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El Premio Planeta en suspense...

La novela policíaca protagoniza esta edición del galardón con una participación algo menor que en pasadas ocasiones

14 octubre, 2019 19:42

Mientras la tormenta se formaba en la calle, con el tenso ambiente de Barcelona por el veredicto del Procés como telón de fondo, el Grupo Planeta, que en 2017 tomó la decisión de trasladar su sede a Madrid, se viste de gala para celebrar mañana la 68 edición de su premio en el año en que la editorial cumple sus bodas de titanio. Ante un ambiente enrarerizado por los últimos acontecimientos su presidente José Creuheras ha querido zanjar cualquier polémica recordando que "España es un país afortunadamente democrático. Es un estado de derecho" y tiene que haber un "máximo respeto a la separación de poderes".

Más enfocado, eso sí, hacia la celebración del acto, ha prometido que se trata esta de una ocasión especial. "Es especial porque como sabéis cumplimos 70 años. El primer libro que publicamos era Mientras la ciudad duerme, de Frank Yerby. Ahí empezó la andadura y el espíritu de su fundador José Manuel Lara lo llevamos todos hoy en el corazón. Él definía que el trabajo del editor era poner en contacto el talento con las personas que querían participar de ese talento. Eso es lo que hacemos".

Eso es lo que hacen y los datos reman a favor. Al menos, según las palabras del Director General de Planeta, Jesús Badenes, "el sector de libro goza de muy buena salud". Ha sido así desde que a partir de 2014 se empezó a recuperar, y"ha crecido de forma continuada". Una perspectiva prometedora de convertirse en un buen año ya que, según los números, crece la venta de ensayo y novela, mientras que el libro infantil y juvenil también, aunque en menor medida.

Además ha recordado su director, pese a lo esperado, el gran cambio se ha producido en el mundo de la distribución y no en el mundo de la edición. "Amazon pensaba que el libro electrónico iba a ser una parte muy importante de nuestras vidas" pero "en España apenas el 5% de los ingresos pertenecen al sector", ha manifestado Badenes. Por el contrario, "la gran revolución se ha producido en forma de comercio electrónico, la compra a distancia, que hoy en España ya supone más del 15% del total vendidos de libros".

Si seguimos con los datos, en estas siete décadas, casi las mismas que lleva el Planeta otorgando este premio, dotado de 601.000 euros al ganador y 150.250 para el finalista, se han recibido 25.000 ejemplares. En el caso concreto de esta edición, aunque no llega al récord de la anterior, que recibió 642 novelas, tampoco se puede hablar de baja participación, con un total de 564 ejemplares presentados.

Con un jurado integrado por Alberto Blecua, Fernando Delgado, Juan Eslava GalánPere GimferrerCarmen Posadas, Rosa Regàs y Belén López, directora de Editorial Planeta y secretaria del Jurado con voto, el escritor Juan Eslava ha justificado esta disminución como "absolutamente casual. Normalmente el que se presenta a Planeta es un autor que normalmente esta escribiendo el tipo de novela que se lleva en ese momento. Hemos dejado atrás la Guerra Civil y ahora parece que nos decantamos por los relatos policiales. Posiblemente lleve más tiempo este género y yo atribuyo a eso que se hayan presentado menos".

Tampoco se han dado tantos temas de mujeres como en las ediciones pasadas. "El tema de la mujer ya no es algo que hay que resaltar sino que simplemente forma parte del paisaje -ha intervenido Belén López-. Ya no hace falta esa reivindicación sino que se ha normalizado y tenemos grandes novelas que reflejan grandes personajes femeninas pero sin resaltar que son mujeres".

Las obras finalistas

Entre las diez obras finalistas, por tanto, destacan las de género policíaco como Dios no baja los infiernos, de Luis Aleixandre Giménez, una novela negra ambientada en Valencia y protagonizada por una inspectora que investiga asesinatos en serie. El principito secuestrado, de Joaquín Guerrero Casasola, un relato de espías que trenza tres historias en torno a la edición del cuento de Saint-Exupéry. O Cristales rotos, del autor con seudónimo Melchor Marín, de índole psicológica sobre un mosso d'squadra, héroe de los atentados yihadistas de Cambrils.

A medio camino entre el suspense y relato de terror, encontramos títulos como La rosa de Jericó, de la autora con seudónimo Salomé Becerra, sobre una red de narcotráfico, o El diario de Shara Clayton, del autor con seudónimo L'omertá, un thriller psicológico que narra la historia de una familia italiana que encuentra a la deriva el velero vacío de una escritora de éxito.

También destacan las historias de corte más social como La familia es una guerra de guerrillas, de Mercedes Gallagher (seudónimo), una comedia que representa la lucha de una familia de diez hermanos por hacerse con la herencia de un tío millonario que tiene minas de plata en Perú. El tema de la emigración en El músico del metro, de Viviana Rivero que, también con tintes policíacos, cuenta la historia de un músico argentino emigrado a España después de un matrimonio fallido. O 5.749 días, de la escritora con seudónimo Ana Sánchez, una novela de fondo político que refleja la factura social que ocurre en Colombia a raíz de la guerra de las guerrillas.

Por último, completan esta lista una especie de road movie, La cunda y la luna, de Pedro Manuel Fraile Pérez, a medio camino entre el drama y el relato colegial, sobre un guardia civil recién incorporado; o la reflexiva Tal como éramos, de Viveca Lindfords (seudónimo), protagonizada por un hombre de mediana edad que ha tenido éxito en su profesión y que lo vemos inmerso en la vida con una mirada lúcida y descarnada hacia la sociedad española.

A tan solo 24 horas de desvelarse finalmente el nombre del nuevo ganador como es habitual durante el transcurso de una cena literaria, en esta ocasión en el Museu Nacional d'Art de Catalunya de Barcelona. El premiado tomará el relevo de Santiago Posteguillo, Premio Planeta 2018, por su novela Yo, Julia, donde narraba el fulgurante ascenso social de una mujer de origen humilde en un mundo dominado por hombres, en una edición en la que junto a él, Ayanta Barilli resultó finalista por la obra Un mar violeta oscuro.

@mailouti