Image: Mary Beard: El machismo lo ejercen los tristes, los borrachos y los desinhibidos

Image: Mary Beard: "El machismo lo ejercen los tristes, los borrachos y los desinhibidos"

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Mary Beard: "El machismo lo ejercen los tristes, los borrachos y los desinhibidos"

19 octubre, 2016 02:00

Mary Beard en la rueda de prensa de Oviedo. Foto: Jaime Cedillo

La historiadora británica, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, reivindicó la defensa de las Humanidades en el ámbito educativo.

"El machismo lo ejercen los tristes, los borrachos y los desinhibidos". Así de contundente se muestra Mary Beard (MuchWenlock, Reino Unido, 1955), y luego pone, de nuevo, una sonrisa. La historiadora británica, catedrática de Clásicas en la Universidad de Cambridge, está disfrutando en Oviedo del Premio Princesa de Asturias en la categoría de Ciencias Sociales que reconoce su "contribución al estudio de la cultura, la política y la antigüedad grecolatina", según el fallo del jurado. Se mostró radiante, con su característica melena blanca, al afirmar que acababa de conocer en un taller de un instituto de secundaria de la ciudad "al grupo más entusiasta de los que estudia Latín y Griego". No es momento de ser pesimistas con respecto a las Humanidades, aunque comprende el desconsuelo de los estudiantes con respecto a sus posibilidades de futuro. "A mí también me desanima ver cómo desaparecen asignaturas", confesaba, pues "no queremos un mundo con cambios tremendos que no vayan acompañados de filósofos que nos ayuden a interpretarlo".

La Fundación Princesa de Asturias ha reconocido la capacidad de Beard para "integrar el legado del mundo clásico en nuestra experiencia presente". Así, la autora, una de las especialistas más relevantes en el estudio de las culturas de la Antigua Grecia y Roma, reivindicó el conocimiento de las Humanidades como un factor fundamental para la ciudadanía: "Es horrible pensar que los chicos no puedan crecer con este concepto", se lamentaba. No obstante, se mostró escéptica cuando fue preguntada en rueda de prensa por las posibles similitudes entre la sociedad occidental actual y la que evoca el Imperio Romano. "Es seductor pensar que tienen respuestas para nosotros -sí nos ayuda al menos a examinarnos- pero no nos sirve para adivinar el futuro". De hecho, la autora de obras como El triunfo romano o Pompeya agradece "todos los días" vivir en el siglo XXI por asuntos tan elementales como el papel de la mujer en la sociedad.

Mary Beard nunca ha logrado comprender "cómo sería ser una mujer sin ser feminista". Se dio cuenta de la importancia del término mientras cursaba la tesis doctoral en 1982 y pudo comprobar cómo sus propios compañeros cuestionaban el potencial académico de las mujeres. Ahora, más de tres décadas después, se muestra optimista ante el futuro de la mujer: "Hemos avanzado en asuntos como la igualdad salarial", pero asume que queda mucho camino por recorrer. "Hay que aceptar que la discriminación a las mujeres aún está integrada en la civilización occidental", se lamentaba Beard, segundos antes de reconocer que "lo he pasado mal muchas veces". En redes sociales, donde ha sufrido amenazas incluso de violación que nunca ha pasado por alto -siempre lo ha denunciado públicamente-, ha sufrido ataques sobre su aspecto físico, un acontecimiento que, según asegura, no habría tenido lugar si hubiese sido un hombre. Incluso este conflicto se puede revisar en la antigüedad. La autora, que ha abordado este asunto durante toda su trayectoria, citó a Allia Potestas como uno de sus referentes clásicos femeninos. Su tumba perdura en Roma tras una vida marcada por un menage a tròis con dos hombres; mucho decir en el mundo antiguo.

El Premio Princesa de Asturias no ha sido el único reconocimiento importante cosechado por la autora, que este mismo año ha publicado en España la obra SPQR: Una historia de la antigua Roma (Crítica). En 2013 recibió la Orden del Imperio Británico por toda una vida dedicada al estudio del mundo clásico desde una perspectiva divulgadora y entretenida, participando además en documentales televisivos. Como historiadora, era inevitable que fuera preguntada por la Memoria Histórica, un asunto espinoso en España del que quiso escapar "por no poder pronunciarme con conocimiento de causa". No obstante, reivindicó la reconciliación de bandos rivales a través de una revisión de la historia y puso como ejemplo el imperialismo británico que tanto dolor causó a finales del siglo XIX y comienzos del XX. "La historia hay que afrontarla mirando cara a cara a los villanos", dijo refiriéndose a la polémica de la retirada de estatuas. "No se puede hacer photoshop de las cosas que no queremos ver", sentenció.

@JaimeCedilloMar