El pensador alemán de origen surcoreano Byung-Chul, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025 en Oviedo este martes. Foto: EFE/Paco Paredes

El pensador alemán de origen surcoreano Byung-Chul, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025 en Oviedo este martes. Foto: EFE/Paco Paredes

Letras Premios Princesa de Asturias 2025

El filósofo Byung-Chul Han en Oviedo: "El capitalismo es un sistema con grietas y puede colapsar pronto"

El pensador surcoreano, autor de 'La sociedad del cansancio', recogerá este viernes el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025.

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M. Cantó
Agencias
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Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano afincado en Alemania y Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, ofreció este martes en Oviedo la primera rueda de prensa de su vida, un gesto que, según afirmó, aceptó “en contra” de su carácter y motivado por su deseo de agradecer a los periodistas españoles la difusión de su obra.

“Nunca he dado una rueda de prensa. Es una primicia en mi vida”, confesó el autor de La sociedad del cansancio (2010), subrayando que sus libros han tenido “buena acogida en España y en los países de habla hispana gracias a la labor de los periodistas españoles”.

Durante su intervención, el pensador advirtió de que el mundo atraviesa una “crisis global del liberalismo”, un proceso que, en su opinión, está desgastando las democracias occidentales y favoreciendo el ascenso de populismos y fuerzas autoritarias.

También alertó de una “crisis espiritual y estructural” que, según sostuvo, desmorona “la sociedad, el alma humana y la democracia en un ecosistema digital que nos reprograma y vacía de contenido simbólico y vertical”.

Han anunció, además, que acaba de finalizar un nuevo libro, que saldrá a comienzos de 2026 bajo el título Sin respeto. Una crisis social, donde analiza la pérdida del respeto como base de la convivencia democrática.

“El respeto es lo que mantiene unida a la sociedad. Sin respeto, la democracia está en peligro”, advirtió. A su juicio, vivimos en un universo en el que no nos respetamos mutuamente, nos mostramos agresivos y rechazamos cualquier opinión diferente. “Si alguien defiende otra opinión, lo declaramos enemigo”, lamentó.

Para el filósofo, esta pérdida del respeto es una manifestación de la crisis de la sociedad liberal. Con la desaparición de las referencias verticales que otorgaban sentido, emerge un orden “plano” donde “todo es igual, transversal, sin jerarquía”.

El pensador alemán de origen surcoreano Byung-Chul, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, este lunes a su llegada a Oviedo. Foto: EFE/Paco Paredes

El pensador alemán de origen surcoreano Byung-Chul, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, este lunes a su llegada a Oviedo. Foto: EFE/Paco Paredes

“Moramos en un orden horizontal del consumo, la comunicación y la información constante”, explicó, “donde la sociedad se convierte en una cápsula vacía de contenido, sin aspiraciones elevadas ni orientación”.

Han vinculó ese vacío con el auge del autoritarismo: “Ese vacío clama por autócratas, por figuras como Donald Trump o Viktor Orbán. Es una tendencia que se acentuará”, subrayó. Para él, se trata de una “crisis del liberalismo como orden espiritual”, donde el respeto era una de sus columnas fundamentales.

El pensador defendió que el respeto no es una mera actitud interpersonal, sino una estructura vertical que organiza la vida social y espiritual. “El marco teórico de este libro sobre el respeto habla de ese abandono del orden vertical”, señaló.

Han también abordó la relación entre liberalismo, democracia y capitalismo, asegurando que vivimos una pérdida de libertad que se disfraza bajo apariencia de autonomía. “Pensamos que somos libres, pero pasamos de una adicción a otra”, denunció.

Explicó que su siguiente ensayo analizará precisamente las adicciones contemporáneas: al consumo, a la información, al juego y a las redes sociales.

El autor advirtió, asimismo, que el auge del populismo y las desigualdades económicas están erosionando las democracias liberales.

Recordó que estas necesitan “hábitos, costumbres y virtudes como la confianza y el respeto”, y alertó de que, sin ellos, el sistema se convierte en “un mero aparato, con parlamentos convertidos en escenarios para la representación política”.

Por último, señaló que “las redes sociales no crean comunidad, y una democracia sin comunidad colapsa”, insistiendo en que el exceso de información y comunicación no ofrece orientación ni sustento.

“Ya no tenemos modelos, solo influencers que venden productos”, lamentó, convencido de que la pérdida de ideales y de justicia económica puede hacer que la democracia se rompa y colapse.