El filósofo Byung-Chul Han en el discurso de recogida del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Foto: Chema Moya

El filósofo Byung-Chul Han en el discurso de recogida del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades. Foto: Chema Moya

Letras

Byung-Chul Han al recoger el Premio Princesa de Asturias: "Hoy nos arrastramos de una adicción a otra"

El filósofo surcoreano ha recibido el galardón por "unos análisis sumamente fértiles" de la sociedad actual.

Más información: El filósofo Byung-Chul Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025

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El filósofo Byung-Chul Han (Seúl, 1959), conocido por sus ensayos en los que disecciona nuestra sociedad actual haciendo hincapié en cuestiones como la deshumanización y el aislamiento de las personas, ha recogido el Premio Princesa de Asturias de la Comunicación y Humanidades 2025.

Durante su discurso de recogida del Premio, el surcoreano ha repasado aquellas ideas por las que se granjeó un nombre. Para ello, ha comenzado citando la defensa que hace Sócrates en la Apología de Platón de la misión del filósofo: "Consistiría en agitar a los atenienses y despertarlos, en criticarlos, irritarlos y reciminarlos, igual que un tábano pica y excita a un noble caballo [...] y así lo espolea y estimula".

De acuerdo con este planteamiento, el ensayista se ha identificado como un muy molesto tábano de la sociedad actual: "Yo soy filósofo. Como tal he interiorizado esta definición socrática de la filosofía. También mis textos de crítica social han causado irritación, sembrando nerviosismo e inseguridad, pero al mismo tiempo han desadormecido a muchas personas".

Su aguijonazo más célebre, La sociedad del cansancio (2012), un auténtico superventas en el que alertaba sobre un cambio de paradigma global, va en este sentido. Según su visión, cuanto menos incisiva, el exceso de positividad y estímulos nos precipita hacia una proliferación de desórdenes mentales, desde la depresión o la ansiedad, al trastorno del déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Precisamente a este ensayo se ha referido también durante los primeros compases del discurso: "La tesis que yo exponía es, efectivamente, irritante: la ilimitada libertad individual que nos propone el neoliberalismo no es más que una ilusión. Vivimos en un régimen despótico neoliberal que explota la libertad".

"La autoexplotación es mucho más eficaz que ser explotado por otros, porque suscita esa engañosa sensación de libertad", ha continuado. "Ya no vivimos en una sociedad disciplinaria, sino en una sociedad del rendimiento, que supuestamente es libre y donde lo que cuenta, presuntamente, son las capacidades".

Pero, según ha afirmado en sus palabras al recoger el Premio —y ya defendía en su libro—, esta noción de libertad es una trampa: "Pronto se convierte en una opresión, que, de hecho, es más coercitiva que el imperativo del deber. Uno se imagina que es libre, pero, en realidad, lo que hace es explotarse a sí mismo voluntariamente y con entusiasmo, hasta colapsar".

"La autoexplotación es mucho más eficaz que ser explotado por otros"

Define Byung-Chul Han una sociedad en la que "sentimos difusamente que, en realidad, no somos libres, sino que, más bien, nos arrastramos de una adicción a otra, de una dependencia a otra".

El resultado de esta suerte de Mundo feliz en el que estamos sumidos es que "somos como aquel esclavo que le arrebata el látigo a su amo y se azota a sí mismo, creyendo que así se libera. Eso es un espejismo de libertad. La autoexplotación es mucho más eficaz que ser explotado por otros, porque suscita esa engañosa sensación de libertad".

Así como en su libro Infocracia: La digitalización y la crisis de la democracia (2022) analizaba el papel que las nuevas tecnologías estaban teniendo en nuestra sociedad, también se ha ocupado de ello en Oviedo. Ha negado ser "un pesimista cultural", afirmando que el teléfono inteligente y las redes sociales "serían útiles si se emplearan como herramientas". El problema, ha matizado, es que "nos utilizan a nosotros, y no al revés. Muchas veces sucede que el ser humano acaba convertido en esclavo de su propia creación".

Cosa que, se teme, también ocurrirá con la Inteligencia Artificial: "Puede ser empleada para manejar, controlar y manipular a las personas". De ahí que haya advertido: "La tarea acuciante de la política sería controlar y regular el desarrollo tecnológico de manera soberana, en lugar de simplemente seguirle el paso".

También ha tenido unas palabras para la idea del respeto, o más bien la ausencia de este, que será el tema central de su próximo libro, Sin respeto, que se publicará el próximo año. "Últimamente he reflexionado mucho sobre la creciente pérdida de respeto en nuestra sociedad. Hoy en día, en cuanto alguien tiene una opinión diferente a la nuestra, lo declaramos enemigo".

Considera Byung-Chul Han que, al fin y al cabo, las democracias se basan en virtudes como el civismo, la responsabilidad, la confianza y la amistad. "No hay lazo social más fuerte que el respeto". Sin todo ello, el filósofo surcoreano augura una democracia vacía de contenido y reducida a mero aparato.

"El legado del liberalismo ha sido el vacío"

Este repaso del panorama actual, le ha llevado a concluir, a modo de diagnóstico: "El legado del liberalismo ha sido el vacío. Ya no tenemos valores ni ideales con que llenarlo. Algo no va bien en nuestra sociedad".

De ahí que el surcoreano vea más necesario que nunca su tan incisivo, tan irritante oficio: "Si no hay irritaciones, lo único que sucede es que siempre se repite lo mismo, y eso imposibilita el futuro". Un desafortunado oficio el de molestar que hoy, en Oviedo, ha sido recompensado y no, como ha acostumbrado a suceder a lo largo de la historia —que se lo digan a Sócrates— castigado.