Juan Echanove y Joaquín Climent protagonizan 'Esencia'. Foto: Javier Naval

Juan Echanove y Joaquín Climent protagonizan 'Esencia'. Foto: Javier Naval

Teatro

'Esencia', el enigma infinito de Ignacio García May: "Es un Matrix sin efectos especiales"

Juan Echanove y Joaquín Climent dan vida en el Teatro Español a dos viejos amigos que se reencuentran en esta obra dirigida por Eduardo Vasco.

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Es una de las propuestas más enigmáticas de Ignacio García May (Madrid, 1965) y, sin embargo, la premisa no podría ser más sencilla. Dos personas sentadas durante una hora y veinte minutos mientras mantienen una conversación.

“Prácticamente no hay nada más”, señala a El Cultural el dramaturgo, quien en Esencia hace honor a su título con una obra que emplea lo más básico y lo mínimo. Una mesa, dos sillas y el tándem Juan Echanove y Joaquín Climent. Quién necesita más.

“Lo que pasa es que luego, argumentalmente, la cosa se complica”. Estos dos hombres son Pierre, un profesor universitario de Literatura, y Cecil, un escritor de best sellers; dos viejos amigos que llevan mucho tiempo sin verse y se encuentran fortuitamente en un restaurante mientras uno come solo y el otro espera a un exitoso escritor al que no ha visto nunca nadie.

“La referencia es un poco la de Thomas Pynchon, el tipo de escritores esquivos de los que no hay casi ni fotografías ni absolutamente nada”, señala el dramaturgo.

Pero a medida que pasan los minutos y la conversación avanza sin que este célebre personaje aparezca, muy a lo Godot, ambos deciden inventarse la entrevista. “Es todo muy sencillo, pero al mismo tiempo todo está basado en un enigma que se abre a otro enigma que a su vez se abre a otro”.

Dirigida por Eduardo Vasco, en Esencia, como no podía ser de otro modo, todo se presta al juego del teatro. Desde la presencia de Echanove y Climent, hasta la escenografía que, a partir de cambios mínimos y sutiles, ayudará a revelar el gran misterio.

“Es una historia determinante –afirma el director escénico–, donde todas las cartas de su dramaturgia quedan boca arriba. Un texto que habla sobre la realidad (o las realidades) y que no solo transmite pensamiento y belleza, sino que tiene esa rara capacidad de transportarnos y transformarnos”.

“Nos enseñan que el mundo es racional y científico, pero no es verdad, es misterioso". Ignacio García May

La obra, que estará en el Teatro Español entre el 14 de octubre y el 9 de noviembre, pone en cuestión nuestra propia percepción de la realidad.

“La idea que yo defiendo es que nos enseñan a pensar desde pequeñitos que el mundo es racional y científico, pero no es verdad, más bien es misterioso todo el tiempo. Lo que ocurre es que lo pasamos por alto porque vivimos en un universo muy simplificado, muy de titulares”, señala.

“Eso tiene que ver con la distancia cada vez mayor que hay entre el lenguaje y la realidad que esas palabras representan. El lenguaje se ha vuelto extremadamente pueril. Al final todo es una cosa de buenos y malos".

Este pensamiento burdo, que es el que va ganando terreno, es también de lo que habla la obra”, señala García May que hará doblete en el coliseo madrileño esta temporada con Jack el Destripador (del 23 de octubre al 9 de noviembre), otro misterio muy distinto a este.

Porque Esencia, argumenta su dramaturgo, es ante todo un thriller. “Si fueran Sherlock Holmes y Watson saldrían a buscarlo, pero ellos están sentados todo el tiempo en un restaurante y el enigma llega a ellos sin que se muevan. Eduardo lo ha definido como una obra de ciencia ficción y también estoy de acuerdo. Es un Matrix sin efectos especiales”.