Un momento de la película 'Civil War', de Alex Garland (2024)

Un momento de la película 'Civil War', de Alex Garland (2024)

Letras

¿Puede 'Civil War' hacerse realidad en Estados Unidos? El análisis a fondo de una experta en guerras civiles

Barbara F. Walter, que lleva dos décadas estudiando este tipo de conflictos, publica el libro 'Cómo empieza una guerra civil y cómo evitar que ocurra'.

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Hace un año, la película Civil War generó un intenso debate en Estados Unidos previo al segundo mandato de Trump. Su director, el británico Alex Garland, se atrevía a plantear una inquietante distopía: la guerra civil de unos “Estados desunidos” en los que fuerzas secesionistas trataban de derrocar un gobierno presumiblemente corrupto. ¿Una ficción tras el escenario abierto por el asesinato de Charlie Kirk?

Cómo empieza una guerra civil y cómo evitar que ocurra

Barbara F. Walter

Traducción de Gemma Deza
Península, 2025
368 páginas. 21,90 €

Después de haber estudiado las guerras civiles durante más de dos décadas, en 2017 el gobierno de EE. UU. invitó a Barbara F. Walter (Nueva York, 1964), profesora de la Universidad de California y asesora de prestigiosos organismos internacionales, a participar en un grupo especial llamado “Fuerza Especial para la Inestabilidad Política”. Compuesta por expertos interdisciplinares en conflictos y analistas de datos, su objetivo era diseñar un modelo para pronosticar escenarios de descomposición social.

Este ensayo, resultado de su trabajo, brilla particularmente por sus advertencias y capacidad analítica. ¿Puede la escalada de polarización en EE. UU. ser modelo de otros escenarios de inestabilidad?

Digámoslo claro: Walter desestima la posibilidad de una guerra civil como la que desgarró al país en la década de 1860, pero por una razón: las guerras civiles del futuro tendrán otros desarrollos.

El concepto clave para Walter es el de “anocracia”: una situación de gobierno transicional que no es ni completamente democrática ni completamente autocrática, sino algo intermedio y marcada por un faccionalismo de corte supremacista o étnico.

Walter observa que, a principios del siglo XX, las guerras civiles se libraban por motivos de clase e ideología (la Revolución rusa de 1917 y la Revolución china serían ejemplos). Tras la Segunda Guerra Mundial, con el desmoronamiento de los antiguos imperios coloniales, las guerras civiles reflejaron cada vez más la disgregación étnica y religiosa.

A finales del siglo XX, como muestra el ejemplo de la desintegración de Yugoslavia, esas identidades divisorias se encontraban en el centro de la mayoría de las guerras civiles y su resentimiento fue instrumentalizado por figuras políticas que Walter denomina “empresarios étnicos” del odio.

Asimismo, los grupos sociales que suelen dar inicio a las guerras civiles no son las clases subalternas o más agraviadas, sino aquellos que fueron políticamente dominantes y están en declive. “Hijos de la tierra” que se sienten en gran parte justificados porque creen que el país les pertenece y que es su derecho retomar lo que siempre ha sido suyo.

¿Qué elementos resultan hoy nuevos en comparación con el pasado? “Las redes sociales son el sueño de todo empresario étnico”, escribe Walter, que quizá sobrevalora su importancia cuando sostiene que no es una coincidencia que la democracia haya estado en retroceso desde su surgimiento.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el vicepresidente JD Vance, este martes en la Casa Blanca.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump , junto al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el vicepresidente JD Vance, este martes en la Casa Blanca. Reuters

En el caso de EE. UU., por ejemplo, el camino hacia la anocracia habría comenzado en la década de 1990 con la aparición de las cadenas de televisión militantes; siguió con el auge de las redes sociales y los medios convertidos en megáfonos del odio.

En este lodazal político entró “el mayor emprendedor étnico de todos: Donald Trump”. Aunque ya familiar, el demoledor diagnóstico sobre la intoxicación mediática desplegada por el trumpismo no deja indiferente.

Las conclusiones de Walter no hacen sino darle la razón ante su predicción de un aumento del terrorismo interno, creciente desde el atentado en Oklahoma de 1995.

¿Qué medidas tomar ante estas tendencias? La investigación subordina la importancia de la determinación económica a la intervención política; junto con propuestas más vagas, sugiere federalizar las leyes electorales, ser más estrictos con la frecuente manipulación de las circunscripciones electorales de un territorio, frenar las contribuciones de campaña no responsables y regular las redes sociales como una medida de salud democrática. ¿Medidas suficientes?