que palpitan de hondo sentir para bañar el documento en el clima de época.

Más valor noticioso tiene, en una segunda etapa de su vida, el ambiente en los medios de comunicación y los cambios que se produjeron en ellos desde los años 80. Aunque también aquí importa la vivencia personal, avalada por significativas anécdotas, para la historia externa del periodismo catalán en aquellos tiempos decisivos.

Estos recuerdos se entremezclan con las incertidumbres acerca de lo que a la larga sería su profesión, la escritura, de novelas, por una parte, y de singulares retratos de Mercè Rodoreda, por otra. Están las páginas de Ibarz al respecto entre las más llanas y menos presuntuosas que conozco sobre la forja de un escritor.

Esta materia noticiosa va disuelta en el gran acorde del libro, aludido en el título, el sentimiento de la ciudad. Es admirable cómo plasma Ibarz el latido urbano, la Barcelona de ayer y la de su trasformación posterior. El libro es, en buena medida, un canto de entrañamiento con la capital; una identificación con la geografía urbana mediante la ensimismada contemplación de los lugares. En la mirada de Ibarz late el espíritu de quien, desde joven, suma como carne propia la ciudad a su experiencia vital.

Es admirable cómo plasma Ibarz el latido urbano, la Barcelona de ayer y la de su trasformación posterior

Por encima de estos hilos, todavía hay otro, fundamental, que nubla a los anteriores en esta selección de trabajos y vivencias. Me refiero a su marido, mencionado con pudor solo como L., músico y poeta ya fallecido. La relación de ambos desde su encuentro juvenil es el relato de un encantamiento sostenido con lealtades y complicidades; en él despliega la idea de una forma de pareja tan insólita como admirable, la cual muestra con tanta lucidez como para poder reírse del amor libre.

Al fin, la biografía se convierte en una terminante evocación del ser amado, en una pura historia de amor. El libro adquiere la densidad emocional de una elegía serena, sin efectismos, con clarividente sentir de la ausencia.

A causa de ello, buena parte de la obra anda tan cerca de lo poemático como de lo narrativo. Además, la plasticidad del estilo es por sí misma un aliciente. El libro está escrito con una prosa de tono conversacional de una flexibilidad sintáctica que elude las rigideces académicas y consigue un encantador efecto de sencillez expresiva para estos originales recuerdos “entre el sueño y la memoria”.