Hannah Arendt. Foto: Taurus.

Hannah Arendt. Foto: Taurus.

Letras

Arendt y la posverdad: cómo la destrucción del espacio público amenaza la democracia

Máriam Martínez-Bascuñán interpreta en 'El fin del mundo común' los acontecimientos de Occidente en la era Trump a la luz del mundo de la pensadora alemana.

Más información: La biopolítica de Foucault en la época del trumpismo

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En el capítulo V de La condición humana, la filósofa Hannah Arendt escribe: “La pluralidad humana, básica condición tanto de la acción como del discurso, tiene el doble carácter de igualdad y distinción”.

El fin del mundo común

Máriam Martínez-Bascuñán

Taurus, 2025. 448 páginas. 21,90 €

Este peculiar ensayo de 1958 señala que la quintaesencia de la perseguida condición se halla en medio de esta “paradójica pluralidad” de los que son diferentes pero iguales. La ciudadanía genuina se ejerce en un “espacio de aparición”.

Considera: “La realidad del mundo está garantizada por la presencia de otros, por su aparición ante todos […] Cualquier cosa que carece de esta aparición [...] pasa como un sueño”.

En El fin del mundo común. Hannah Arendt y la posverdad Máriam Martínez-Bascuñán (Madrid, 1979) interpreta los acontecimientos de Occidente en la era Trump a la luz del mundo de la pensadora alemana.

Efectivamente, los principales hechos de la vida política de la república norteamericana y de otras potencias discurren por estas páginas como fragmentos de sueños, llenos de sonido y de furia, sin demasiado sentido.

Aquí, el actual presidente de los Estados Unidos representa la Era del (Mal) Sueño y promociona la atomización y, por tanto, el eclipse del debate de los informados, y el cénit del privado soliloquio de los resentidos.

Centrándose en el mencionado título y en otros clásicos como Eichmann en Jerusalén o Los orígenes del totalitarismo, Martínez-Bascuñán pretende un análisis arendtiano de la noción de “posverdad” y de otros problemas relacionados.

La posverdad designa un escepticismo extremo promocionado por una energía institucional y un afán sistemático inéditos. Cuando la consejera presidencial de EE.UU. Kellyanne Conway calificó unas pruebas en contra de su relato como “hechos alternativos”, inauguró el tiempo de la posverdad. En enero de 2017 “la verdad se había vuelto irrelevante” (p. 18).

La filósofa alemana y Bascuñán defienden un ideal de verdad inspirador de un debate plural y polifónico

En el primer capítulo se expone una de las ideas axiales de esta obra: las autoridades científicas o filosóficas (viejas jerarquías) no son las que deben reparar la situación frente a la demagogia imperante.

Inspirada en Arendt, Martínez-Bascuñán defiende una tercera vía: una cultura política democrática, más allá de los despotismos bien verticales (que representa el elitista Platón en su República), bien posveraces y majaretas (a lo Conway).

Si esto es la clave de El fin del mundo común, como creo, entonces el corazón del volumen se encuentra en el capítulo 5, “Sobre el suelo y el cielo”.

Arendt y su comentadora defienden una verdad práctica, deliberativa y preocupada por los consensos; un ideal de verdad inspirador de un debate plural, polifónico, susceptible de mudanzas (al mismo paso que la sociedad), pero respetuoso, eso sí, de los hechos. La autora reniega de principios inmutables, al tiempo que defiende (segundo requisito) el ideal de la tolerancia.

Me parece injusto el reproche que cae sobre Aristóteles en la página 193, puesto que la propuesta de Arendt no hace otra cosa que reactualizar las refutaciones anti-platónicas del Filósofo (ver: Ética a Nicómaco, I. 6 y Política, II. 2).

Además, dados los muy libres préstamos que toma Arendt de la Crítica del juicio, echo de menos referencias directas a las Conferencias sobre la filosofía política de Kant, conferencias que aquella leyó en sus últimos años.

En esta meritoria reflexión también se abordan otros temas arendtianos, como la banalidad eichmanniana (cap. 6), la soledad gregaria en los totalitarismos (cap. 8) y las alarmas ante la idea de tecnocracia económica (cap. 9), alejada de la “acción” ciudadana. Todo en relación con el último decenio de erosiones al “espacio de aparición”.

A tal efecto, el libro cita copiosamente artículos de la más exigente prensa del día. De hecho, en los últimos capítulos la filosofía de Arendt va menguando en importancia frente al alarmado comentario de actualidad.