Una escena de 'Filosofía mundana'. Foto: Geraldine Leloutre

Una escena de 'Filosofía mundana'. Foto: Geraldine Leloutre

Teatro

Del papel a las tablas: el pensamiento de Javier Gomá se convierte en espectáculo teatral en Matadero

Luis Luque dirige 'Filosofía mundana', la adaptación del libro homónimo del filósofo que ahonda en las verdades universales del ser humano.

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Javier Gomá (Bilbao, 1965), doctor en Filosofía, escritor y director de la Fundación Juan March, gusta de componer textos reflexivos en los que prescinde de innecesarios revestimientos estilísticos. Apuesta, en cambio, por la brevedad. Lo importante, asegura durante una conversación con El Cultural, es que cualquiera pueda llegar a la verdad al desnudo.

De ahí que sus esfuerzos se hayan centrado en diseñar una filosofía "sobre el mundo, para todo el mundo y con un poco de mundo", como ya argumentaba en el prólogo de Filosofía mundana (Galaxia Gutenberg, 2016), una compilación de microensayos que fueron originalmente publicados en distintos medios.

Con el mismo título ha sido bautizado el montaje que este viernes 21 de noviembre se estrena en la Nave 10 de Matadero bajo la dirección de Luis Luque. En escena, una selección de los textos recogidos en el libro de Gomá que serán enunciados por cuatro actores y que abordan una serie de problemas de carácter universal.

"Lo que solamente me ocurre a mí no me interesa ni tan siquiera a mí", explica el filósofo para justificar esa voluntad de abordar las preocupaciones que afectan a la humanidad en su conjunto. "A todos nos pasa algo, y ese algo es muy grande. Es la vida humana y la inevitable mortalidad. Estamos entre dos extremos: una dignidad infinita y una indignidad también inabarcable, que es la de estar destinados a la tumba".

En un principio, recuerda Gomá, Luque —encargado también de la dramaturgia— barajó la idea de ambientar la obra en el vestíbulo de un hotel y construir un argumento que funcionara como mera excusa para volcar sobre las tablas el pensamiento contenido en los microensayos: "Iba a funcionar de la misma forma que un musical, donde la historia adquiere un papel muy secundario y el verdadero motor artístico es la música".

Un momento de 'Filosofía mundana'. Foto: Geraldine Leloutre

Un momento de 'Filosofía mundana'. Foto: Geraldine Leloutre

Finalmente, la adaptación siguió otro camino: los cuatro actores en escena toman el pensamiento de Gomá y lo hacen suyo. "Distintas voces, con distinto recorrido vital, distinta edad y sin importar si son hombres o mujeres recitarán mis textos", detalla el escritor.

"Durante el transcurso de la obra, esas palabras dejarán de ser mías. Se adueñarán de ellas, las harán suyas, parecerá que hayan aflorado en su cabeza. Y eso es porque contienen muchísima verdad. Cuando la depuras y la separas de las condiciones de su autor, la verdad sigue siendo emocionante". Esa honestidad inapelable es la que, según Gomá, cimenta el montaje: "No necesita de fábula ni de peripecia de ningún tipo. La obra tiene unidad porque está dotada de la voz de lo humano. La prueba está en que da igual quién lo diga: suena a verdad".

"Estamos entre dos extremos: una dignidad infinita y una indignidad también inabarcable"

Con todo, el protagonismo no recaerá en los actores, sino que estará reservado para el público, quien, defiende Gomá, es el verdadero filósofo: "El que es filósofo no es el autor del texto, sino el que lo recibe. Ellos son los que interpretan, los que traducen las palabras que reciben a ideas y símbolos y los que tratan de entender el mundo que nos rodea. Se tiende a pensar que los únicos dignos de ese título son esas personas extravagantes, raras, perdidas y vanidosas que escribimos sobre cuestiones filosóficas, pero eso es una filosofía secundaria. Existe una primaria en la que participamos todos cuando intentamos entender los problemas inherentes a la existencia humana. A esa filosofía es a la que vamos a invocar en la obra".

Simultáneamente al discurso de los intérpretes, por escena también pasará la artista Covadonga Villamil, que "mientras se desarrolla la obra irá creando un ecosistema que evoca al jardín de Epicuro y al hortus conclusus del cristianismo".

Un momento del montaje de 'Filosofía mundana', de Luis Luque. Foto: Geraldine Leloutre

Un momento del montaje de 'Filosofía mundana', de Luis Luque. Foto: Geraldine Leloutre

Gomá no es un pensador ajeno al teatro. Anteriormente ya había estrenado, por ejemplo, textos dramáticos de su cosecha en el María Guerrero (Inconsolable, 2017) y en el Reina Victoria (El peligro de las buenas compañías, 2022). La diferencia fundamental en esta ocasión radica en que no se trata de un texto escrito originalmente para llevarlo a las tablas.

A este respecto, comparte una anécdota sobre la génesis del proyecto: "En un primer momento me reuní con Luque para plantear la posibilidad de estrenar un texto teatral mío, Las lágrimas de Jerjes. Pero coincidió el encuentro con que Luis [Luque] acababa de leer Filosofía mundana e insistió en la teatralidad de los textos. Eso coincidió con mi tesis de que la buena filosofía tiene que superar el examen de la oralidad". Una vuelta a los orígenes de la filosofía y la literatura con la que se aspira, concluye Gomá, "a demostrar que la vida es digna de ser vivida".