Image: Mi Duras favorita

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Letras

Mi Duras favorita

Con motivo del centenario de la autora de El amante, Ana María Matute, Elvira Navarro, Laura Freixas, Jenn Díaz, Elena Medel e Isabel Coixet nos hablan de su relación con la escritora

El Cultural
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Marguerite Duras. Foto: Jacques Haillot

Nacida Marguerite Germaine Donnadiey (1914-1996), cumpliría cien años ahora, este 4 de abril. Marguerite Duras, autora de más de cuarenta novelas, decenas de obras teatrales y más de una veintena de guiones de cine, dejó al pasar una sombra, una vida en misterio que se ilumina mejor (acaso solo de ese modo) a través de su obra. La literatura y el cine se beneficiaron de su atrevimiento y audacia, y fue una escritora lúcida, precisa, de escueta poética, que legó novelas memorables, como El amante o Días enteros en las ramas, guiones y películas destinadas a ser, en conjunto, un avance, un salto adelante.

Con motivo de su centenario, El Cultural ha preguntado a algunas autoras españolas -narradoras, poetas o cineastas- por su Duras favorita. Y eso porque, como ella misma escribió, "mis libros deben bastar":

Ana María Matute

Recuerdo cuando leí por primera vez Días enteros en las ramas, que aquí lo publicó entonces Seix Barral. Yo debía de tener treinta y pico años. Desde el principio me atrajo su simplicidad en el estilo, pero también su profundidad, su fondo. Duras era capaz de decir cosas que, para entonces, eran muy fuertes, muy duras, pero las decía con una sencillez absoluta... Aquel libro me deslumbró, y luego ya leí El amante, claro, que no me gustó tanto... He leído, creo, casi todo de Marguerite Duras y ha sido, junto a autores como Dostoievski o Virginia Woolf, una de las artistas más importantes en mi formación.

Elvira Navarro

Mi obra favorita de Marguerite Duras es El vicecónsul. En ella Duras lleva al extremo la parquedad de su estilo hasta rozar un estado, el del vicecónsul, colindante con la locura y el quiebre de la identidad. El vicecónsul es, entre todos sus libros, el que lleva al extremo la disolución del sujeto (tema durasiano por antonomasia) a través del personaje de una mendiga cuyo deambular protagoniza algunas de las mejores páginas de la literatura del siglo XX.

Laura Freixas

¡Qué difícil es elegir! Hay una Duras que no me gusta nada, la de El arrebato de Lol V. Stein, por ejemplo; la encuentro pesada, solemne; pero supongo que es culpa mía el no apreciarla. En cambio hay otros libros de Duras, muchos, que adoro: Días enteros en las ramas, Un dique contra el Pacífico, El amante... Me gustan por su autenticidad, su tensión, su audacia. Porque hace el esfuerzo constante de descubrir y de expresar exactamente lo que ella quiere decir, en vez de dejarse llevar por la corriente, por la facilidad, el tópico. Ella misma lo expresa muy bien, en su ensayo Escribir: "Lo que reprocho a los libros en general es que no son libres. Están fabricados, organizados, reglamentados. Libros encantadores, sin poso alguno, sin noche. Sin silencio."

Pero me dicen que tengo que elegir. Bien, pues me quedaré con Días enteros en las ramas. Fue el primer libro suyo que leí, y todavía recuerdo el fogonazo, el deslumbramiento...

Jenn Díaz

Empecé, como todo el mundo, con El amante. Pero cuando Marguerite me atrapó de verdad fue con la segunda parte: El amante de la China del Norte. Se había vuelto más explícita, menos encriptada para mí. Ponía luz sobre las sombras del chino, unas sombras largas y pesadas, asfixiantes; me ayudaba a desentrañar el mundo durasiano, al que había entrado por la puerta grande y sin guías. El placer por la oscuridad lo descubrí leyendo a Duras y no sólo a Duras, sino también su biografía de Laure Adler. Mi Marguerite Duras preferida no está en los libros sino dentro de ella: la niña Marguerite, con los labios pintados, el sombrero de fieltro, la sensualidad naciente, las arrugas en la cara; la madre Marguerite, la anfitriona Marguerite, la enamorada Marguerite, la alcohólica Marguerite; su total atrevimiento.

Elena Medel

He escogido Los ojos azules pelo negro. Creo que resume bien los cielos y los infiernos de Duras: la poesía que se enfrenta al silencio, el contar sincopado, los temas bellos y salvajes, la tiranía de los recuerdos y de la memoria, el amor y el desamor, la contraposición entre lo masculino y lo femenino, la identidad y el sentido de pertenencia a un espacio pero también a un espíritu, la soledad... También su conciencia de que se tiene que decir, de que se tiene que escribir, desde la necesidad y el ímpetu, a borbotones, fluyendo vivísima.

Isabel Coixet

Si me tuviera que quedar con una película, quizá sería India Song. Recuerdo la primera vez que la vi, en la filmoteca; aquella película me abrió un mundo de posibilidades y me enseñó que el cine podía ser también terriblemente literario. Digo esa, pero también me gusta mucho El camión, en la que se ve perfectamente cómo Duras fue una precursora total; o Hiroshima mon amour, con la que me siento muy identificada a nivel personal, y que es además un texto fantástico, con ese universo femenino tan potente. A un nivel más concreto, a mí Duras me ha influido hasta el punto no tener miedo, por ejemplo, a la voz en off.