Ilustración de portada de 'Carlitos y Snoopy. Las mejores tiras de Peanuts', de Charles M. Schulz (Reservoir Books)

Ilustración de portada de 'Carlitos y Snoopy. Las mejores tiras de Peanuts', de Charles M. Schulz (Reservoir Books)

Letras

El pequeño gran mundo de Carlitos y Snoopy: 75 años de filosofía cotidiana y humor existencial

La mayor antología de 'Peanuts' en español celebra el legado de Charles M. Schulz, que dibujó durante toda su vida la tira de prensa más famosa e influyente de todos los tiempos.

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Cuando pensamos en Peanuts Carlitos y Snoopy para los lectores españoles—, es inevitable recordar a Snoopy sobre el tejado de su caseta, relajándose boca arriba, o tecleando con determinación en su máquina de escribir, o imaginando ser un as de la aviación de la Primera Guerra Mundial. 

También nos viene a la cabeza la imagen de ese tierno perdedor llamado Carlitos cayéndose de espaldas porque la traicionera Lucy ha retirado en el último segundo el balón que se disponía a chutar, o aceptando estoico la enésima derrota al béisbol, o el hecho de ser el único del grupo que nunca recibe una tarjeta por San Valentín. Tampoco olvidamos a Linus, siempre pegado a su mantita de seguridad, o a Schroeder aporreando su piano de juguete con el semblante grave de Beethoven.

Son muchas las escenas recurrentes de Peanuts grabadas en nuestra memoria, pero hay una tira, publicada a mediados de los años 60, que refleja como ninguna otra ese humor melancólico y existencial que caracteriza a la inolvidable serie creada por Charles M. Schulz (Mineápolis, Minnesota, 1922-Santa Rosa, California, 2000), que se convirtió gracias a ella en el dibujante de cómics más exitoso de la segunda mitad del siglo XX. En ella, Sally, la hermana de Carlitos, salta a la comba muy contenta, pero de pronto se detiene y empieza a llorar. Cuando Linus le pregunta por qué llora, ella responde: “No sé… De repente me ha parecido todo tan banal…”.

Esa tira, una rareza, aparece en una de las más de 500 páginas de la antología de Peanuts que Reservoir Books acaba de publicar para celebrar el 75 aniversario de la serie. Es la mayor compilación en español hasta la fecha de las aventuras de Snoopy, Carlitos y su pandilla, aunque solo una pequeña muestra de las 17.000 tiras que Schulz dibujó durante casi 50 años.

"En esta antología hemos querido reflejar todo el abanico de Peanuts, que se asocia normalmente a un humor muy blanco y muy infantil, pero si escarbas un poco encuentras muchas capas de significado. Es más profundo de lo que parece, los personajes evolucionan y tienen sus aristas", afirma Daniel Álvarez Cañellas, responsable de la selección y la traducción de las tiras de esta antología de Reservoir Books.

Esta obra maestra del cómic ha tenido una influencia monumental en multitud de dibujantes, historietistas y animadores posteriores, e incluso narradores de toda clase. Para Ray Bradbury “fue, es y seguirá siendo el mejor cómic del mundo”. Umberto Eco definía la serie como “un microcosmos, una pequeña comedia humana para todos los bolsillos”.

Tiras de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Tiras de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Jonathan Franzen, por su parte, reconoce su gran apego a la obra de Schulz: “Peanuts fue mi inspiración y mi consuelo; Snoopy, mi alma gemela; Carlitos, en sus gloriosos días lúgubres, alguien con quien compartir las desilusiones y la culpa”.

Aunque no lo declarara abiertamente, es innegable que la obra de Schulz también fue una influencia importante para Quino. Su obra cumbre, Mafalda —que empezó a publicar en 1964, cuando Carlitos y su pandilla ya eran conocidos en todo el mundo—, comparte el estilo gráfico sencillo y también está protagonizada por niños que reflexionan como adultos sobre temas filosóficos y existenciales, aunque en el caso de Quino esas reflexiones tenían un mayor componente político, con críticas directas al capitalismo y las guerras. 

Viñetas de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Viñetas de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

En su máximo apogeo, llegó a publicarse diariamente en 2.600 periódicos de todo el mundo. “El secreto del éxito de Peanuts es que, como todos los clásicos, toca temas universales con los que todos nos podemos sentir identificados, y lo hace de una manera muy sencilla pero a la vez muy aguda”, opina Álvarez Cañellas, cuyos personajes favoritos son "los alter ego de Snoopy, sobre todo el escritor en el tejado y el abogado". También le gustan Linus, "muy tierno, aunque a veces tiene mucho genio", y otros personajes secundarios como Pig-Pen, Marcie y Peppermint Patty.

En palabras de Art Spiegelman, el célebre autor de Maus, las viñetas de Schulz “contienen la sencillez y a la vez la carga de profundidad de un haiku, solo que son más fáciles de entender… y más bonitas”.

La inteligencia de los niños

Peanuts redefinió la tira de prensa. Rompió esquemas al mostrar que los niños podían tener pensamientos filosóficos, angustias existenciales y conflictos emocionales serios. También demostró que no se necesita un dibujo complejo para transmitir profundidad emocional, sino que esto se podía lograr con un estilo limpio y directo y, a la vez, muy expresivo. En esto supuso una gran influencia para otros autores como Bill Watterson, creador de Calvin & Hobbes y quizás su sucesor más claro, y Jim Davis, el padre de Garfield. También fue una gran influencia para Matt Groening, que ha citado a Schulz como una de sus mayores fuentes de inspiración.

Tira dominical de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Tira dominical de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Al principio, Peanuts era una tira diaria horizontal de una sola línea, en blanco y negro. La primera se publicó el 2 de octubre de 1950. Pero dos años más tarde, debido a su éxito, empezó a publicarse también una versión dominical, a color y con más filas de viñetas, normalmente tres. Esto permitió a Schulz desarrollar historias más extensas, jugar con el ritmo visual y añadir más profundidad a sus personajes.

En las primeras páginas de esta antología podemos apreciar cómo el estilo gráfico de Schulz fue evolucionando con los años, algo habitual en otras series como Los Simpson. En las primeras tiras, los personajes eran más pequeños y cabezones y sus trazos y movimientos eran algo más rígidos. Charlie Brown, por ejemplo, tenía una cabeza enorme y Snoopy caminaba a cuatro patas y tenía un aspecto de perro más convencional e infantil.

Una de las tiras tempranas de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Una de las tiras tempranas de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

En la segunda mitad de los cincuenta, los cuerpos de los personajes se alargan un poco, las proporciones se suavizan y Schulz encuentra un estilo más fluido. Snoopy comienza a mostrar más personalidad, y Linus, Lucy y Schroeder ganan protagonismo. Ya en los sesenta, los personajes adquieren su personalidad y su aspecto definitivos. Snoopy ya camina a dos patas, baila, piensa y se convierte en el personaje más imaginativo y versátil de todos. 

Woodstock, el pajarito amarillo que se convierte en compañero inseparable de Snoopy, apareció a finales de los años 60, aunque no se menciona su nombre hasta los 70. Con el tiempo se convirtió en uno de los personajes más carismáticos y entrañables —y eso que no entendemos lo que dice—.

Tira de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Tira de 'Peanuts', de Charles M. Schulz

Schulz dibujó Peanuts a diario durante medio siglo, y en las tiras de los años 90 resulta conmovedor observar cómo su trazo se volvió cada vez más tembloroso —el pulso le temblaba desde la década anterior, pero no padecía Parkinson, sino una afección llamada temblor esencial—, pero no perdió un ápice de expresividad. 

A finales de 1999, Schulz sufrió pequeños derrames cerebrales y una obstrucción de la aorta, y poco después le fue diagnosticado un cáncer de colon en fase de metástasis, por lo que anunció su retiro el 14 de diciembre de 1999. Su delicado estado de salud le obligó a tomar la decisión de retirarse. Como las tiras se publicaban varias semanas después de su creación, la última de ellas, de hecho, se publicó un día después de su muerte, el 13 de febrero de 2000. 

En la carta de despedida a sus lectores, escribió: “Queridos amigos: He tenido la suerte de dibujar a Carlitos y sus amigos durante casi cincuenta años. Con ello se ha hecho realidad el sueño de mi infancia. Por desgracia, ya no puedo seguir el ritmo que requiere una tira diaria. Mi familia no desea que nadie continúe Peanuts, así que voy a anunciar que me retiro. Me siento agradecido por toda la confianza que recibí de mis editores a lo largo de estos años, así como el formidable apoyo y cariño que siempre me han expresado los amantes de estas viñetas. Carlitos, Snoopy, Linus, Lucy… jamás os olvidaré…”.