Image: Tanta gente sola

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Letras

Tanta gente sola

Juan Bonilla

26 junio, 2009 02:00

Juan Bonilla. Foto: Carlos Miralles

Seix Barral, 2009. 224 páginas, 17 euros

Uno de los hallazgos de la narrativa actual está en el mestizaje de géneros. Su hibridación ha dado lugar a novelas que se apropian de rasgos del ensayo, ya sea en textos que discurren sobre sí mismos (metanovelas, como algunas de Luis Goytisolo, Merino o Llámame Brooklyn, de Lago), ya en narraciones que se sitúan entre la autobiografía y la novela (autoficciones, como las de Vila-Matas, Cercas, Marías...); y también a obras proteicas que pueden entenderse como cuentos engarzados en un discurso multigenérico próximo a la novela o novelas construidas con cuentos en diálogo interno entre ambas modalidades: Flores de plomo, de Zúñiga, y varios libros de Vila-Matas, siendo tan diferentes, pueden ejemplificar muy bien estas variedades narrativas. En esta moderna senda se inscribe el último libro del poeta, ensayista, cuentista y novelista Juan Bonilla (Jerez, 1966), con sus nueve relatos independientes pero con tantos motivos recurrentes y lazos estructurales que acercan el conjunto a lo que podría considerarse una novela de la soledad formada por sendas variaciones en sus nueve cuentos.

Digamos ya que Tanta gente sola es un libro excelente, por varias razones, entre las cuales hay que destacar la modernidad de su construcción narrativa, el alto mérito literario de los cuentos y su autenticidad y hondura en el tratamiento de temas de siempre tomados de las limitaciones, carencias y ansias encarnadas en las insatisfacciones del ser humano. Son cuentos de cierta extensión, entre las 15 páginas de la mayoría y las 27 de "En la azotea", el más largo. Vida y literatura se dan la mano en ellos, desde la insólita invitación al poeta protagonista de "Un gran día para tus biógrafos" (el primero), llamado a leer sus versos a una lectora en su despedida de soltera, hasta el último, "El lector de Perec", tal vez el mejor, por su inteligente indagación en los afanes y zozobras de la creación literaria, encarnados aquí en el lector que colecciona ejemplares de Je me souviens, de Perec (libro al que Bonilla había homenajeado ya en las variaciones personales de su Je me souviens, publicado en 2005), con los recuerdos anotados por varios lectores, a partir de los cuales nuestro lector protagonista se propone crear un personaje hecho de vida y literatura, de recuerdos, experiencias y lecturas compartidas.

Entre los cuentos primero y último hay otros de no menor calidad literaria. Algunos recrean gozos y penares de la infancia y adolescencia, como "Todos contra Urbano", metáfora de la envidia reinante en la sociedad española, y "El cromo de Boronat", recuerdo de pequeñas y grandes miserias perpetradas para colmar nuestros egoísmos. En otros descubrimos variaciones cervantinas llevadas hasta el absurdo en tiempos de extravagancias quijotescas, representadas en la paradoja de entrar en el libro de los récords por haber sido el que más fracasos ha cosechado intentándolo en muchas modalidades ("Algo más que simplemente existir") o en la enfermiza variación de El curioso impertinente en "Alma cargada por el diablo". Y también hay homenajes llenos de sentido, por ejemplo en "Metaliteratura", otro de los mejores, donde se actualiza el conflicto realidad-ficción en el empeño del protagonista por hacer realidad una ficción contada por Borges; y en "El lector de Perec", cuyo final con las anotaciones del poeta amigo del narrador pone el broche de oro al conjunto recogiendo los afanesde los protagonistas de todos los cuentos.

Tanta gente sola es un libro de lectura muy recomendable para lectores exigentes y también para los que buscan aprender entreteniéndose. La narratividad, la tensión y la intensidad creciente presiden la construcción de todos ellos. Su prosa está cuidada y ajustada al ritmo narrativo, sin descuidar el humor. Y el calculado entrecruzamiento de temas y motivos recurrentes (sobre todos el poeta protagonista del primero, que reaparece en el cuarto y en el séptimo, y que cierra con su nombre y autoría las anotaciones finales del último) otorga al conjunto la unidad estructural que permite considerarlo una excelente novela de la soledad.

ALGO PERSONAL

¿El humor negro de sus relatos es la mejor estrategia para vivir?

-Cada uno utiliza las estrategias que tiene al alcance de sus posibilidades. Como le dice Homer Simpson a su propio cerebro: "Cerebro, yo sé que no te gusto a ti, y tú no me gustas a mí." Pero no sé si el humor negro ayuda a vivir, o sólo a quitarle importancia al vivir. Que la vida no va en serio, lo empieza a comprender uno muy pronto.

¿Le gustaría ser la estrella de una despedida de solteras?

-Claro que sí: no debe haber premio poético comparable a ese. Recitaría el Himno a la juventud de Gil de Biedma.

Han pasado seis años desde Los príncipes nubios... ¿Le han abandonado las musas narrativas ?

-O las he abandonado yo. Seis años es poco tiempo para saberlo. Ya llegará el momento...