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Letras

Cultura investigará el robo de una obra de Galileo que la BNE habría ocultado durante cuatro años

El ministerio se ha reunido de urgencia con la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, para saber los detalles de la desaparición del tratado ‘Sidereus nuncius’ de 1610, que fue descubierta en 2014 pero no se denunció hasta 2018

15 marzo, 2021 17:40

El Ministerio de Cultura y Deporte ha convocado de urgencia este lunes por la mañana a la directora de la Biblioteca Nacional de España, Ana Santos, para que esta le informe acerca del robo de una importante obra de Galileo Galilei, suceso que había sido descubierto por dos investigadoras de la institución en 2014 pero que no fue denunciado a la policía hasta cuatro años después, según reveló este domingo el diario El País.

La obra en cuestión es un ejemplar de la primera edición del tratado Sidereus nuncius (Mensajero sideral), de 1610, en el que el astrónomo explicó los descubrimientos que hizo con un telescopio construido por él un año antes que hizo con él, entre ellos el carácter montañoso de la Luna y la existencia de los cuatro satélites de Júpiter.

“Tras la reunión que esta mañana han mantenido el secretario general de Cultura, Javier García Fernández, y la directora general del Libro, María José Gálvez, con la directora de la Biblioteca Nacional, Ana Santos, el Ministerio de Cultura y Deporte ha decidido abrir un procedimiento informativo para conocer los hechos en torno a lo acaecido con el Sidereus nuncius Magna de Galileo entre 2014 y 2018”, informan fuentes del ministerio a El Cultural.

Además, el ministro José Manuel Rodríguez Uribes ha convocado al Patronato de la Biblioteca Nacional para el próximo 31 de marzo. “Uno de los puntos del orden del día que va a proponer será el análisis de los protocolos de seguridad de la Biblioteca Nacional con el propósito de tomar las medidas necesarias para su mejora”, añaden las mismas fuentes. “La principal preocupación del Ministerio es la restitución de la obra y la aclaración de los hechos a partir de lo publicado estos días por el diario El País”. Por el momento, la Biblioteca Nacional no ha hecho ningún comunicado oficial.

Según el relato de los hechos publicado por dicho periódico, dos investigadoras de la BNE se percataron en 2014, durante unas labores de conservación, de que el ejemplar del Sidereus nuncius conservado en la institución estaba “demasiado nuevo para ser de 1610”, de modo que lo comentaron “de inmediato” a la dirección técnica, cargo que ocupaba entonces Mar Hernández, hoy jubilada. Ella asegura que se inició una investigación interna y que el caso fue puesto en conocimiento de la directora, Ana Santos. En cambio, Santos niega haber sido informada entonces.

Entre 2014 y 2018, la obra siguió figurando como auténtica en los catálogos de la BNE y en la Biblioteca Digital Hispánica. Santos asegura que fue a raíz del aviso del investigador británico Nick Wilding en septiembre de 2018 cuando se enteró de que el ejemplar que tenían en la BNE era falso, y fue entonces cuando se hizo la denuncia a la policía, que lo ha estado investigando en secreto desde entonces. Sin embargo, en la exposición Cosmos, comisariada por el historiador de la ciencia y académico de la RAE José Manuel Sánchez Ron entre marzo y septiembre de ese mismo año en la BNE, la cartela de la obra y el catálogo de la exposición ya señalaban que se trataba de una falsificación. Poco después del aviso de Wilding otro investigador, al ver el cambio en la descripción de la obra en el catálogo, inquirió a la BNE por el paradero de la obra original, y unos días después fue cuando se formalizó la denuncia a la policía, según relata El País.

Según Santos, en 2018 se comunicó el robo a Carlos Alberdi, jefe de gabinete de José Guirao, a la sazón ministro de Cultura, y también a Soledad Puértolas, entonces presidenta del Patronato de la BNE. Sin embargo, según otra información de El País, el propio Guirao ha negado haber sido informado del caso en ningún momento.

El robo fue descubierto en 2014, pero pudo haber ocurrido mucho antes. El principal sospechoso es César Ovidio Gómez Rivero, un falso investigador que consultó en 2004 la obra desaparecida y que en 2007 robó, arrancándolos de incunables, tres valiosos mapas de Ptolomeo, que fueron recuperados en Nueva York y Sídney pero le costó el puesto a la entonces directora de la BNE, Rosa Regàs, por la laxitud de las medidas de seguridad de la BNE.