Letras

Escapada

Alice Munro

6 octubre, 2005 02:00

Alice Munro. Foto: Jerry Bauer

Trad. Carmen Aguilar. RBA, 2005. 288 páginas, 20 euros

"Lo visto era definitivo. Como si estuviera al borde de una oscura masa de agua lisa, que se estirara más y más. Agua fría, desapasionada. Mirar esa agua fría, oscura, desapasionada y saber que no había nada más." (pág. 167).

La cita recoge los sentimientos y sensaciones de Grace en "Pasión", pero no resultaría excesivamente atrevido extrapolarlo a cualquiera de los otros siete relatos que conforman este nuevo y delicioso volumen de cuentos firmados por una de las grandes narradoras canadienses actuales, Alice Munro (Wingham, Onterio, 1931). Y si no resulta ésta una afirmación aventurada se debe fundamentalmente a que todos ellos comparten algo más que el espacio escénico común, pues en todos y cada uno de estos relatos encontramos a una heroína -nada sorprendente, pues casi siempre son mujeres las protagonistas de Munro-, que se debate en las turbulentas aguas de sentimientos derivados del desamor. Es esa sensación de vacío, de "que no había nada más", como terminaba la cita que encabeza estas líneas, lo que confiere a las historias de la narradora canadiense su cualidad especial y distintiva.

"Destino", "Pronto" y "Silencio" son tres historias que bien pudieran ser leídas como una "novella", pues en ellas encontraremos a la misma protagonista, Juliet, en tres momentos muy concretos y cruciales de su vida. En la primera de las historias, Juliet, profesora -como lo son muchas de las protagonistas de Alice Munro-, conoce en un tren a un hombre cuya esposa está a punto de morir; queda prendada de él, para llegar a descubrir, desolada y desencantada, que en realidad no es la única "otra" que hay en la vida de su amado.

En "Pronto" reencontramos a Juliet cuatro años más tarde, 1969, con su hijita Penélope de vuelta al hogar familiar intentando de manera desesperada la conciliación con sus padres. Y por último "Silencio", en el que una Juliet ya madura se enfrenta a similares problemas a los que ella planteó a sus padres, pero ahora desde el otro lado, pues debe hacer frente a la rebelión de su hija Penélope.

Cada una de las historias protagonizadas por Juliet no sólo trata el momento puntual de la acción, sino que retrotrae al lector al pasado de forma que entendamos perfectamente la evolución de los personajes, sus motivos y las consecuencias de sus actos. De esta forma, llegará a tener sentido la simbiosis entre temas referentes a la fe, la introspección personal y las implicaciones sociales (entendiendo como tales las familiares). Estructura similar presenta "Poderes", la última de las historias, articulada de acuerdo a una sucesión de secciones entre 1927 y 1970. También su longitud propicia la categorización de "novella" y la retrospección onírica sublima las posibilidades catárticas de la añoranza.

En las historias mencionadas subyace, palpita, el tema de la identidad femenina, un tema que resultará explícito en "Deudas" y "Desencuentro". Esta última es la que más me ha interesado del volumen y la protagonista, Robin, guarda interesantes coincidencias con algunas heroínas de Henry James. Si las del americano viajaban a Europa en busca de cultura, Robin viaja de su pequeña comunidad a la ciudad para asistir a representaciones de William Shakespeare. Como ocurriera con Juliet, también Robin se enamora perdidamente de un hombre que acaba de conocer y deberá esperar todo un año, hasta la siguiente representación, para volver a verlo. Una vez más en las obras de Munro la realidad se revelará mucho más cruda que los sueños e ilusiones. Como la vida misma.