Image: Ana María Matute: Créanse mis historias porque me las he inventado

Image: Ana María Matute: "Créanse mis historias porque me las he inventado"

Letras

Ana María Matute: "Créanse mis historias porque me las he inventado"

La escritora barcelonesa recuerda en la entrega del Premio Cervantes la guerra, al Quijote y el día que supo que iba a ser escritora

27 abril, 2011 02:00

Ana María Matute durante la lectura del discurso. Foto: AFP.

Ana María Matute andaba estos días previos un tanto nerviosa. Le daba pánico leer el discurso en la ceremonia de entrega del Premio de Cervantes. "Prefiero escribir tres novelas seguidas y veinticinco cuentos, sin respiro, a tener que pronunciar un discurso" . Pues ya lo ha hecho: con mucha serenidad, sensibilidad y dándole a su intervención un aire de cuento alentado por la magia. No podía ser menos tratándose de ella.

A lo largo de sus palabras ha agradecido la concesión del galardón más importante de nuestras letras: "Nunca pensé que fuera a vivir un día así". Un día lleno de "emoción, alegría y felicidad". Y ha recordado algunos momentos clave en su vida, como aquel de su niñez en que vio una chispa azul saltaba de un terrón de azúcar partido y entonces supo que sería escritora.

A escribir ha consagrado su existencia. "Decía San Juan que el que no ama está muerto. Y yo me atrevo a decir que el que no inventa no vive". Inventar historias es lo suyo, no ha duda, ha inventado cientos en todos estos años, en parte para huir de las crueles realidades que le han tocado vivir, sobre todo la guerra civil. Conoció la muerte cuando era niña: "No con la frase 'el abuelo se ha ido y ya no volverá', sino encontrando un cadáver en mitad de un descampado".

A esos pequeños que se encontraron, "sin que nadie les preguntara nada", con esa España despedazada por el odio los ha denominado "los niños del asombro". Ella pertenece a su infancia truncada, de la que se ha redimido mediante la escritura: "Ha sido mi faro entre tantas tormentas".

A Cervantes, y más concretamente a su personaje más universal y conocido, Don Quijote, también le ha hecho un guiño: fue un "hombre bueno, solitario, triste y soñador", que "creía en el honor y la valentía, e inventaba la vida". Y por eso se identifica tanto con El Caballero de la Triste Figura, porque ella también se ha inventado la vida. Así que terminó manifestando "un ruego" a los presentes: "Si algún día tropiezan con alguna de mis historias, créanselas porque me las he inventado".