Image: César Antonio Molina: Estamos asistiendo al final de nuestra civilización

Image: César Antonio Molina: "Estamos asistiendo al final de nuestra civilización"

Letras

César Antonio Molina: "Estamos asistiendo al final de nuestra civilización"

28 abril, 2016 02:00

César Antonio Molina

El escritor publica Todo se arregla caminando (Destino), sexto volumen de sus 'Memorias de ficción', donde propone un paseo por el pensamiento y la meditación y muestra su "inquietud" ante el "final de una época".

Dieciséis años hace ya que César Antonio Molina (La Coruña, 1952) comenzó a escribir sus memorias, "de ficción", como él dice, una mezcla de ensayo, pensamiento y literatura que ha llegado ahora a su sexto volumen. Todo se arregla caminando (Destino), es un paseo por la cultura occidental y sus símbolos, "hoy en decadencia". En sus páginas, el escritor reivindica la figura del caminante, del viajero que recorre el tiempo y el espacio y se interna en un pasado cultural donde conversa con los fantasmas de Nabokov, de Musil o de Rilke. El libro también incluye reflexiones sobre la actualidad, los males de la educación en Europa o el pésimo trato que el poder dispensa a la cultura.

Con una amalgama de estilos narrativos el autor mezcla reflexiones y pensamientos, citas de otros autores o, a veces, simplemente descripciones de un lugar porque "uno no solo tiene su vida, sino que vive muchas a través de las vidas de otros, de libros, películas, música…". Los Ensayos de Montaigne, las Confesiones de San Agustín o El libro del desasosiego de Pessoa, son claros referentes de Molina, "porque estos autores se inscriben en una tradición del pensamiento filosófico y narrativo en la que, viendo el mundo con los ojos de un contemporáneo de su tiempo, querían dialogar con la historia. Reflexionar sobre su presente pero escuchando la voz del pasado".

El final de una época

La sensación que ha acompañado al escritor durante estos viajes es la de que estaba caminando "entre las ruinas de nuestra civilización". "Estamos asistiendo al final de una época como le pasó a San Agustín que fue espectador del fin de la civilización clásica. Las Confesiones son una crónica de la caída de Roma, gran cultura y civilización que se derrumba ante los bárbaros". En el caso de nuestra civilización, Molina sitúa a las nuevas tecnologías como causa última de este cambio profundo.

"En la actualidad, la humanidad casi ha conseguido vencer al tiempo y al espacio, la información es instantánea. Estamos dejando de ser contemporáneos de la humanidad y ahora hay un interés por romper con ese pasado, de partir de cero", afirma el escritor, incidiendo en que esta situación favorece la pérdida de la reflexión individual en favor de la creación una masa inmensa y narcotizada. "No estoy en contra de la tecnología, pero sí deberíamos meditar sobre la creación de una civilización de masas que arrincona y suprime al individuo, que renuncia a su libertad por promesas de mayor felicidad. Esa idea de la utopía digital es uno de los grandes dramas a los que nos veremos abocados".

Totalitarismo del futuro

Molina defiende que el mundo actual está asistiendo a una revolución total a todos los niveles: social, económico, político… "El cambio cultural al que estamos asistiendo es gigantesco, nunca se produjo en ningún momento de la antigüedad. Antes avanzamos acompañados por el desarrollo tecnológico y científico, pero la velocidad actual es superior a la capacidad de asimilación de los individuos". Y asegura que para gozar de seguridad estamos cediendo nuestra libertad a gentes que no conocemos, a un ser invisible que nos controla. "Derivamos hacia un totalitarismo desconocido, unas superestructuras que nos controlan para nuestro supuesto beneficio. Estamos vigilados y controlados digitalmente, pero esto es el inicio, la prehistoria. El control será cada vez mayor".

Frente a este cambio, el escritor propone que la gente de cultura "debemos ser críticos y defender a la humanidad. Tenemos que luchar por la capacidad de pensar y no dejarnos vencer por esta sociedad volcada en el entretenimiento, que no es gratuito y nos lleva a la pérdida de nuestra conciencia". "Espero equivocarme", asegura, "pero, en cualquier caso, el libro no es un ensayo solo sobre esto, es una muestra de que el camino es la mejor manera de pensar y admirar la belleza y el misterio del mundo. En mi caso, sigo buscando ese claro de bosque, la luz de esa llama apagada, y la palabra que nos unía con la naturaleza y lo trascendente", ha concluido.