Florence Delay en 2009. Foto: Wikimedia Commons

Florence Delay en 2009. Foto: Wikimedia Commons

Letras

Muere Florence Delay, la escritora y académica francesa enamorada de la literatura española

La autora, que fue profesora de Literatura Española en la Sorbona, traductora y defensora de la tauromaquia, ha fallecido a los 84 años.

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F. D. Quijano
Publicada

La escritora, actriz, traductora y guionista francesa Florence Delay murió este martes 1 de julio a los 84 años de edad, según informó el diario Le Figaro. En el año 2000 se convirtió en la cuarta mujer en ingresar en la Academia Francesa, donde ocupó el sillón número 10.

Reconocida tanto por su obra literaria como por su labor como traductora, Delay mantuvo una relación profunda y constante con la literatura y la cultura españolas, que marcó de manera decisiva su trayectoria intelectual y creativa.

La editorial Acantilado ha publicado en España su libro A mí, señoras mías, me parece (2016), un conjunto de relatos sobre el palacio de Fontainebleau, y su ensayo Alta costura (2019), sobre la relación entre arte y moda a través de retratos de santas pintados por Zurbarán.

La editorial Gallimard ha destacado "el carácter alegre, la elegancia y vasta cultura" de Delay, "así como la elocuencia, creatividad y perspicacia, que no obstante jamás menoscabaron su inmensa sensibilidad".

En una entrevista en El Cultural, la autora explicó que su amor a España nació gracias a una profesora de español que tuvo cuando estudiaba secundaria y que le descubrió a Lorca, a Miguel Hernández, a Salinas... "Llegó con esos poemas como si se tratara de un ramo de flores", recordaba.

Ese interés por la literatura española se reforzó cuando ese mismo año la mandaron a estudiar a Cataluña y se hospedó en casa de una familia. "Su forma de vivir y de ver la vida, se me representó tan poética como la poesía misma", decía. "Por eso digo que la poesía de los poetas y la poesía de la vida me llegaron en el mismo momento".

Más tarde, Delay estudió en la Sorbona, donde se especializó en lengua y literatura españolas, y posteriormente impartió clases de español en la misma universidad.

En la citada entrevista, Delay asegura que le hubiera gustado conocer en persona a los miembros de la Generación del 98 y del 27, a quienes se refería en sus libros como "mis amigos".

Delay tradujo al francés a autores del Siglo de Oro español, como Calderón de la Barca, Lope de Vega y Fernando de Rojas, y de contemporáneos como José Bergamín, a quien admiraba profundamente.

Su traducción de La Celestina fue llevada a escena en Francia y es considerada una de sus aportaciones más relevantes. Delay defendía la fidelidad al espíritu del original más que a la literalidad, buscando la melodía y el ritmo en la traducción, especialmente en autores como Lope de Vega.

Además de la traducción, Delay escribió ensayos y novelas que exploran temas españoles, como Clavel rojo sobre la arena, centrada en la muerte del torero Manolete, y Mi España. Oro y Cielo, donde reflexiona sobre su vínculo con la cultura hispánica.

Su pasión por la tauromaquia, que descubrió a través de los textos de Bergamín, la llevó a prologar y traducir obras sobre el toreo y a posicionarse públicamente en defensa de las corridas de toros como patrimonio cultural.

En su libro Puerta de España, Delay narra en primera persona su itinerario vital e intelectual hacia y a través de España, desde Lorca y el flamenco hasta la música de Manuel de Falla y el teatro del Siglo de Oro.

El estilo literario de Delay es fragmentario y evocador, influido por autores españoles como Ramón Gómez de la Serna, a quien citaba como referente formal y conceptual. Sus obras se caracterizan por frases breves, imágenes intensas y una estructura que, como explicó en otra entrevista, remite a la metáfora del cigarrillo: cada párrafo es autónomo, como una calada, una llama que se enciende y se apaga.

Además de escritora, Delay escribió varios guiones de cine y fue actriz en su juventud. Debutó en 1962 como Juana de Arco en la película Procès de Jeanne d'Arc, de Robert Bresson, y después participó en otros filmes como Le Jouet criminel, de Adolfo Arrieta, y Écoute voir, de Hugo Santiago.